Un aumento de Charlatanes

"El trabajo produce maravillas para los ricos, pero privación para el obrero. produce palacios, pero chozas para el trabajador"

Karl Marx

Este 30 de abril fue anunciado un aumento en el ingreso mínimo integral, pasando de 131,48$ (90$ bono de guerra, 40$ bono alimentario y salario de 130 bolívares al cambio oficial del Banco Central de Venezuela equivalente a 1,48$) a 161,48$ (elevando el llamado, a partir del 1 de mayo, "ingreso de guerra" a 130$), esto representa un incremento en torno al 22,8%. Sin embargo, solo el 0,91% (1,48$) del ingreso mínimo integral tiene incidencia en el cálculo de prestaciones y pasivos laborales.

Por tercer año consecutivo, el marco salarial seguirá transitando el sendero de la bonificación y el constante florecimiento onomatopéyico de nuevos conceptos para referirse a la remuneración. Esta última práctica se ha establecido como mecanismo de habitual para violentar la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT) y la propia Constitución.

Estas políticas son un buen ejemplo de lo que el filósofo Harry Frankfurt llama "bullshit" (charlatanería) en el terreno institucional; a la charlatanería, nos dice Frankfurt, no le interesa la verdad.

"Para el charlatán… no hay más apuestas: no está del lado de la verdad ni del lado de lo falso. Su ojo no se fija para nada en los hechos… No le importa si las cosas que dice describen correctamente la realidad. Simplemente las extrae de aquí y de allá o las manipula para que se adapten a sus fines".

Si nos remitimos a la LOTTT, no existe en ninguno de sus 554 artículos nada referido a un "ingreso mínimo integral" ni tampoco a un "ingreso de guerra"; lo que sí existe es la definición de salario dispuesto en el artículo 104:

"Se entiende por salario la remuneración, provecho o ventaja, cualquiera que fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en moneda de curso legal, que corresponda al trabajador o trabajadora por la prestación de su servicio y, entre otros, comprende las comisiones, primas, gratificaciones, participación en los beneficios o utilidades, sobresueldos, bono vacacional, así como recargos por días feriados, horas extraordinarias o trabajo nocturno, alimentación y vivienda." También "Los subsidios o facilidades que el patrono o patrona otorgue al trabajador o trabajadora, con el propósito de que éste o ésta obtenga bienes y servicios que le permitan mejorar su calidad de vida y la de su familia, tienen carácter salarial". y de forma enfática: "la remuneración devengada por el trabajador o trabajadora en forma regular y permanente por la prestación de su servicio".

Esta definición resulta clave al momento del cálculo de las prestaciones sociales, como lo disponen los artículos 122, 142 y 143 de la mencionada ley. Al considerarse los bonos de "ingreso de guerra" y de "alimentación" como "ingresos extraordinarios", se consideran no solarizados, lo cual afecta severamente al trabajador.

Las prestaciones sociales y la salarización de los bonos son elementos indispensables para equilibrar la distribución de la riqueza producida socialmente, por eso la LOTTT está pensada bajo el criterio de la justa distribución equitativa de la riqueza social, poniendo énfasis en el factor trabajo sobre el factor capital. La disminución o la eliminación de ciertos ingresos en el cálculo de las prestaciones significan la priorización del capital frente al trabajo, en el presente y a largo plazo. Es justificar el hambre de mañana con la comida que podamos comprar hoy, un proceso que obviamente beneficia a los empresarios. Cabe en este punto recordar las palabras del maestro Luis Alberto Sánchez, quien señalaba muy lucidamente: "La confusión de los métodos conduce a confundir los objetivos".

Un Paso por ciertas verdades

Seguramente muchos me objetarán que estos métodos de remuneración han tenido que aplicarse ante la situación terriblemente adversa que sufre la república, ante la caída de los ingresos y el bloqueo.

En cuanto al problema de las medidas coercitivas unilaterales y su impacto en los márgenes de maniobra y acción del gobierno nacional, tengo poco que objetar; se trata de un hecho objetivo y evidente. Sin embargo, la existencia de esta situación no tiene por qué paralizarnos.

Por otra parte, sobre los ingresos tengo algunos elementos que mencionar: entre el 2023 y el 2024, los ingresos del Estado se han duplicado, pasando de poco menos de 12 mil millones de dólares a más de 25 mil millones de dólares; esto último solo por concepto de ingresos petroleros y recaudación fiscal.

Esta tendencia de recuperación en los ingresos ya se empieza a observar también en el año en curso; en el primer trimestre de este año, la recaudación fiscal fue 16,5% mayor que en 2024, pasando de poco más de 2.275 millones de dólares a más de 2.652 millones.

En el caso del sector petrolero, entre el primer trimestre del año 2024 y el primer trimestre de 2025, se dio un crecimiento en la producción en torno al 19,7%, pasando de 854 mil barriles diarios de crudo a más de 1 millón. De igual forma, el volumen de ventas también aumentó en el periodo enero-febrero de este año con respecto al mismo periodo del año pasado, creciendo en un 39% el volumen de petróleo colocado en los mercados y en un 42% los ingresos obtenidos.

A esto podríamos sumarle las inversiones hechas bajo las modalidades de la Ley Constitucional Antibloqueo para el Desarrollo Nacional y la Garantía de los Derechos Humanos, que según datos institucionales alcanzaron en el año 2024 los 52 mil millones de dólares en toda la economía nacional y que según lo dispuesto en el artículo 18 de la referida ley deberían aportar a la estabilización de las pensiones y salarios de la clase obrera.

Por último, estarían los ingresos venidos del sector minero, uno del sector que ha tenido mayor crecimiento en los últimos años; solo en 2024 presentó un crecimiento en torno al 21%. Aunque sabemos poco del flujo de recursos que este sector tributa a la hacienda nacional. Sabemos que existe el marco legal establecido en el "Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica que Reserva al Estado las Actividades de Exploración y Explotación de Oro y Demás Minerales Estratégicos". Según este decreto vigente desde el 2015, el estado obtendría una regalía de entre el 3% y el 13% de todos los yacimientos explotados dentro de la nación.

Para quienes se conforman con la charlatanería institucional, la afirmación "no hay recursos", "el bloqueo nos dejó sin recursos" o "el fascismo nos robó la plata" podría ser suficiente, pero para quienes exigimos la presencia del valor de la verdad en el discurso político, tenemos otras ambiciones de él.

En principio, como punto principal, que el gobierno obrero se comporte como un gobierno obrero, que no confunda los métodos y con ello también los objetivos. Somos conscientes de la necesidad imperiosa de ordenar y normalizar nuestra economía, de acrecentar la productividad y también de la necesidad de generar nuevas y más sólidas cadenas de valor y también de la necesidad de fomentar la sustitución de importaciones.

Pero también exigimos que los actores institucionales y empresariales sean conscientes de las necesidades laborales, de la real relación que existe entre la recuperación de la economía y la recuperación de los ingresos de la clase trabajadora, de lo fundamental que resulta el fortalecimiento de un mercado interno. También que reconozcan la necesidad de democratizar la economía, de lo imperioso que resulta la desconcentración de los factores de producción para alcanzar una real diversificación productiva y con ello dinamizar la economía nacional, de igual forma del conflicto capital/trabajo que atraviesa todo esto.

No necesitamos charlatanería que matice estos conflictos, necesitamos una política de verdad, que los libere y los encause creativamente; no necesitamos caer en cierto discurso fetichista de algunos compañeros de "izquierda" que se contentan con decir "estos elementos hacen parte de las contradicciones inherentes a todo proceso revolucionario", realizando una especie de sacralización de la dialéctica.

Esta actitud reificadora o cosificadora le quita protagonismo a la lucha humana (auténtica fuerza dialéctica de la historia) y convierte a los seres humanos en grises engranajes en la maquinaria de los poderosos. La auténtica esencia de las contradicciones radica en su potencia transformadora; es allí donde el ser humano adquiere protagonismo prometeico.

la quijotada obrera

Hoy la clase obrera venezolana encuentra su reflejo metafórico en un pasaje del segundo libro de El Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes; me refiero al conocido capítulo 35 del mencionado libro, donde, por picardía y engaño de los condes, el pobre Sancho Panza se ve obligado por su amo a aceptar el castigo de infligirse 3 mil azotes para salvar a la bella Dulcinea de los males del mago Merlín.

Sancho, el único sin hidalguía entre los presentes, no tiene forma de defenderse y es obligado por "honor" y casi chantaje a que acceda al martirio para lograr el tan adorado sueño de su amo, don Quijote, de volver a ver a Dulcinea en su belleza ideal.

En nuestro caso, Sancho es la clase obrera, el Quijote es el Estado y Dulcinea nuestra burguesía. La clase obrera se ve obligada permanentemente a grandes sacrificios para lograr que nuestra burguesía nacional se comporte como una burguesía nacional y acometer su misión histórica de desarrollar económicamente el país, y el Estado exige el cumplimiento del sacrificio de la clase obrera para poder ver a la burguesía como realmente desea verla: hermosa y real.

El problema consiste en que, de la misma forma que la Dulcinea del Quijote, nuestra burguesía es solo fantasía. Nunca ha sido ni será una burguesía revolucionaria que transforme la realidad económica nacional; eso solo está en la mente o en los objetivos fantasiosos de la tecnocracia de nuestro Estado, que se comporta como Quijote delirante.

Pero mientras todo esto sucede, tenemos también, al igual que los pícaros condes y el mago Merlín, charlatanes que justifican y exigen la flagelación de la clase obrera, solo y exclusivamente por su satisfacción sádica, porque saben perfectamente que Dulcinea no existe y solo exigen sacrificios para mostrar su poder.

Debemos superar esta frivolización de la política y elevarla en sus valores y fines. Hoy más que nunca la clase obrera tiene su destino en sus manos; la única forma de superar la charlatanería es con organización e iniciativa política, revirtiendo la actual forma de hacer política. Para eso hay que recordar de nuevo a Lenin: debemos desarrollar conciencia, definir agenda y trazar programas. Solo desde allí podremos salir del embrujo de nuestro presente.



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Carlos Dürich

Escritor


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