Vargas Llosa
arremete contra wikileaks rebajando los contenidos de los informes secretos
filtrados a simples chismes que todos sabiamos. Vargas Llosa utiliza
otra “sesuda” coartada para justificar su juicio: un articulo de
Fernando Savater en la revista Tiempo del 23 de diciembre de
2010.
Llosa asegura
que nunca discrepa con los juicios y críticas de Savater, padre de
la extrema derecha española civilizada y jocosa y fundados de su brazo
político: Unión Progreso y Democracia, y que por lo tanto los
hace suyos.
¿Realmente
wikileaks no aportó nada que no conociésemos? Vargas Llosa miente.
Quiere reconducirnos a lo adjetivo y no a lo sustantivo de los cables.
Está claro que poco nos importa la opinión de los embajadores estadounidenses
sobre los presidentes latinoamericanos, es predecible, como también
era predecible que los medios internacionales que difunden los cables
en exclusiva: El País, The Guardian, The New York Times aplicarían
una férrea censura basados en sus intereses. ¿Por qué no previó
eso Assange? Lo desconozco, pero Vargas Llosa ni la nombra.
Pero lo que
“Varguitas” no dijo es que gracias a los cables filtrados supimos
que las investigaciones en el Estado español por crímenes de guerra
de Estados Unidos en Irak estaban siendo torpedeadas por los propios
fiscales españoles bajo órdenes de EUA.
“Varguitas”
no habla de la venalidad de la Autoridad Nacional Palestina contra Hamas
y mucho menos de los muertos civiles en las guerras de agresión criminales
de Afganistán e Irak que la Unión Europea y Estados Unidos camuflan
o callan y en los cuales se regodean en los cables.
Lo que wikileaks
confirma es que el imperio del secreto (de lo privado dice él) fue
sustituido por el de la mentira. Que quienes mandan nos mienten en público
y en privado, y además son impunes.