El pragmatismo en desarrollo

"Sábete, Sancho, que todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien esté ya cerca" Don Quijote de la Mancha:

Como lo sabe todo el mundo, tuvo lugar, en la base militar Elmendorf-Richardson, Alaska, el 15 de julio de 2025, la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin.

Después de tres horas de conversaciones, ambos presidentes dijeron a los periodistas que habían avanzado en cuestiones no especificadas, pero no dieron detalles, no respondieron preguntas y, lo más importante, no anunciaron un alto el fuego de ningún tipo.

El presidente Trump había expresado que su objetivo para esta reunión era "sentar las bases para la próxima reunión", y señaló, con su amenaza que lo caracteriza, que, si las cosas no van bien, habrá "consecuencias"

Mientras tanto, Putin se mostró más optimista, afirmando que la actual administración estadounidense está haciendo "esfuerzos enérgicos y sinceros para detener las hostilidades".

El tema central de la discusión fue la guerra en Ucrania. Estados Unidos, según ha declarado, busca un fin al conflicto que ya ha durado varios años, mientras que Rusia ha planteado sus propias demandas.

Se informó que el gobierno de Estados Unidos busca, en primer lugar, un acuerdo para un alto al fuego. Trump manifestó que veía ese encuentro como un "tanteo" inicial, y que su meta final es una segunda reunión, en la que también participen el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el propio Putin, para negociar un acuerdo de paz definitivo.

Para el presidente ruso, Vladimir Putin, y el gobierno de Rusia, la reunión con Donald Trump en Alaska tiene varios objetivos clave. Uno, que el intento de aislar al Kremlin ha fracasado y que Rusia está de vuelta en el centro de la política mundial. Dos, negociación directa con el mandamás, Estados Unidos. Tres, presionar para que, al menos, se reduzcan las sanciones contra Rusia a cambio de avances en la negociación y cuarto, dejar claro que se quiere que los cinco antiguos óblasts (región o provincia) ucranianos sean reconocidos oficialmente como parte de la Federación Rusa.

La especulación estuvo también en el ambiente

El futuro dirá.

En todo caso, lo ideológico del encuentro lo visualizó el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien llegó a Alaska con una sudadera que tenía la palabra URSS.

Sobre el pragmatismo

La sociedad actual está llena de incertidumbres y se caracteriza por la vertiginosa rapidez de los cambios que ha debilitado los vínculos humanos. Según Zigmunt Bauman, se caracteriza por su estado fluido y volátil (sociedad líquida) y para Byung Chul Han, la sociedad necesita una revolución en el uso del tiempo.

Podríamos afirmar que estamos en presencia de la ausencia de la ideología y del rechazo al largo plazo; se impone más bien la "filosofía" del "me gusta", de lo inmediato y de las "no cosas". Por eso se vive, de un lado, el tiempo lineal, más enfocado a la productividad, al rendimiento, y a la ganancia y, por otro, la anulación o sometimiento del hombre a la máquina.

Hoy en día, todo se vuelve calculable.

El término pragmatismo tiene su origen en la palabra griega prâgma (πρᾶγμα), que significa acción o hecho y desde el punto de vista del término alemán pragmatisch, que se relaciona con lo empírico.

Se podría decir que el pragmatismo es una corriente teórica centrada en la vinculación de la práctica y la teoría. Describe un proceso en el que la teoría se extrae de la práctica y se aplica de nuevo a la práctica.

Se sostiene que el pragmatismo nació en EEUU a finales del siglo XIX y sus máximos exponentes serían Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey.

No constituye una teoría acabada de la disciplina de Relaciones Internacionales, sino un marco analítico que puede ser utilizado para describir y explicar el proceso de toma de decisiones de la política exterior.

El término pragmatismo se emplea para indicar que una persona o una filosofía centran más su atención en la obtención de resultados, que en los detalles del procedimiento mismo. Esto significa que una persona enfoca sus esfuerzos en la resolución de problemas.

De allí que ser pragmático es aceptar las ideas con su utilidad, practicidad y buen funcionamiento.

Ser pragmático es aceptar que el significado se debe buscar en sus consecuencias prácticas.

Ser pragmático es aceptar que la función del pensamiento es guiar la acción y que la llamada verdad debe ser examinada por las consecuencias prácticas de la creencia.

Ser pragmático no es signo inequívoco de victoria, también la derrota está en el ambiente.

Tenemos que decir que se vive la época del pragmatismo y eso: ¿Es bueno o malo? La respuesta sería: depende con el cristal que se mire o, en todo caso, repetir, con Jean Paul Sartre, lo siguiente: "Todos los medios son buenos cuando son eficaces."

Finalmente, esperemos que, como dice Don Quijote de la Mancha, "el bien esté ya cerca", esto es, la paz.



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Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

 framongonzalez@gmail.com

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