En la teoría marxista la alienación del trabajo se manifiesta cuando el trabajador no se reconoce en su producto, el objeto que crea, o la mercancía cuando llegue al mercado. El producto en el cual pone todo su esfuerzo se convierte en algo ajeno, que no le pertenece y pasa a manos del capitalista. Este producto del trabajador por ejemplo, una pieza, una mesa, no pertenece al obrero, sino al dueño de la fábrica.
Vamos a tratar de aplicar este concepto a la guerra, estableciendo una analogía, donde el producto esperado de la misma que es la victoria o la derrota como resultado final de la guerra, es “producto" del esfuerzo, sacrificio y riesgo de los combatientes, los cuales son los “trabajadores" del conflicto, la mano de obra.
En toda guerra intervienen también, directa o indirectamente otros participantes como son potencias externas, aliados, financiadores, prestamistas, en fin otros países más allá de los que están directamente implicados en el campo de combate. Estos participantes llegan al conflicto por sus propias motivaciones e intereses, políticos, comerciales, militares, otros.
Si el "producto" de la confrontación, en este caso la victoria o la derrota, la paz, los términos del acuerdo, es decidido o dictado principalmente por las fuerzas externas participantes y no por el propio contendor que pone los medios humanos, queremos señalar que hay una semejanza con el modelo marxista de la alienación y se puede argumentar que hay una alienación del resultado bélico de la guerra. Y así como el obrero ve su esfuerzo apropiado por el capital, el soldado puede ver su sacrificio manipulado por intereses externos a su país. Donde el producto deja de pertenecer a los productores, al ejército participante, y pasa a manos de los otros participantes. Es un caso de alienación bélica o alienación de la guerra.
El soldado o la nación combatiente comprende que el fruto de su esfuerzo le es arrebatado o manipulado por intereses ajenos a sus interese nacionales. Aunque Ucrania se prestó inicialmente a estos intereses, porque todos pensaban que Rusia seria tontamente derrotada. Ahora la victoria o la derrota le pertenecen a otro, le es extraña a Ucrania, no es de ella.
Podemos identificar por ahora dos tipos de alienación, la alienación del producto, cuando el resultado del esfuerzo deja de pertenecer al productor y la alienación del proceso cuando las características y rutas estratégicas no son definidas tampoco por el productor sino por los participantes externos o extranjeros.
En el caso de la guerra de Ucrania se pueden identificar los dos tipos de alienación, no son dueños del producto y no son dueños del proceso. Trayendo estas categorías queremos desarrollar una perspectiva más pertinente para analizar ese conflicto de Ucrania. Por ello nos adherimos al marco de la alienación, al ver la guerra no solo como una lucha militar, sino como un proceso económico y político cuyos resultados son expropiados y apropiados por terceros. Ucrania solamente es Carne de Cañón.
Ucrania se encuentra en la posición del "trabajador" que pone el cuerpo y el esfuerzo, pero no controla ni el porqué, ni el proceso ni la herramienta de su labor. El país se transforma en un agente cuya lucha por la supervivencia y la liberación nacional ha sido sustituida por los intereses más amplios del enfrentamiento geopolítico entre bloques de sus supuestos amigos. La guerra deja de ser una lucha con una lógica intrínseca, determinada por las necesidades de sus combatientes, para convertirse realmente en un conflicto por mampuesto donde Ucrania es utilizada para debilitar a Rusia y cuya lógica, duración y método están dictados por los implicados externos y el equilibrio de poder global, donde Ucrania si acaso es actor de reparto.
Pero es una lucha por su existencia, cuyo comando y cuyos resultados han sido enajenados. Hay un elemento adicional ineludible de señalar por la integridad de Ucrania, y es que se indica que el presidente de Ucrania aunque nació en Ucrania, como un espejo doblado distorsiona su imagen, con la cercanía con Israel, y defiende a Netanyahu, quien indudablemente lo aconseja.
Es el momento que Ucrania recupere su soberanía, ante precisamente los que dicen defendérsela. Debe decidir. Los participantes externos no le permiten a Ucrania definir sus propios objetivos, sino que le imponen como únicos los propios. Debe recuperar ya su soberanía.