"Para la prensa, como para el hombre,
la libertad sólo ofrece una posibilidad de ser mejor;
el servilismo no es más que la certidumbre de ser peor"
Albert Camus
Un señor, con varios años encima, pero con una vitalidad y entusiasmo a toda prueba, y además con la vestimenta y su hablar muy fluido dejaba la ligera impresión de no ser ningún pendejo o salido de la resaca, como decía un viejo camarada, ya fallecido, quien se reía de su propia persona, porque no dejaba de repetir ¡tengo cara de pendejo, pero no soy pendejo y por eso creo en un cambio y seré antimperialista mientras exista en este mundo! El amigo, al que me estoy refiriendo coincidió con su expresión, con el viejo comunista fallecido, al soltarla para que lo oyeran los presentes, como para amargarle la vida a los pitiyanquis de la oposición y a todos aquellos, que vienen apareciendo viendo solamente, como enemigo al presidente Nicolás Maduro ¡No soy partidario del presidente Maduro, pero me da vergüenza, cuando leo o escuchó a venezolanos atacándolo y dejan a un lado a la bestia de Trump, por lo tanto soy lo que llaman antimperialista!
El comentario tan acertado de este señor, se puede comprobar todos los días, sobre todo en escribientes y algunos de ellos en el pasado, hablaban y terminaban sembrando el socialismo en cada palabra que pronunciaban en cualquier cafetín o en participaciones, cuando la situación no había llegado al extremo que estamos viviendo, creada por los gringos con el dólar, hasta mantener a la mayoría de los venezolanos en una permanente zozobra al saber el aumento progresivo, como si estuvieran haciendo pompas de jabón. Sin embargo, antes esta triste realidad se empiezan a oír expresiones, el cual sirven para desenmascarar a estos serviles del capitalismo, un ejemplo es el siguiente y se la escuché a un humilde trabajador, el cual se gana la vida arreglando carburadores ¡Sabemos que el dólar no está matando, pero lo único que podemos hacer es crear conciencia del verdadero enemigo!
Si, para el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la situación no es nada fácil, por la arremetida criminal del dólar, por parte del gobierno de Trump y los aplausos de los opositores dirigidos por la María Corina. Por su parte la oposición, tiene el camino muy oscuro, ya que, ni disfrazados engañan. Las caras son las mismas del golpe del 2002, empezando por Henrique Capriles Radonski, quien solamente ha cambiado de rostro por el peso de los años, porque carga la maldad camuflada y las gafas correctivas, parecen para conseguir otra apariencia, después de tantas derrotas en su cuenta personal, que de ser un apostador en cada proceso electoral estuviera limpio y arruinado. De este personaje no se puede esperar otra cosa, que no sea el mismo cuento y estratégicamente no se refiere en nada a los migrantes, ya que, su corazoncito es todo Trump.
Por algo el destacado periodista Federico Álvarez, comunista hasta la muerte, estudioso de la comunicación, práctico y didáctico en varias oportunidades le oí decir, porque no dejaba de repetirlo ¡El pueblo es el que enseña, en los mercados se aprende sin discutir, solamente oyendo! En estos momentos en cualquier sitio donde vaya a comprar, ve la cara de asombro y la mayoría son los mismos opositores –sobre todos los de abajo –que no hayan, cómo responder a una interrogante con respecto al dólar, por qué el aumento tan exagerado, pero la extraña coincidencia es que toma cuerpo, desde el mismo momento de encargarse de la Casa Blanca, Donald Trump, y lo primero en poner en práctica es el ataque despiadado a los migrantes, pero, como siempre la maldad se devuelve, ya que, ahora los movimientos son anti Trump, le están perdiendo el miedo a la fiera defensora a ultranza del imperialismo, imponiendo lo que se le antoja por sostener el capitalismo y el dólar es su punta de lanza.
En estos momentos la tarea inmediata del capitalismo y sus serviles es meterle entre ceja y ceja al pueblo, que el culpable del aumento del dólar, creando una disparidad esclavizante es el presidente Nicolás Maduro, pero por nada tocan a Trump. Aparte de la inhabilitada, quien repite lo mismo, desde hace varios años y se ha guardado el pedimento de la invasión, por el cual se ganó el calificativo de la sayona, porque el imperialismo no está para complacencias y menos, cuando las piezas utilizadas les han resultado inservibles y ha tenido que retirarlas y echarlas a muchas de ellas en el cesto de la basura. Por eso, las expresiones más oídas en los días recientes, vienen de personas, que hasta hace poco le mentaban la madre al presidente Maduro ¿Por qué me fui yo de aquí, si aquí no se muere nadie de hambre! ¡Trump y el dólar están empeñados en matarnos de hambre ¡Qué dirá la sayona! ¿Y usted qué dice?
Narciso Torrealba narciso_t_29@hotmail.com