Honduras: ontología de una vieja práctica que se resiste a morir

En las márgenes occidentales, Honduras fue asiento de la civilización Maya. A Honduras se le suele llamar en ocasiones “el país invisible” como si se tratara de un país que se encuentra a la “sombra de la historia” que cede terreno, en cuanto a hechos trascendentales, a sus vecinos de la región: México, Cuba, Guatemala y El Salvador. Exceptuando a Francisco Morazán2, elegido Presidente del país y más tarde de la Federación de Países Centroamericanos, Honduras no ha tenido ninguna otra figura histórica verdaderamente significativa. No las ha tenido ni siquiera con “signo negativo”, como, por ejemplo, el dominicano Trujillo o el nicaragüense Somoza. Tampoco en la esfera del arte y la cultura hacen acto de presencia “estrellas hondureñas” de magnitud mundial. Incluso reconocidos eruditos deben hacer un gran esfuerzo para mencionar nombres de escritores, poetas, pintores o músicos oriundos de Honduras

Es un país Centroamericano con tradición de gobiernos títeres y que por lo tanto es el puente ideológico entre el pasado imperialista y el presente progresista y liberador.

Es, por decirlo así, el portaaviones ideológico, con planes transnacionales de buscar la vulnerabilidad del nuevo esquema liberador de este siglo. Cosa que las oligarquías entienden que sus privilegios cesaron por el devenir arrasador del pueblo con conciencia socialista. Honduras, es el plan histórico para poner a circular el esquema neoliberal que esta en pleno desvanecimiento e ilegitimidad por el arrastre de las fuerzas irrebatibles de un pueblo que ya ha tomado conciencia de su existencia histórica. El pueblo Hondureño es imparable ante esta situación y eso lo entiende perfectamente el gorilato usurpador-violador.

El respiro del capitalismo agonizante depende de su "patio trasero", que jamás recuperaran. Como dijo un campesino hondureño, "...me robaron mi conciencia por un tiempo largo, pues ya la recupere y ahora se jodieron los riquitos...". Esa expresión es la expresión de todos los pueblos del mundo, que cuando vivían arrinconados en su ignorancia, hacían de ellos un servilismo como en la edad media: "no te subleves por que la providencia te castiga". Esa era la voz de la conciencia impuesta a los pueblos oprimidos, un pueblo adormecido que despertó del gran letargo histórico.

Observemos que en Honduras, uno de los países mas pobres del mundo, es la consecuencia clara de la ofensiva oligarca-imperialista y lo mas paradójico es que posee una fuerza armada altamente tecnificada con un pueblo fuertemente empobrecido, es decir, es un país diseñado para reprimir a su pueblo cuando los intereses de la oligarquía y el capitalismo esta en peligro. A tal efecto, los pueblos latinoamericanos debemos profundizar las luchas ideológicas. Es urgente la conformación de cuadros a nivel de nuestra región, para que nos quitemos esa nube que nos separa de lo aparente a la esencia de la realidad, de lo que somos y de lo que tenemos.

Honduras será un ejemplo de lo que hemos avanzado ideológicamente, gracias a la toma del poder en Venezuela por su pueblo en el 2002, eso reflejo la real conciencia latinoamericana, golpeada por años por el imperialismo y empobrecido por sus riquezas explotadas por las transnacionales.

Este gobierno de gorilas es una representación del poder forzado que el neoliberalismo aplica en una época como la que estamos viviendo. La pelea es entre pueblos que dejaron de ser sumisos o arrodillados ante el imperio contra la ideología de la represión. Los gobiernos del mundo están demostrando su rechazo al revivir de esta vieja práctica de la Cía.

Todo el mundo se ha dado cuenta de las apetencias de esta oligarquía endemoniada, un gobierno incorporado por el demonio del poder y sus apetencias de conformar a Honduras en su hacienda, es una dictadura fracasado, es una dictadura que no tiene capacidad para "gobernar". Un "gobierno" represor, es un "gobierno" que actuará para reprimir de por vida y eso no se lo cala ningún hombre que “aprendió a ser hombre de este pueblo”, como dijo Martí.

Durante su historia, Honduras ha sido el pueblo mas humillado de América Latina, con una población con un 80% de pobreza critica, con un analfabetismo que sobrepasa del 50%, una tasa de desempleo y subempleo que esta por encima del 40%, estos indicadores nos dice que es un país que no es país y con una dictadura de locos asesinos se convertirá en una hacienda de intereses oligárquico y de necesidades mayores. Seria, en última instancia un país aislado y militarizado por una fuerza armada que podría caer en la conciencia de su pueblo, es decir, se sucedería una toma de conciencia por una parte de los militares que también son pueblo.

En mi opinión, las Fuerzas Armadas han adquirido el mayor desprestigio, ya que históricamente siempre fueron serviles a los intereses multinacionales y ya se han ganado el repudio del pueblo. "Ellos han querido cambiar su nombre, cambiar su historia y ese es el gran desafío que tienen, o atienden a los intereses de los poderosos o atienden a las necesidades del pueblo". Y de los gorilas, han demostrado que no tienen capacidad para gobernar, son grupos de intereses, de repudio, de discriminación hacia el pueblo. Como regir los destinos de un pueblo cuando tienen el rechazo del colectivo general y de todas las naciones del mundo. Quieren disfrazar su brutalidad como algo legal. Solo basta con ver como han golpeado a un pueblo que tiene la razón, a un pueblo que eligió a su presidente por vía constitucional y que fue depuesto, golpeado, amenazado y sacado, de la manera mas humillante, del país a otro país en condiciones "no diplomáticas"

Un portaviones para acabar con los pueblos progresistas o al menos prevenir sus ideas.

Cuando tuve la oportunidad de visitar a Centroamérica, durante los años 80, logre leer un libro viejo titulado “Elogio de Tegucigalpa”. Era una antología de artículos dedicados al pasado y al presente de la capital hondureña. Leí el libro de principio a fin adquiriendo conocimientos  sobre esta ciudad, cuyo nombre en la lengua de los indios Nahuatl significa “Cerros Plateados”. Resulta romántico, cautivante, enigmático. El país se encontraba, metafóricamente hablando, entre “tres fuegos”: las guerras internas en Nicaragua, Guatemala y El Salvador estaban en su apogeo; la propaganda occidental explotaba activamente la tesis de la “intervención soviética” en los asuntos de América Central. Se acusaba a Moscú de financiar secretamente a las agrupaciones beligerantes marxistas de izquierda y de suministrarles armas “por conducto de canales cubanos”.

En aquellos complejos tiempos de ”confrontación bipolar”, para un representante del “bloque soviético” tratar de meterse en Honduras era equivalente a un suicidio. Los “escuadrones de la muerte” internacionales, los siniestros “contras”, los omnipresentes especialistas norteamericanos en “operaciones secretas”, los “uniformados” hondureños, con vasta experiencia en represiones y “desapariciones”, llevaban a cabo su trabajo sucio, mientras que en los partes de “La Voz de las Américas” y de Reuters, Honduras invariablemente figuraba como vanguardia en el enfrentamiento exitoso a la “amenaza comunista”.

Precisamente por aquel entonces (años 1981 al 1985), como todopoderoso embajador norteamericano en Tegucigalpa estaba John Negroponte. En plena guerra fría, su misión era en extremo precisa: impedir el “efecto dominó” en la región. Si los comunistas se apoderaban de Nicaragua, seguidamente caería El Salvador, luego Guatemala hasta que le llegara el turno a Honduras. Es por ello que Negroponte no vacilaba a la hora de decidir los métodos y medios para enfrentar a los movimientos guerrilleros. De paso, en Honduras se llevaba a cabo una “depuración” de diversas estructuras de apoyo a dichos movimientos, así como de disidentes sospechosos. No en balde en la época de Negroponte a este país, militarizado al máximo, se le denominaba el “Portaaviones Honduras”.

El periodista Rubén Luengas declaró en el noticiero En Contexto, de Telemundo 52, Los Angeles, que el golpe de estado en Honduras tuvo que haber sido por un grupo importante dentro de Estados Unidos. Dio a conocer, además, que Roberto Micheletti no tiene ningún apoyo internacional salvo por una organización fascista que él apoya y que tiene miembros neonazis.

Luengas recordó que Honduras es un país que depende al 100% económicamente de los Estados Unidos, y que fue en los 80's el porta-aviones ideológico de Ronald Reagan.

Señaló que en ese entonces el embajador norteamericano era John Dimitri Negroponte, quien creó escuadrones de la muerte para la política de Ronald Reagan en Centroamérica. "John Dimitri Negropone, coincidentalmente, estuvo a principios de junio en Honduras".

Todo esto nos manifiesta que el golpe fue para detener el espíritu progresista que se ha propuesto el pueblo de nuestra patria grande porque ya basta de tanta hambre y humillación. 

El pecado de José Manuel Zelaya Rosales

No es por convocar al pueblo a una consulta inofensiva y comprometedora, es que en el plano internacional, Zelaya ha desarrollado una política exterior cercana a los gobiernos progresistas de América Latina, lo cual le ha valido los apelativos de “populista” y “detractor” de los Estados Unidos, todo ello por atreverse a reclamar el derecho de los pueblos latinoamericanos a decidir sus propios destinos. Internamente, Zelaya ha abierto la casa de gobierno a los sectores populares a fin de confrontar a los altos funcionarios con los sectores más humildes e históricamente ignorados y en 2008 se enfrentó contra un grupo de diputados que pretendían que el Congreso Nacional aprobara una reforma a la ley electoral, a través de la cual el Estado se comprometía a financiar permanentemente a los partidos políticos con dinero del presupuesto nacional. Un decreto de incremento al salario mínimo le valió a Zelaya la antipatía definitiva de los sectores dominantes y las empresas de comunicación, quienes enfilaron el grueso de la artillería mediática contra los intereses de esta nación centroamericana.

En los últimos meses, el presidente Zelaya ha venido proponiendo la realización de una encuesta nacional, a fin de consultar al pueblo hondureño sobre si está o no de acuerdo con la instalación de una cuarta urna durante las elecciones nacionales del próximo noviembre. Es decir, que además de la urna presidencial, de diputados y de alcaldes, se incluirá una cuarta en la que los electores opinarán sobre la posibilidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Esta propuesta ha generado un verdadero maremoto político, en el que los sectores ultraconservadores se han unido a los medios de comunicación y han emprendido una campaña multimillonaria en contra del “SÍ”, utilizando todos los métodos de guerra psicológica y argumentos extremistas a fin de influir y atemorizar a la población, con miras a evitar la consulta.

El pecado de Manuel Zelaya ha sido el de ser el fortificador de un pueblo que ha vivido en la miseria y que ha estado condenado a seguir siendo eol país del silencio y del oscurantismo. En estos momentos, mientras estoy redactando esta reseña, puedo percibir la valentía de un pueblo que en génesis esta demandando su soberanía, esta reclamando la presencia del depuesto demócrata Zelaya, que ha significado para el resto de los pueblos que debemos hacer una revisión de los esquemas para el cambio. Surge, no obstante, una nueva Teoría de la Liberación plasmados en el instinto de lucha y empezando a tomar conciencia de si mismo, de su existencia y de su realidad, sobre todo, tomando conciencia de su dimensión espiritual.

(*) Antropólogo. Presidente de Independientes por la Comunidad Nacional del estado Zulia (IPCN)

martinezear@yahoo.com
 



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Edgar Martínez-Castillo(*)

Dr. en Ciencias Políticas


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