La oposición enloquece con la Constituyente

Artículo 347

"El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución".

(Capítulo III, De la Asamblea Nacional Constituyente; Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 15 de diciembre de 1999)

Ante la situación de desórdenes y atentados terroristas generados por la oposición venezolana en varias ciudades del país y en especial en la capital de la República, con un saldo lamentable de más de 27 muertos y la destrucción de locales e infraestructura del Estado como centros de salud, liceos, oficinas del Ministerio Público, establecimientos privados y locales comerciales, entre otros, el Presidente de la República Nicolás Maduro convocó a una Asamblea Nacional Constituyente.

En el marco de una multitudinaria concentración convocada con motivo de la celebración del 1 de mayo "Día internacional del Trabajador", en la Avenida Bolívar de Caracas, el Primer Mandatario Nacional anunció la medida de convocar a un proceso constituyente avalado por los artículos 347,348 y 349 de la Constitución Bolivariana.

No había terminado el Presidente Maduro de anunciar la medida, cuando ya en los medios de comunicación privados y en las redes sociales, algunos líderes de la oposición, en especial de los partidos Voluntad Popular (VP) y Primero Justicia (PJ), de manera desesperada, anunciaban su rechazo y calificaban la medida de "anticonstitucional".

Otros más atrevidos como José Guerra y Freddy Guevara la calificaron de "golpe de Estado", mientras de manera desatinada María Corina Machado y Enrique Capriles Randoski expresaban su descontento convocando a sus militantes a la calle, a la "desobediencia civil".

La desesperación de esta dirigencia dislocada y "terrorista" no ha cesado en sus ataques contra el Gobierno Revolucionario y en los últimos días, ante su desinflado poder de convocatoria, han acudido al expediente de contratar "mercenarios" y emprender una acción vandálica y terrorista la cual ha sido rechazada hasta por sus propios militantes, a quienes han expuesto en las calles de Caracas e importantes ciudades del país, incluso a riesgo de sus vidas.

Se da el caso incluso, de algunos jóvenes inocentes, con muertes presuntamente provocadas (Actualmente en investigación) para generar más caos y esgrimir sus acusaciones directamente contra fuerzas de seguridad y los organismos del Estado venezolano.

Las acciones del gobierno venezolano en defensa de la Constitución y del proceso revolucionario no han cesado desde la llegada al poder del Comandante Hugo Chávez en diciembre de 1998 y se han acentuado más aún, en el actual período del Presidente Nicolás Maduro, en una guerra de nunca acabar.

Todo el macabro plan para frenar el avance del proceso revolucionario, aupado por el imperio norteamericano y los países capitalistas europeos con la ayuda de los cipayos del continente latinoamericano, no ha dejado de expresarse en acciones como la manifiesta actuación de la OEA, con Luis Almagro a la cabeza.

A esta le han seguido el acoso financiero y la descalificación por la vía diplomática, de países como Colombia, Perú, Chile, Honduras, Brasil, Argentina, México y desde luego su amo, los Estados Unidos.

El panorama y el accionar geopolítico que se ha desatado contra nuestro país, sin ninguna actuación o agresión del Estado venezolano, sólo ha sido inspirado por el odio (guerra de IV generación) y el afán hegemónico del imperio norteamericano (el stabliment) para ponerle las garras a las riquezas de nuestro país.

El actual ataque que ha derivado en terrorismo y que rompe las reglas de juego de nuestro sistema democrático, ha trasgredido todas las normas y sin embargo, de manera paciente el Estado venezolano solo se ha defendido con las medidas constitucionales y con los mecanismos que garantizan los derechos humanos, los cuales la misma oposición se niega a respetar.

Las posibilidades del diálogo esgrimidas para alcanzar la paz de nuestro país y puestas en marcha por el gobierno del Presidente Maduro, han sido rechazadas. Las más altas instancias invocadas por la propia oposición como garantía de equilibrio y de paz, también han sido negadas.

Comisiones de expresidentes (Zapatero, España; Fernández, República Dominicana y Torrijos de Panamá) han sido rechazadas y hasta el mismo Papa Francisco (lo acusan de chavista), quien ha querido ofrecer su buena voluntad para el diálogo y lo han rechazado y hasta le faltan el respeto; como lo hizo en su última declaración el deshabilitado gobernador de Miranda Enrique Capriles y el atorrante dirigente de AD, Henry Ramos Allup.

Cada día que transcurre se les cae la careta a la dirigencia de la oposición venezolana. Su desespero los desnuda ante el mundo. El imperio ya hecho cuentas de su inversión en dólares y no ve resultados con su comportamiento ante sus propios militantes; los acorrala y los ha llevado ante un callejón sin salida, que no tiene retorno posible.

Ante el caos y el incontrolable accionar de una dirigencia política que perdió su sentido histórico y el espacio democrático que les brindo la Revolución Bolivariana, a través de una Constitución que ellos mismos rompieron y pisotearon, ahora la invocan.

El Gobierno del Presidente Maduro les aplica su propia medicina y sólo le falta acudir al mismo Espíritu Santo para lograr el diálogo.

El pueblo de la Patria Bolívar único protagonista y defensor de sus propias conquistas ahora, con el accionar de la democracia participativa y protagónica, los llama a respetar la Constitución Bolivariana con la exigencia básica del respeto al proceso Constituyente.

No hay vuelta atrás. Nuevamente la democracia venezolana, en el marco de su Revolución y bajo el Estado de Derecho, llama a una dirigencia desmadrada a buscar el cauce de las leyes; la única tabla de salvación que pensamos les sirve como antídoto a sus aspiraciones golpistas, porque ya rallan en el terrorismo.

Con diálogo o sin diálogo el camino está trazado. La Constitución que busca renovarse todavía los llama a la sensatez; si es que les queda algún espacio a estos líderes "mata gatos", formados en Tradición Familia y Propiedad (TFP), engendro satánico que los ha enloquecido, ahora más que nunca, cuando el pueblo los llama a un nuevo proceso Constituyente.

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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