Bolivia: 10 de agosto

La oligarquía  cruceña realizó el ilegal referendo secesionista en la Provincia de Santa Cruz el pasado  4  de mayo. Los resultados aceptados  por el gobierno de Evo Morales permiten deducir  que   casi un 49% de la población apta para votar, o no lo hizo o votó por el no.   Es decir, que  la  tan nombrada  masividad y consenso sobre  el "SÍ"  separatista no  existía, y el triunfo de un “SÍ” plagado de fraude, imposición violenta y manipulación, sin ninguna observación internacional respetable,  ilegitimó la presencia de los pobladores cruceños en las  urnas.

 
Como respuesta a esto el gobierno  de Evo Morales, quien lidera el proceso de Revolución Democrática y Cultural, llamó a la unidad nacional, ratificando que  él es el Presidente  de todos los  Bolivianos.  Previo al referendo, el primero de mayo, se dio por primera  vez  la marcha  conjunta  de los campesinos  e indígenas bolivianos con la COB (Central  Obrera  Boliviana) en un  acto que más  allá  de lo  simbólico, marca un salto en el nivel de conciencia  de unidad nacional y en defensa del proceso en curso. 

El Gobierno del MAS, instrumento político  de los movimientos  sociales que  lidera  la Revolución, retomó la iniciativa  política al aprobarse por el Senado la propuesta de  referendo  para someter  a las  autoridades principales,  nacionales y regionales, es decir, al Presidente y Vicepresidente y a los  9 Prefectos (gobernadores) 

En el  referendo que  se realizará  el 10  de agosto del presente año, la consulta es sobre  la continuidad del proceso.  Para que    se   revoque el mandato de  Evo  Morales y Álvaro García Linera,  el voto por el NO  debe superar el 53,7%, o sea 1.544.374  votos,  que  fue la votación con que fueron elegidos   en el 2005. En el referendo del 10 de agosto se preguntará a los bolivianos si están de acuerdo con "la continuidad del proceso de cambio" encabezado por Morales y su Vicepresidente, así como con la permanencia de los Prefectos.

 
Si los bolivianos, en este caso,  con  toda la legalidad y con la veeduría internacional  que  a bien tenga  asistir, deciden  la remoción   de los mandatarios,  el gobierno tiene de tres  a seis meses  para  llamar a nuevas elecciones. La  disputa  ahora   se  traduce en lucha por la legitimidad. Las ánforas (urnas electorales),  que  continúan   siendo el camino de la Revolución  Democrática y en Paz,  decidirán en franca contienda política  qué  sigue en Bolivia.

 
Los Estados Unidos y las potencias imperiales  europeas  tienen que  entender que nuestros pueblos  están en la búsqueda de sus  destinos truncados. Deben optar entre respetar la soberanía y autodeterminación de nuestras naciones o la descarada intervención, que inundaría  nuevamente  de guerras por la independencia, como en el siglo XVIII y XIX a Nuestra América.

 
Bolivia junto a sus pueblos originarios creen en el diálogo, y construyen desde siempre  en resistencia. Ellos  entienden que  este  es el momento de tener un nuevo Estado, donde  convivan en igualdad y justicia  todos los  bolivianos. Esa  decisión cimentada por las luchas y sus  mártires y héroes, ya  no  tiene  marcha atrás.

pedrocorros@hotmail.com>



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