Daniel Estulin y Alberto Rial, educación e ideología

            La rancia oligarquía venezolana, que nunca se ocupó de educar al pueblo venezolano mientras gobernó  a nuestro país porque su negocio fue “estupidizarlo” para manejarlo a su antojo y a su libre albedrío. Ahora, de manera cínica e hipócrita, se rasga las vestiduras cuestionando la filosofía, la pedagogía y el sentido que le ha dado a la educación el gobierno revolucionario y bolivariano de Venezuela que no es otro que el de brindarle al pueblo educación gratuita y poner la ciencia al alcance de sus manos.

            Cómo sería el “envenenamiento” de estos canallas que llegaron a sembrar en la juventud un pánico visceral a las tres materias más importantes como  Matemática, Química y Física siendo que en los países del G8 son las más amadas por los chamos. Cómo sería el miedo que los estudiantes de entonces las llamábamos Las tres Marías. Era tan necia y tan conformista la generación de los tiempos cuartorepublicanos que la UNESCO en una encuesta que realizó para evaluar el espíritu de superación de la juventud latinoamericana utilizó una pregunta, aparentemente sin importancia: ¿en qué época le hubiera preferido nacer, en la prehistoria, en la presente o en la futura? El resultado fue que todos se manifestaron por la presente, menos Cuba que votó por la futura. Es decir,  los jóvenes de Venezuela, Colombia, Perú, Panamá, Ecuador etc. estaban conformes con calarse su pela; no así  Cuba, que  optó por el futuro. Es decir no estaban conforme con el presente: querían experimentar, innovar, intensificar los cambios. Y  eso era el producto de la educación impartida por la Revolución Cubana. No olvidemos la alta inversión de la Revolución Cubana en educación.

            Volviendo a la ideología política que dice La Canalla “a sigún” intenta aplicar la Revolución Bolivariana de Venezuela en la Nueva Educación, me entero que una universidad privada en Carabobo, exigió a los estudiantes de periodismo adquirir entre otros libros, uno que se llama La Variable independiente. El rol de la idiosincrasia en el desarrollo de Venezuela”, de  Alberto  Rial. Una obra súper “escualidísima”.

            Conozco la obra y el curriculum del personaje por Internet.  Por su perfil pareciera ser de la élite meritocrática “pedevesiana”. Observen esta cita y díganme si no tiene un piquete ideológico. Cito: “Venezuela no es un país rico. La naturaleza y los recursos territoriales no significan mucho si la gente no se desarrolla y progresa.  La gente es capaz de botar cualquier naturaleza por la ventana a  menos que aprenda, mejore y se tecnifique”.

            Sr. Rial Sí  somos un país rico. Lo que pasó fue que Los  Amos del valle nos  robaron y con eso amasaron grandes fortunas, que les permitió comprar televisoras, editoriales, periódicos, mansiones en Europa, aviones, yates, etc. Y los llevó también regalarle el petróleo a Gringolandia cobrándoles  el 1 por ciento de regalía. Y no se ocuparon de desarrollar el país y todo eso ocurría mientras los niños de los cerros comían perrarina y tomaban teteros de agua de espagueti, no había cupos en las universidades y la élite caraqueña se apoderaba del teatro Teresa Carreño y el Hotel Hilton, que después  el pueblo llano supo que esas  instituciones eran del pueblo, no privadas. Que riñones tiene el Sr. Rial, decir que de nada la vale Venezuela ser un país rico si el pueblo no progresa, no mejora. Sí precisamente por eso es que la Oligarquía  no permitía que el pueblo se educara, porque de hacerlo era la “muerte” de esa Oligarquía. Acaso se le olvidó el célebre pensamiento del Padre de La Patria: Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.

            ¿Por qué esa universidad valenciana no recomienda a los estudiantes de periodismo el libro de Daniel Estulin, El club de los inmortales, que yo hubiere titulado El club de los inmorales? Cito: “Querido lector, quiero que entienda que la destrucción total de la economía mundial a la que estamos asistiendo actualmente no es ninguna casualidad, ni tampoco un error de cálculo consecuencia de chanchullos políticos. Es algo que se está llevando a cabo a propósito. Totalmente a propósito. Y la razón es que el Imperio sabe que el progreso de la humanidad significa que su final como imperio es inminente. Que no puede sobrevivir en un mundo en el que el progreso científico y tecnológico sea generalizado. Como precisa un mundo en que las personas sean estúpidas y serviles como borregos, el Imperio se dispone a destruir las estructuras de los estados-nación que apoyan la vida, que apoyan el progreso de la humanidad. Están atacando deliberadamente los estado-nación, los países independientes, es decir están atacando las economías de las naciones para destruirlas como modo de conservar su propio poder. Y está todo previsto”.

            Como ven, amables y pacientes lectores, la diferencia de enfoques de Daniel Estulin y Alberto Rial es cómo del cielo a la tierra. A Propósito recomiendo, con todo respeto,  al Sr. Rial  ojear –porque no creo que aguante leerlos -los libros de Daniel Estulin, sobretodo El club de Bilderberge. Si esa universidad valenciana quiere formar periodistas éticos, honestos, etc., debe recomendar libros de autores de diferentes criterios, ideologías. Porque está claro que Rial está contaminado. Hacer lo contrario es entubar al estudiante.

            Cierro con una cita bien destemplada del Sr. Rial: “Preferimos comportamientos definidos y predecibles, como el del padre que manda y que uno acata”. Eso fue en la IV República. El pueblo de Venezuela hoy es otro. Si no fuese así la Oposición no  hubiese perdido con el Chavismo 18 de 19 elecciones pese a la tremenda guerra mediática desatada contra la Revolución Bolivariana de Venezuela.

            Es malo Sr. Rial, menospreciar al pueblo venezolano.



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Américo Hernández


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