La respuesta militar de Irán a la guerra impuesta por Estados Unidos e Israel al país persa, liberó todos los males escondidos en los países vecinos de Irán.
Mientras Israel destruye y comete genocidio en Gaza y junto a los gringos atacan los centros nucleares de Irán, Egipto, Turquía, Jordania, Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Catar no mueven ni un dedo, para evitarlo y guardan silencio mientras Irán es atacado.
Ahora que los persas responden a las agresiones, esos benditos vecinos de los persas, lloran por los judíos que salen huyendo tras la respuesta con dtones y misiles de Irán; pero el colmo del lloriqueo de esta jauría de hienas, es la respuesta diplomática rabiosa contra Irán por haber atacado la principal base militar gringa en Catar.
El ataque con misiles a la base militar gringa en Catar es la acción que desbordó esa serie de reacciones negativas contra Irán. Saltaron las liebres porque los misiles de Irán rompieron la garantía de seguridad que las resguardaba de los malos musulmanes,
Saltaron reyes, sultanes, emires, oligarcas porque la respuesta de Irán rompió la tranquilidad de su baño continuo de dólares proporcionado por los gringos, a quienes, ek petróleo de esos países les sale casi regalado.
Están preocupados porque el cierre del estrecho de Ormuz y el ataque a las bases militares gringas, que ellos dan cobertura en sus países, les pone en peligro su seguridad financiera, su vida de privilegios personales y su papel perruno y vergonzante de lacayo adinerado de los gringos.
Por ello, la respuesta militar, el desafío valiente y decidido que los persas le provoca a los gringos, rompió el mundo de dominio imperialista y arrogancia perruna de sus lacayos en esta parte de Asia Central. Lo que viene es más complicado para Irán, pero, así se hace la historia y fundamentalmente, la historia antimperialista.
