Se le cayó la caleta a la oposición

“Tarde o temprano cada quién es esclavo de lo que dice.”  
Proverbio criollo

“Verta, Luisito, venís sofocao” fue el saludo con el que me recibió Anacleto. Sin esperar mi respuesta continuó: “¿Qué te parece la posición de esta ’y que’ oposición con respecto al operativo contra la delincuencia en varias zonas del centro del país, en especial en la Cota 905 en Caracas? Sin mezclar la gimnasia con la magnesia, es decir, la acción antidelictiva con los resultados, ya estamos escuchando a los sesudos voceros de ONGs que ‘velan por los derechos humanos’, majunches en su mayoría, señalar que hubo uso desproporcionado de la fuerza pública, porque según el Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Gustavo González López, hubo catorce delincuentes muertos, uno herido que luego murió y mas de ciento treinta y cuatro detenidos, de los cuales treinta y pico eran colombianos. No mencionan que además se recuperaron armas de fuego, granadas fragmentarias, droga y vehículos robados. Otra cosa que no mencionan, pero sugieren entre líneas, es que esta vez no hubo funcionarios heridos, lo que para ellos es muy raro.” Me miró fijamente a los ojos y dijo: “Yo no sé pa’vos, pero pa’mí es que se les cayó la caleta que tenían montada en varios sectores de los estados del centro, en especial en Caracas, pa’ de foquito en foquito seguirle fuñendo la vida al pueblo.” Le dio un fuerte jalón a su cigarrillo, expelió el humo y remató: “¿Te acordáis de los eventos en la finca Daktari, la del cubano, en la que agarraron a un montón de paramilitares colombianos, enviados por Don Varito a sus compinches de la oposición, para crear un río de sangre en Caracas y asesinar a Hugo Rafael? Ahora los tienen en las capitales de estados haciendo su trabajo sucio. O es que acaso es coincidencia tanto funcionario asesinado últimamente. ¿Entonces?”

El operativo antidelincuencia, llevado a cabo por las autoridades en varios sectores del país, en especial en la Cota 905 de la ciudad capital, ha levantado muchas ronchas y ha dado mucho que hablar. En el Zulia, los estratos más vulnerables piden a gritos que ese operativo se realice aquí, ya que los focos de violencia que los afectan, creen ser intocables. Ya escuchamos declaraciones del rector de la Universidad Rafael Belloso Chacín, de estudiantes, de choferes de autobuses públicos y privados, de las comunidades aledañas a esa casa de estudios, pidiendo mano dura contra los envalentonados guarimberos que consetudinariamente siembran el terror con sus actos vandálicos. Y todos esos actos tienen el mismo “modus operandi”. Parecen grupos paramilitares o entrenados por ellos.

Poco después del operativo empezamos a escuchar declaraciones de gente de la zona. Unos aplaudían la acción del gobierno, en aras de combatir la delincuencia organizada; otros, como una opositora que ni siquiera vive en el sector, se refería a que “la plomazón no la dejó dormir” pero luego agregó que daba la impresión que las fuerzas de seguridad usaban “armas con silenciadores” porque, según ella, no se oían disparos. Sin embargo, una fotógrafa que vive en el sector, declaró que lo primero que hizo fue lanzarse al piso, donde permaneció durante más de 10 minutos, sin que las detonaciones cesaran. Otra vecina declaró que salió corriendo hacia el cuarto a resguardarse con su bebé cuando se armó la plomazón; 35 minutos de plomo cerrado reventándole en los oídos. ¿Entonces, donde quedaron lo silenciadores?

El Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, declaró: (sic) “Recientemente la cota 905 se convirtió en un territorio vedado para los ciudadanos decentes de este país, en el libre tránsito incluso llegando a ocurrir que funcionarios policiales fueron acribillados, quemaron motos y pusieron en peligro a los funcionarios que también tienen Derechos Humanos”, agregando que su despacho está abierto para recibir cualquier denuncia que se presente por atropellos durante la acción. Además, reflexionó sobre la manera en que algunos medios abordan el caso, pues cuando el Estado combate este flagelo silencian los derechos humanos de los funcionarios y usan los balances de los operativos para polemizar y atacar a las instituciones.

La MUGRE (trad de MUD del inglés) a cada rato insta al gobierno a que se enfoque en la lucha contra la inseguridad y cuando el Estado lo hace, salen las voces agoreras y los Heraldos Negros, como los llamara César Vallejos, a despotricar de los resultados. Esto lo hacen normalmente por medio de sus ONGs que alegan, por un lado estar de acuerdo, por considerar necesarias las políticas que garanticen la seguridad de los venezolanos, pero por otro su preocupación por la desproporción entre las personas heridas y asesinadas, así como las condiciones en las que fueron detenidas 134 personas. Fíjense que dicen “asesinadas” y no “caídas en enfrentamiento con los cuerpos de seguridad del Estado”. Hay que ser cínico para tener ese doble rasero. Es decir, ante la opinión pública opinan que son asesinados por el gobierno. Según Roberto Briceño, del Observatorio Venezolano de Violencia “Evidentemente es necesario responder a estos grupos delincuenciales, pero no puedo asegurar que esa haya sido la forma correcta”. ¿Será que no saben que en estas áreas operaban elementos de grupos delincuenciales que se dedicaban especialmente a actividades del paramilitarismo colombiano, bandas criminales, sicariato, extorsión y secuestro?

El ministro de Comunas, Elías Jaua, dijo en una entrevista en un canal privado que este operativo es “un plan superior de desarticulación de las bandas criminales” y aseguró que un sector de la oposición venezolana está vinculado con bandas criminales de Caracas. Por eso, cuando se analiza el golpe suave, al que ha estado y está sometida nuestra patria, no podemos dejar de pensar que los que les duele a muchos sicópatas carroñeros, que lo financian, es que se les cayó la caleta de los grupos que ejecutaban el trabajito sucio en el centro del país. No debe extrañarnos la cantidad de paramilitares, traídos para generar zozobra, caos, desesperanza, miedo y/o angustia, que están cayendo en estos operativos. No es tan importante el que se hayan recuperado 30 vehículos robados, ni todo lo que se haya decomisado, sino que se desarticularon esas bandas. Ah, pero la oposición calificó de “vergonzoso” el informe presentado por la fiscal. ¡O sea! 

Mientras todo esto ocurre aquí, el chocolatico se fue a Guyana donde despotricó del gobierno y de nuestro Presidente; refiriéndose al discurso de Maduro ante la Asamblea Nacional (AN) sobre el tema del Esequibo, dijo: “Vimos en la AN que ellos (el chavismo) ahora quieren recuperar el Esequibo, pero ¿quién les va a creer?”. “Maduro fue ministro de Relaciones Exteriores por seis años y ¿ahora te das cuenta de que hay un territorio que reclamar? ¡Por favor! Lo que ellos quieren es poner un tema sobre la mesa para distraer la atención del pueblo venezolano de los temas que lo afectan”. Hay que ser bien caradura para ponerse en contra de su patria. Saquen sus propias conclusiones.

Lo único cierto que tenemos en esta vida es que algún día vamos a morir. Por mi parte, si debo dar mi vida por mi patria gustosamente lo haré. Y aquellos que prefieren un rollo de papel tualé a su patria, que nos dejen la patria y que se vayan con su papel, porque con eso le demuestran al pueblo lo que son. Por eso no tienen pueblo y por eso ¡NO VOLVERAN!

 

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Luis Semprún Jurado

Profesional, productor audiovisual, co-productor y co-moderador del programa radial El Ojo de la Ciudad en Maracaibo, estado Zulia

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