Crónica de un suicidio anunciado. O, cómo dar un golpe de estado al estilo fascista y fracasar en el intento

Una canción del grupo cubano Buena Fe, reza: De ecuánime y analítico se pasa a pusilánime en menos de lo que una mosca zumba.

En artículos anteriores habíamos resaltado la poca trascendencia que tendría la denominada toma de Caracas –que ni fue toma, ni fue en Caracas- así como reseñamos el tremendo riesgo en el que se aventuraba la oposición política venezolana de fracasar en su intento de golpe de estado mal calcado del manual: Como ser un Presidente de Facto por Mussolini –al cual ya habían recurrido en otras oportunidades-.

Durante muchos días se azuzó a la población venezolana con la mentada toma, se habló del fin del régimen tirando-dictador-castro-comunista-klinggon-sith-stalinita-ae-ae de Maduro. En los medios de comunicación, tanto nacionales, como no, se generó tamaña expectativa en la población de ambos bandos que incluso llegó a hablarse en términos guerreristas de las actividades en cuestión; la toma y la defensa de Caracas.

Así, como si estuvieran siguiendo un camino de ladrillos amarillos, cerca de 20mil –quizás más, quizás menos- opositores se dirigieron al este de la ciudad capital a la que todos los caraqueños entendemos como otra ciudad, lo que resalta a la vez, la marcada diferencia de clases que hay entre ambos sectores.

El gran asunto no es la marcha en cuestión, ni siquiera la –buena- cantidad de personas que los opositores lograron concentrar, el asunto, es el ¿Qué va a pasar después? El sindicato Solidaridad convocó a cerca de 10mil personas en Varsovia y a raíz de eso, el mismo sindicato impulsó una serie de medidas que desencadenó en lo que todos conocemos.

Quizá pecando de estructuralista – como le gustaba decir a mi profesora Iraida Vargas-Arenas-, es ridículo pensar a estas alturas de la carrera por el poder político por parte de los que tienen el poder mediático y económico, que los métodos a usar para lograr su fin, serán pacíficos y democráticos, ni si quiera dentro de esos ridículos paradigmas de la democracia burguesa.

La oposición política venezolana es histórica y naturalmente violenta. A fuerza de la poca fuerza que se ha usado para contenerlos, se han radicalizado en su pensamiento y como todos sabemos en su accionar. Incluso, me atrevería a señalar que aquellos opositores, quienes por cualquier razón, no pueden manifestarse violentamente, poseen una fantasía no secreta y manifiesta al momento de observar acciones violentas de parte de los suyos.

Hay analistas opositores que señalan que ayer, al menos un 70% de los marchantes de ese bando, deseaban continuar la manifestación de forma violenta y apoyados por los lideres, a los que ellos mismo califican de mediocres o sangre fría –lo que alentará la campaña electorera de Leopoldo López-. Yo iría un poco más lejos y señalaría que al menos el 95% lo deseaba así lo negara.

Sin embargo, tras leer un comunicado muy mal redactado, tras uno o dos discursos sin ningún tipo de conexión con realidad y tras el reiterativo y vacío llamado a referendo revocatorio, culminó la Toma de Caracas. Incluso, finalizó 30 minutos antes de lo estipulado, ¿Y luego qué?

Salvo el grupúsculo de VP que intentó hacer algo, los opositores se tuvieron que regresar a sus casas a descargar la frustración de distintas formas, como en la ciudad en la cual vivo donde enriqueció a los vendedores de perros calientes y a los expertos en el expendio de licores.

¿Y todavía se sorprenden de que el llamado a cacerolazo hubiera fracasado? La promocionada Toma de Caracas se convirtió en el anuncio del final del principio del anuncio del principio del final del rrrrrrrrrrrrrégimen, en una burla a un grupo de ilusos y en el mostruario de una casta económica decadente y horrible –visualmente hablando-, de sus lacayos, y de los que no entiendo por qué motivo, sufren para pagar una tarjeta de crédito pero se creen socios de Polar. Por cierto, ¿alguien vio a -el próximo candidato presidencial- Lorenzo Mendoza?

La oposición política ha consumado su suicidio en su mejor momento, controlaban la asamblea nacional –la cual pudieron haber tomado como trinchera en esta marcha- y la han convertido en una institución sin prestigio ni fuerza moral para nada, convocaron a 20mil o mas personas en una avenida sinuosa y más estrecha que la riada Bolívar, y no tuvieron el coraje de tan siquiera impulsarlos a permanecer en vigilia en la misma.

Jesús Torrealba ha llamado a una nueva concentración en las inmediaciones del CNE, me he quedado tan tranquilo respecto al tema. No podrán convocar nuevamente esas cantidades de personas, y si apuestan a la violencia de VP –lo cual será lo más probable- seguirán cediendo terreno ante los nazis naranjas.



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Fex López Álvarez


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