Desde el anuncio de la expropiación del edificio La Francia, que tenía como propietario a la Universidad de Oriente; aunque sus ocupantes eran otros, el canal golpista Globovisión regentado por Alberto Federico Ravell salió a buscar “escudos humanos” como buenos sionistas, que taparan las bajas inclinaciones “comerciales” de estos judas modernos apostados en La Francia, los cuales se hacen llamar generadores de empleo, sabiendo toda Venezuela que su único oficio es el lavado o legitimación de capitales, venidos los mismos del contrabando de piedras preciosas y monedas extranjeras traídas por los caminos verdes.
La usura y el contrabando tienen sus practicantes y defensores desde que se conoció el mal mayor llamado capitalismo; Judas, Colón, Rockefeller, Henry Ford, hasta los bribones de baja monta pero bribones al fin, Pinchas Brenner, Guillermo Zuloaga, Nelson Mezerhane y Federico Ravell.
De todos estos señores tal vez el director despedido de Globovisión ha resultado el más excéntrico, no hay duda en aceptar que la alienación es tan peligrosa que termina disociando a sus propios creadores y promotores; Ravell es un ejemplo de ello, bebió de su propio veneno, se creyó intocable, su diseño enajenador terminó desubicándolo de su propia realidad, hoy amaneció como un andrajo llevado por globos de colores con destino desconocido un martes de carnaval.
Qué nuevo rol tendrá el defensor, de las manitas blancas, de las “autoridades” de la UDO y los contrabandistas de piedras preciosas que ocupaban el edificio La Francia, tal vez lo veamos como candidato a diputado este veinte seis de septiembre para complacencia de su gremio de disociados; aunque su auténtico papel estaría en llevar a cuestas, una pala, un pico, una escudilla y un pocillo de peltre, no para que cave su propia fosa “ojo”, sino para que haga de la explotación aurífera ilegal su nuevo oficio y pueda organizar el gremio de garimpeiros en el alto Orinoco, suficientes razones tendría para defender a contrabandistas arriesgando así su propio pellejo al hacer resistencia a los embates de la mugre capitalista; eso sí, no debe olvidarse llevar su botellita de agua mineral así no tendrá que beber de la contaminada con mercurio.
De igual forma, le recordamos hacer su recorrido con cuidado, no vaya a andar por ahí el famoso Trineo de Papá Noel; aquel que anunció el vicepresidente colombiano por Globovisión, y éste lo atropelle para luego inculpar a Chávez.
Sentimos mucho que el mismo Ravell se haya quedado sin espacio radioeléctrico donde pueda mirar a sus propios fantasmas habitando casas en el aire.
Nitu Pérez, ahora que Ravell se va, toma su pañuelo, sécate las lágrimas y mírate en su espejo.
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