Cuando hablamos de hacer pedagogía política en los medios revolucionarios, nos referimos a poner en práctica la propuesta de Paulo Freire: «La pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y, el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación».
Por ello debemos dejar muy claro -desvelar- que los medios tienen como función principal: preservar, justificar y presentar al capitalismo, al consumismo, como el mejor de los sistemas posibles. En consecuencia, los medios y en especial la televisión, a través de costosas y atractivas campañas publicitarias inducen, estimulan al consumo masivo de los productos y servicios que venden los anunciantes.
La televisión ha creado la ilusión de que la libertad y la felicidad están asociadas a la capacidad de adquirir cosas y satisfacer necesidades inducidas y superfluas, privilegiando el “tener” sobre el “Ser”: “consumo, luego existo”.
La revolución ha mejorado la calidad de vida del pueblo, aumentó su poder adquisitivo, convirtiéndose paradójicamente en consumidores de todo tipo de ¿bienes? a merced de la televisión publicitaria. Debemos establecer mayores controles y hacer una televisión liberadora.
oliva2021@gmail.com
