Anclaje mediático

Nos preparamos para afrontar tres procesos electorales que arrancan en octubre de 2012, sin contar con las primarias que llevará a cabo la oposición en febrero del próximo año. Los diferentes actores –bloques políticos, electorado y medios de comunicación social- se preparan para la larga jornada electoral.   

Los bloques políticos –GPP y MUD- se aprestan para la confrontación final entre dos proyectos de país. Uno en marcha con logros, aciertos y errores; el otro, fraccionado entre 6 precandidatos y que deberá   ser conciliado, integrado o negociado  una vez que se realicen las primarias de la oposición. 

El electorado, el actor que decidirá,  asiste al espectáculo electoral desde diferentes grados de madurez política y postura crítica ante la oferta electoral y la confiabilidad en la información que emana de los medios de comunicación social, comprometidos con el juego político.  

Los medios, el tercer actor que mediará  entre la oferta de los bloques políticos y el electorado,  supuestamente deberán informar respetando el derecho de la ciudadanía a una información independiente, imparcial  y plural.  Sin embargo, en Venezuela, la propia dinámica social ha permitido unos medios de comunicación social desbordados y absolutamente imbricados en la contienda, que   informan con claras intenciones políticas, afectando el tratamiento y significado de la información.  Así, la complacencia social ante los excesos políticos de los medios, les ha otorgado una suerte de licencia para  la contaminación política de la información y  la escasa distancia que se mantiene ante sujetos, objetos y acontecimientos.   

En consecuencia, la ciudadanía  se encuentra irremediablemente sometida a una sobresaturación informativa, que curiosamente no ha degenerado en un severo cuestionamiento a medios de comunicación social y a periodistas. Muy por el contrario se ha producido un “anclaje” o maniobra de amarre entre los  receptores   y la información que emana  de los medios de comunicación que representan el sector político  con el que se identifican.

Cumple así el anclaje una función de “certeza informativa”, por cuanto refuerza día a día la verdad en que se quiere creer, aún cuando se trate de una realidad sesgada, tergiversada o envilecida al servicio de una parcialidad política. 

maryclens@yahoo.com 


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Maryclen Stelling


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