Deudas impagables

La historia, además de entretenida, sirve para conocer parte del pasado de nuestros ancestros, también, para interpretar lo que ocurre en el presente y quizás, podría ser utilizada para predecir el futuro relativo al el comportamiento de algunos humanos, los herederos de aquella cáfila de bandidos quienes se creyeron dueños del planeta.

Las crónicas recopiladas en los libros sobre la geohistoria no son nada halagadoras, más bien podrían ser consideradas como episodios lúgubres y terroríficos. En las memorias recogidas en miles de obras se han derramado galones y galones de tintas que impregnaron millones de páginas que nos recuerdan asesinatos, destrucción, desastres, hambrunas, explotación, esclavitud, emigraciones, refugiados, pestes, entre tantas calamidades en la que se han visto sumidos miles de millones de humanos a lo largo de muchos milenios.

Aprendí historia universal estudiando la narrativa que describen el afán de diversos imperios como el romano, macedonio, mongol, del Sol Naciente (Japón), Sacro Imperio romano-germánico, bizantino, persa, otomano, Castilla y Aragón, portugués, británico, inca, maya, azteca, visigodo, mogol, bárbaro, estadounidense, entre tantos, en la ambición expansionistas de los líderes de tales formas de gobierno, además, la codicia por de las riquezas ajenas. Para tal fin durante miles de años se llevaron a cabo diversas guerras como las siguientes: la Gran Guerra del Norte entre el imperio ruso, sus aliados y los suecos, duración: 21 años, 300.000 muertos; la del Peloponeso entre griegos, duration 27 años, 100.00 muertos; la guerra de 30 años entre estados protestantes y católicos, casa reales de Borbón y Habsburgo. 8.000.000 de muertos; la guerra de Aceh entre los Países Bajos y Aseh, duración 31años, 90.000 muertos; la Guerra de las Rosas entre ingleses, casa Lancaster y Casa York, 100.000 muertos; las Guerras Púnicas entre la república Romana y Cartago, 250.000 muertos; las guerras Médicas entre griegos y persas, duración 50 años, sin cifras de muertos conocida; guerra de Corea, entre Corea del Norte, Corea del Sur, EEUU, China y la OTAN, 1.200.000 mil muertos, no ha terminado, solo se firmó un armisticio; la guerra de 80 años entre Países Bajos y España, más de 100.000 muertos; guerra parto-seléucidas, entre Persia y el imperio Parto, cien años de duración sin cifra de muertos conocida; la guerra de los Cien años entre la casa Plantagenet de Inglaterra y la casa Valois de Francia, 3,5 millones de muertos; la reconquista Ibérica 781 años de duración entre el Imperio Español y los Reinos musulmanes, 7 millones de muertos; la Primera Guerra Mundial entre países europeos, 6 años de duración y 20 millones de muertos; la guerra China-Japón, 8 años de duración con más de 20 millones de muertos; Segunda Guerra Mundial entre Alemania y países europeos aliados con EEUU, tiempo de duración 6 años y más de 30 millones de muertos; la guerra de Vietnam entre Vietnam del Norte, Vietnam del Sur y EEUU donde murieron 58 mil soldados estadounidenses y más de tres millones de vietnamitas en 25 años…

Lo anterior es un resumen muy sucinto del número de las guerras ocurridas en el planeta, me faltaría espacio para relatar toda la triste realidad de lo ocurrido en el globo viajero durante miles de años. Y no me equivoco al reseñar que los miles de millones de víctimas, entre muertos, heridos, mutilados, huérfanos, viudas no tenían nada que ver con la causa de tales aciagos conflictos bélicos. No fueron más que carne de cañón de unos degenerados que con el afán expansionista de sus reinos o imperios, su egolatría y la sed de riquezas no les importó sacrificar a sus pueblos en nombre de Dios, la única fe y del Rey o el emperador.

Modernamente el mundo no ha cambiado en nada, las guerra no han finalizado, todavía se envían millones de jóvenes a morir por una "razón", por lo general escondida detrás de una "causa justa". La egolatría de los gobernantes no ha cambiado, muchos de ellos se consideran escogidos por una voluntad divina para dirigir el planeta, tal como se hizo en la antigüedad, cuando el rey era un representante del Dios en la tierra y coronado por el Papa de turno. Antiguamente Europa estaba plagada de miles de reinos que gobernaban mediante una monarquía absolutista a través de reyes, príncipes, condes, marqueses, representantes de la clase aristocráticas latifundistas. Ya en el siglo XX aquellas vetustas y crueles monárquicas fueron desapareciendo, aunque en el siglo XXI quedan en Europa alguna que otra agonizante que se niegan a desaparecer, como herencia y recuerdo de aquellas despóticas forma de gobernar de una clase privilegiada.

Evidentemente aquellos emperadores como Alejandro Magno, César, Fernando de Borbón, Victoria, Carlos V, Isabel de Castilla, Iván el terrible, Catalina, también fueron desapareciendo y aquellas formas de absolutismo cambiaron para darle paso a las democracias de las opulentas corporaciones industriales, comerciales, financieras, tecnológicas, industrias de armas, agroindustrias, industrias mediáticas, entre otras, que son las que deciden sobre si los terrícolas pueden o no seguir viviendo. Son esas asociaciones las que agrupan a opulentos capitalistas quienes pretenden decidir sobre la marcha del mundo. Para eso se concentran en grupos económicos poderosos del orbe para conformar lo que en un momento sirvió a sus intereses, como fue el mundo unipolar gobernado por ellos. De este modo, recurren al modelo neoliberal que debe ser implantado, bien por mecanismos "democráticos" amañados o bien por la fuerza de un golpe de estado o a través de medidas coercitivas económicas y financieras que debiliten a los pueblos no sumisos.

Las opulentas corporaciones tienen sus testaferros en gobernantes neoliberales que ellos imponen mediante unos mecanismos democráticos cuestionables. Demócratas que reciben miles de millones de dólares para financiar una campaña electoral. Demócratas que se asocian en grupos económicos poderosos como el G7, G20, que velan, no para el beneficio de los pueblos a los que ellos le deben la existencia, sino a los intereses de las ricas corporaciones, grupos que se reúnen en oportunidades para hacer buenos negocios a espalda de los pueblos. Se asocian, no para resolver el problema del desempleo, de la salud, la educación, el hambre, la falta de viviendas, lo referente al calentamiento global y la descontaminación del ambiente, se reúnen simplemente para hacer negocios rentables en el ámbito global.

Algo que leí en la prensa: "Recién el G7, representado por Canadá, Francia, Alemania, Japón, Italia, Reino Unido y EEUU apoyaron a Edmundo González, tras su triunfo en las últimas elecciones y llamaron a una transición democrática en el país". Cuando examiné tal párrafo no supe si llorar de la risa o reírme de verdad, porque no creo que sea posible que tales "dignatarios" se reúnan para vomitar tales estupideces. Los personajes referidos son representantes de los viejos imperios que nunca pagarán la deuda que tienen con la humanidad. Son los herederos de aquellos irresponsables criminales que acabaron con gran parte del planeta a punta de sables, cañones, pólvora y malas intenciones. Países, junto con los viejos imperios, que no han pagado la gran deuda que tienen con la humanidad y no estoy equivocado en mi apreciación.

Francia fue coautora de la Conferencia de Berlín (1884-85) que se repartió, junto con otros vetustos imperios un pastel llamado África, obteniendo para si grandes territorios para robarles la materia prima, esclavizar sus habitantes y matar a millones de ellos en el proceso de colonización. Aparte de la anterior perla fue responsable del extermino de la población indígena de la islas caribeñas donde tenían colonias para sustituirlos por negros esclavos. Pero no solo posee colonias actualmente en las islas caribeñas como Martinica, también en el Pacífico como Caledonia, en el Pacifico. Sin dejar de lado sus antiguas colonias en Asia entre estas Vietnam, la llamada Indochina Francesa. De Italia se puede referir lo mismo de las colonias que tuvieron en Massawa, Somalia, Eritrea, Etiopía y Libia. Qué lecciones de democracia puede dar Gran Bretaña, antiguo imperio que era dueño del 35 % del mundo, además de la India, Australia, de varias islas caribeñas y un buena parte de las islas del Pacífico. Sin dejar de lado el genocidio de toda la población indígena en varias islas del caribe para sustituirlos por negros esclavos para que trabajaran en las plantaciones de caña de azúcar. La historia de las canalladas de los gobernantes alemanes se ha escrito bastante, sobre todo su responsabilidad en la Segunda Guerra Mundial y el asesinato de judíos, homosexuales, comunistas y gitanos. La historia de Japón es interesante, de aquel Imperio del Sol Naciente que invadió China, Corea y Manchuria, hoy por hoy es aliado del gobierno de EEUU, los herederos de aquellos criminales que lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. No se puede ser tan caradura. Y de EEUU no hay más nada que decir que ya no se sepa en materia de invasión, aplicación de medidas coercitivas a pueblos indefensos, bombardeos a población civil entre tantos desmanes, asesinatos atribuidos a "daños colaterales" Estos gobiernos del G7, aquellos países que están en deuda con la humanidad, que dan lecciones de democracia, son los que pretenden reconocer a Edmundo como presidente de Venezuela. De esta manera proyectan invalidar la acción de un pueblo soberano que eligió al presidente Maduro mediante el voto popular, directo y secreto. Vale hacer una pregunta ¿Acaso Trump presentó a la comunidad intencional algún tipo de acta que convalide su elección? La misma pregunta para el recién elegido jefe de estado de Uruguay. Basta de la hipocresía internacional.

Europa, los viejos imperios, y EEUU están en deuda con la humanidad, una deuda impagable porque la vida de millones de seres humanos que mueren en las guerras, unos como soldados inocentes que sucumben sin saber por qué y las víctimas civiles que lo único malo que han hecho es vivir, esto no tiene precio. Quizás por esto el médico indio Siddartha Mukherjee expresó en su libro "El emperador de todos los males": "esta fue otra de las fascinaciones coloniales: crear condiciones para que una población viviera en la miseria, y luego someterla a la experimentación social o médica". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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