Si no es negociación sentarse a conversar con quienes derrocaron y sacaron en ropa interior de sus habitaciones a un presidente constitucionalmente elegido en sufragios libres ¿cómo coño se llama eso?
Todos, absolutamente todos, habíamos entendido, en especial después de lo expresado por el propio Zelaya, que con los golpistas no había nada que dialogar, mucho menos negociar. Que su salida, la de los golpistas, tenía que ser incondicional.
Las informaciones de prensa después de la vergonzosa reunión de Zelaya con la Clinton, dan cuenta de un Goriletti dispuesto al diálogo.
¡Por supuesto que tiene que estar de acuerdo en dialogar!
El sólo hecho de que presidentes, como el de Costa Rica, medien en un conflicto que no es “conflicto” sino “golpe de Estado”, le da visos de legalidad al dictador y a sus acciones. Analicemos por qué:
1. Ya no se les podrá llamar más en su propia cara, golpistas a los golpistas. La diplomacia exigirá el debido respeto con ellos y como es obvio, se les tendrá que tratar como dignos caballeros porque ya no son malditos fascista, sino dignos negociadores.
2. Esta negociación, así Zelaya diga que “no es negociación sino planificación de la salida del gobierno golpista”, se tendrá que dar a la mampara del gobierno ilegítimo; en donde el presidente constitucional no es presidente y por tanto, no debe esperar ser tratado, como Jefe de Estado, sino como un cornudo que se ha prestado para semejante cabronería.
3. Le allana a los usurpadores del poder, el camino para salir de este mollejero en el cual están metidos y el propio Zelaya, al aceptar esta mediación de Oscar Arias, facilita esa salida; convirtiéndose Zelaya, de mártir, en tremendo cabrón.
4. Al sentarse a negociar Zelaya con estos gorilas, legaliza el golpe y automáticamente los excusa de todo acto criminal cometido en estos días por estos simios en contra del pueblo Hondureño.
5. Pero lo más delicado de este diálogo, es que Manuel Zelaya deja de lado; le da la espalda a la comunidad internacional representada en la ONU, la OEA, SICA, Grupo de Río, UNASUR y ALBA para entregarse en los brazos del imperio como único intermediario para planificar una eventual restitución del orden democrático, a decir de la Clinton y no de su reincorporación en el cargo de Presidente constitucional que legítimamente detenta y del cual fue sacado, por la fuerza, precisamente por la ultraderecha apoyado por la mano cómplice del maldito imperio norte americano.
No queremos extendernos más en este asunto que nos produce tremenda indignación por no decir arrechera.
El ALBA, con acciones entreguistas como las de Zelaya hoy en Washington, pareciera convertirse en ocaso; porque, cuando evocamos el cantar de Alí, El Primera, cuando dice que: “pa´amanecer no hacen falta gallinas, sino cantar de gallos”, pareciera, en esta hora menguada de los gobiernos revolucionarios; de este resurgir del gorilismo en nuestra bella América Latina, que hubiese llegado la hora de los cabrones y cuán doloroso nos resulta reconocer este calificativo en la persona de Manuel Zelaya.
¡El que tenga oídos, que oiga!
(*) Médico
Dr. Eliécer Alvarado Pulgar
elieceralvarado@hotmail.com
