Justificación del apoyo a las Misiones y a la comunidad por PDVSA a través de Desarrollo Social

“(…)
La patria es el hombre, muchacho,
La Patria es el hombre muchacho, (…)”*
“(…)
¿Qué quiere decir Bienaventurado
Que lo de pobre me lo se yo? (…)**



Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) empresa gubernamental que comenzó a ser recuperada por la revolución que lidera el comandante presidente Hugo Rafael Chávez Frías, tanto en su éxito económico internacional como en su control soberano, se ha venido convirtiendo de una mera empresa petrolera a un soporte real del pueblo venezolano. PDVSA es un elemento fundamental para el cumplimiento estratégico del estado para cumplir con una fase de apoyo, una fase asistencial a toda la comunidad en especial a la excluida.

Los fondos dispuestos desde PDVSA para las Misiones y el Desarrollo Social pueden llegar a convertirse en la cura de la fatal herida del abandono y la desesperanza de esa población portadora de una carencia de ventajas. Existe un ruido en la comunidad zuliana, en especial en la ciudad de Maracaibo, preocupados por la reducción del horario de atención al público, disminución en el número de atenciones y en las cantidades asignadas, por lo cual trataremos de desarrollar el tema de asistencia a la comunidad a través de Desarrollo Social.

El concepto de desarrollo es un asunto muy difícil y cada quién tiene un modelo. En la cuarta república era considerado un mero ingreso de ingentes cantidades de dinero a las arcas del gobierno y de las empresas privadas, provenientes de los ingresos petroleros prácticamente. También se agregó el ingreso por los impuestos a la población general y actividades en particular. En buen maracucho se decía que tener desarrollo era tener “cobres” (denominación coloquial de dinero en nuestra caliente tierra)

Otra visión de desarrollo “cuartorrepublicano” fue la construcción de obras civiles monumentales, edificaciones a veces de uso fatuo y la implantación de una red de servicios privados de toda índole para el consumidor general. Nunca se planteó en el concepto de desarrollo la inclusión de todos los miembros de la comunidad (desarrollo social) y a la naturaleza (preservación ambiental), bases incluidas en el concepto de desarrollo sustentable establecido en Río de Janeiro en 1992 y ratificado en Johannesburgo 2002.

Es evidente que el desarrollo del pueblo venezolano ha sido truncado a través de una sistemática exclusión. Recordemos por ejemplo al excusado de Carlos Andrés Pérez, quien planteó medidas “poscoronación” “en función del país” y no de la gente, caldo de cultivo para aquel 27 de febrero. Aprendimos de Alí Primera que “la Patria es el hombre”, primario objetivo de las acciones gubernamentales y del sistema logístico (este último es lo que conocemos como los medios de producción).

El pueblo ante tanta exclusión asume una carga de necesidades no cumplidas, llegando a una depauperación de sus condiciones de salud, con mala calidad de vida o más bien sobreviviendo. Esta condición lo ha llevado a nuestro pueblo a la muerte prematura reflejándolo como un frío número estadístico de morbi-mortalidad. A partir de esa ausencia de ventajas se abre así un pasivo sanitario, compuesto de la ausencia de salud y presencia de enfermedades que merman las capacidades de gran cantidad de las personas de nuestro país y de sus familias.

Aclaremos, pues, qué es la salud. La salud la define la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) como el completo bienestar biológico (del cuerpo), psíquico (de la mente), social (acuerdo entre los humanos) y ambiental (leyes naturales) y no simplemente la ausencia de enfermedad. Decía en el siglo XIX el médico Rudolf Ludwig Virchow (1821-1902) que la política es la medicina en grande. En forma práctica la política de estado y el sistema logístico persiguen ese bienestar bio-psico-socio-ambiental, incluido el desarrollo social de toda la población, elemento asistencial de apoyo por un lado para vencer las enfermedades y las secuelas que ellas dejan, por el otro lado, el emprendimiento productivo.

Esa deuda o pasivo sanitario que hemos tratado de develar es de una magnitud inmensa. Es del tamaño de la brecha que al ochenta por ciento o más de la población lo separaba del sector social tecnócrata y gubernamental, o quizás mucho mayor como el tamaño de la brecha que los separaba de las oligarquías criollas y multinacionales. Las evidencias sobran, por ejemplo damos las decenas de planes de asistencia quirúrgica del gobierno nacional (en nuestro país o en Cuba), de los gobiernos regionales y municipales, no dan abasto aún con la demanda de la población venezolana.

Un avance importante para Venezuela y su comunidad fue la obra constitucional que inscribió el deber de dar salud a la comunidad (higiene) con responsabilidad de carácter compartido (gobiernos, empresas y comunidad) como parte del derecho a la vida (artículo 83) y luchar contra las enfermedades (prevención, curación y rehabilitación) con asignación de recursos oficiales para tales fines (artículo 84). El otro avance es la decisión de crear una red nacional sanitaria de atención primaria, conocida bajo la denominación de Barrio Adentro. Un avance más es la asignación mas cuantiosa que sobrepasa rotundamente a los pasados presupuestos para la materia de asistencia de salud pública que en antaño no superaba el 3% del presupuesto general a través de presupuestos ordinarios y de las Misiones.

Pero a pesar del avance de la base constitucional, de atención primaria de salud y la reconsideración presupuestaria, encontramos la perversa obra de atención. Esta alevosa mala-atención cuenta con una falta de calidad avanzada, caracterizada entre otras con un enfoque de solo atender enfermedades (nada de higiene), con solo actividades sanitarias de segundo y tercer nivel (abandono casi total del nivel primario), con una multiplicidad institucional y fractura-parcelamiento institucional, deterioro de infraestructura y la disminución de la nueva oferta geo-poblacional de servicios del sistema de salud, entre otras.

La oferta definitivamente es insuficiente y se complementa con las propuestas privadas de atención (sistemas prepagados, seguros de hospitalización, cirugía y maternidad y las clínicas privadas), sector inalcanzable para la mayoría de nuestra población. Para nuestro estado Zulia, por ejemplo, la oferta del nivel asistencial tipo dos (ambulatorios) y tipo tres (hospitalario), cuenta con los mismos centros para cuando el Zulia contaba con solo dos millones de habitantes, hoy solo la ciudad de Maracaibo cuenta con esa misma cantidad de habitantes. Como si fuera poco somos sujetos de la tecnología médica que está al servicio de las ganancias y no del apoyo al humano, con una dependencia de culturas científicas-rentistas de multinacionales, mercaderes de la vida y la muerte en esos términos.

Estos procesos neoliberales y neocoloniales estaban y están inscritos en el subyacente plan de la “privatización de la salud” que es auspiciado desde siempre por un sector del personal de salud pública. Este proceso empezó incluyendo unos representantes comunitarios que avalaran, luego de alienados, el cambio del tradicional modelo gubernamental venezolano de la salud pública definido como comunista (en los establecimientos del ministerio de salud o sus representantes regionales) y el modelo socialista de las instituciones fundadas bajo el auspicio de los trabajadores (IVSS, IPASME, Salud Militar y Policial, etc.) introduciendo en su propio seno a un modelo semiprivado (colaboraciones y pago de servicios a “precios solidarios”) como “una salida” a las carencias o servir de semáforo o señalización hacia lo externo, hacia las clínicas privadas. Mal podemos pensar que nuestro pueblo es un ejército de pedigüeños, que no se merece el apoyo logístico para situaciones concretas de enfermedades (curación y rehabilitación) y de emprendimientos productivos.

Desde la misma PDVSA se debe facilitar el proceso de apoyo a través de Desarrollo Social. Este pueblo con ese pasivo sanitario, ese que es constituyente, se vuelve más vulnerable, con altas cargas que no le permiten progresar junto a otros factores. Tempranamente y permanente vulnerado lo conduce a el a una incapacidad funcional y disminuye al país en capacidad de crear una amplia base del poder comunitario, que es original. Es prioridad llevar a la línea base a toda esa población excluida, cuya cuota parcial es del orden del ochenta por ciento o mas, excluida por años. Es esta una función de Desarrollo Social de PDVSA en apoyo a la gestión de nuestro líder presidente. La cuantía y el número de apoyos a nuestros compatriotas no se pueden limitar a cantidades irrisorias que desconsuelan a las personas, sus familias y allegados y los acerca cada vez más a la muerte. Mientras desarrollamos la organización e infraestructura necesaria tenemos que seguir apoyando a nuestros compatriotas, paralelamente, para apoyar la vida y la suerte de nuestra patria, “la patria es el hombre” como decía Alí.

* La Patria es el Hombre. (Alí Primera)

** Flora y Ceferino. (Alí Primera)


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Elio Ríos


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