Las sociedades están definidas por características propias consecuencia de su origen y evolución histórica, en lo social, lo económico, lo politico, que le dan un perfil que las diferencia de las demás. En el caso de los Estados tomamos a la Guerra de Viet Nam como punto de inflexión, o momento a partir del cual se cambian radicalmente las dinámicas internas de los EEUU encontramos que, junto a la derrota se instauran en esa sociedad una serie de características negativas que la marcan hasta el día de hoy con particularidades definitorias. Vietnam fue para el imperio de EEUU, como la batalla en el Bosque de Teutoburgo, en el siglo 9 DC, emperador Augusto, donde el Imperio Romano perdió 3 legiones a manos de las tribus germánicas, mostrando que un pueblo decidido puede detener a un invasor.
Así la sociedad de Estados Unidos, un gigante cultural y político, se encuentra en un constante estado de evolución, moldeada por una compleja red de factores interrelacionados que han forjado su historia y su presente. Entre los elementos más influyentes en esta configuración actual se encuentran la crisis de las drogas, las intervenciones militares en el extranjero y un creciente empobrecimiento de su población que debe recurrir a los aportes del estado que se ve obligado a proporcionársela.
Por otro lado estos son elementos negativos definitorios deben ser utilizados por los grupos que buscan un cambio en socialista en los Estados Unidos porque es tal el enraizamiento de estas situaciones que a pesar de los perjuicios que producen, con la configuración actual de esa sociedad no pueden ser encarados y resueltos, e inclusive se han identificado en el nivel internacional como fenómenos típicamente estadounidenses.
El creciente imparable consumo de drogas es uno de esos factores que ha creado una de las crisis de salud pública más devastadoras en la historia de ese país imperialista. Lo que comenzó como una diversión y como un problema de adicción a analgésicos recetados se ha transformado en una tragedia nacional, impulsada por la herencia de la guerra de Vietnam y por la proliferación de sustancias más potentes como el fentanilo y la incorporación de grandes grupos delincuenciales propios de Estados Unidos. Las cifras de muertes por sobredosis han alcanzado niveles alarmantes, desmantelando familias y comunidades enteras.
La droga ha potenciado la actividad financiera y el capital de los Bancos y de las grandes fortunas fortaleciendo el sistema capitalista y ha creado un rostro oculto de delincuentes de alto nivel que permanecen ignorados por el público y protegido por autoridades. Nadie conoce ni se lo preguntan allá ni aquí, quienes son los capos modernos de la droga en Estados
Al mismo tiempo, la política de la "guerra contra las drogas", con su énfasis en la oferta de drogas, se ha convertido en un instrumento punitivo para agredir a otros países, aunque sean inocentes, como es el caso de Venezuela. Y la criminalización interna de los consumidores más pobres o negros, ha castigado de manera desproporcionada a las comunidades marginadas, exacerbando las desigualdades sociales y raciales que ya existían.
Otro componente de la identidad estadounidense actual ha sido la guerra como el elemento esencial de su política exterior y estrategias expansionistas. Desde 1945 Estados Unidos ha intervenido bélicamente en casi todos los países con un record calculado de 240 intervenciones militares, lo que ha dejado una marca duradera en la psique nacional.
Las consecuencias emocionales, psicológicas y físicas que sufren los veteranos y sus familias son una prueba palpable de este legado visto desde este aspecto pero cada una de ellas ha servido para consolidar la hegemonía externa del país. El trastorno de estrés postraumático (TEPT), las lesiones físicas y la dificultad de reintegración a la vida civil son realidades que un número creciente de estadounidenses enfrenta.
Pero el capitalismo tiene como tercer factor definitorio, su dinámica excluyente donde la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres ha profundizado divisiones sociales y ha alimentado un sentimiento de descontento generalizado, donde antes se hablaba de igualdad, hoy desaparecida. EEUU ya no puede resolver sus crisis internas como antes. La clase media, factor de estabilidad social, se ha visto estancada o en retroceso, mientras que una pequeña porción de la población ha acumulado una riqueza sin precedentes. La pobreza creciente y sin antídoto impide a la mayoría de la población a recursos esenciales como la educación de calidad, la atención médica asequible y la vivienda, y al consumo típico de esa sociedad, lo que es terreno para un mensaje reivindicativo
Estos factores se entrelazan para formar una red de contradicciones que definen la actual sociedad de Estados Unidos, donde no es la abundancia, la riqueza, la igualdad, lo que la distingue, eso sucederá allá cuando llegue otro sistema más social. Las características que definen hoy y que no se reflejan ni en los medios ni en la conciencia de sus gentes son un conjunto de problemas, exclusión, discriminación, marginación, y para las cuales los grupos de súper súper ricos que la dirigen, que hasta un Rockefeller es empleado de ellos, no tienen ninguna sensibilidad ni opciones de solución a esa problemática del pueblo de los Estados Unidos.
