¿Quiere la MUD la intervención militar de EEUU en Venezuela?

He leído el comunicado de la M.U.D. Lo he leído dos veces, no me hizo falta más. Hay que concluir que sí. Los datos lingüístico-discursivos conducen a esta interpretación: quiere la intervención. ¿En qué me baso para afirmarlo? Parafrasearé a un estudioso español: a) Por lo que está en las palabras; b) por lo que está debajo de las palabras y c) por lo que está detrás de las palabras.

  1. Lo que está en las palabras

La M.U.D comienza su comunicado resaltando que el documento de Obama se llama «Bloqueando las propiedades y suspendiendo la entrada de ciertas personas que han contribuido a la situación de Venezuela». Y es cierto. Con esta precisión textual la M.U.D pretende minimizar y atenuar el contenido tendencioso, difuso y por ello, peligro del documento. La M.U.D. pretende insistir en que la sanción extranjera va en contra de personas y no del país. Se alía simétricamente con todas las tesis del gobierno estadounidense. Con todas. Más aún: no se ahorra en críticas ni señalamientos (también sin pruebas) sobre las personas sancionadas y el gobierno forajido que Maduro preside. De modo explícito, para la M.U.D cualquier acción cometida contra el gobierno venezolano es responsabilidad exclusiva del gobierno venezolano. Máxima en desarrollo: tiene lo que merece.

  1. Lo que está debajo de las palabras

El comunicado de la M.U.D es un ejemplar perfecto de cómo decir poco, ocultando mucho. Lo que se conoce como implícitos (información sumergida). El texto tiene 5 párrafos. El primero, lo descartamos. Allí se hace la presentación. En el segundo expone que Venezuela (el país) no es una amenaza. Su gobierno (sus políticas) lo es. Dan la razón a los EE.UU. El tercer párrafo propicia y acepta que el gobierno (y sus políticas) han violados los derechos humanos y lo hace introduciendo el primer «pero». Los «peros» son un exquisito recurso léxico para mostrar (ocultando) la postura a favor o en contra de algún argumento: Dicen que es diferente sancionar a un país que sancionar a personas, pero (este pero es de ellos) eso no tiene que ver con las consecuencias personales para aquellos que comentan faltas. Este argumento debería servir para aplicárselos a sí mismo en los casos de López y Ledezma. Disculpen, eso es pedir demasiado. En conclusión, con su «pero» en medio nos dicen que están de acuerdo con que un país extranjero sancione (sin pruebas y sin juicios) a un venezolano (sobre todo si es del gobierno). En el cuarto párrafo vuelven a insertar un «pero» con el que insisten en mostrar (ocultándose) que están de acuerdo con la intervención norteamericana. Lo hacen a través de afirmar que prefieren acatar las normativa y el derecho internacional, pero (este pero es también de ellos), en este caso no, ya que el gobierno venezolano se merece la sanción. En el quinto párrafo, el final, ponen otro «pero» con el que rematan el disfraz: están más de acuerdo con la intervención de EE.UU que de UNASUR, por ejemplo.

  1. Lo que está detrás de las palabras

En todo el comunicado, la M.U.D no nombra, nunca (salvo en el párrafo de presentación) al gobierno de los EE.UU. Lo desaparecen de todo la controversia. En algún momento recurren al eufemismo de la «comunidad internacional», con lo cual aprovechan para sugerir que no son muy bien recibidos los oficios de UNASUR y menos (¡ahora sí!) «…la grosera injerencia cubana». El juego argumentativo es el de presentar las sanciones como producto de un acto genérico del derecho internacional. Evitando nombrar al principal responsable (el gobierno de los EE.UU), atenúan su imagen negativa. El comunicado tampoco muestra (lo deja bien oculto) que las sanciones son extensivas a todo el que toque al gobierno venezolano (de algún modo u otro, de ahora y en adelante). De igual manera, no aparecen (propicias para la situación) expresiones como «rechazamos enérgicamente», «no estamos de acuerdo de ningún modo», «solicitamos respeto del gobierno norteamericano», «es inaceptable que un país extranjero…», o cualquier otra con las que quede muestra fehaciente de su posición de desacuerdo absoluto. Este «silencio» textual pretende presentar, visibilizar y enfatizar la discusión hacia una sola perspectiva: construir la lógica del castigo merecido.

Un texto es importante por lo que dice, pero mucho más por lo que calla.


Todo discurso siempre deja huellas del sujeto que lo produce. Son marcas que lo siguen y lejos de ocultarlo, lo descubren. Podrá escudarse en que no lo dijo explícitamente, «pero» como el discurso no es otra cosa que construcción de significados, sentidos e intenciones, siempre será posible recoger las migas que el pan de las palabras arrojan. Lo siento. Es así.

sbermudez37@gmail.com

Prof. universitario



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Steven Bermúdez Antúnez

Profesor de Comunicación Social de la Universidad del Zulia (LUZ)

 sbermudez37@gmail.com

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