Reflexiones para el 2023

Observando los últimos acontecimientos en nuestro convulsionado, confundido y contaminado planeta me tomo la libertad de compartir algunas reflexiones con quienes quieran leerme.

Actualmente existen en el mundo siete guerras civiles de las que nadie habla, ocho si añadimos la de Ucrania, que aunque comenzó como una guerra civil se ha convertido en lo que era el plan desde un principio, un conflicto internacional de peligrosas proporciones. Una confrontación directa entre los Estados Unidos al mando de la OTAN y la nación rusa. La corporatocracia occidental busca la derrota del país eslavo y su desmembramiento para poder apoderarse de sus inmensos recursos estratégicos.

Todos estos conflictos tienen denominadores comunes y aunque se disfracen de diferentes formas, todas son guerras por recursos y territorios y todas responden a intereses geopolíticos y geoeconómicos muy poderosos. Lamentablemente en todas esas guerras, los pueblos sufren y las mafias que hoy controlan el planeta se siguen enriqueciendo y continúan instaurando a sangre y fuego su delincuencial y totalitaria dictadura corporativa.

Ucrania sigue destapando un nido de corrupción fascista, donde tienen las manos metidas los principales actores políticos estadounidenses y europeos.

El congreso del país del norte, sede de la administración imperial, se nos revela como lo que es y siempre ha sido, un nido de corruptas y ponzoñosas alimañas al servicio de las mafias del gran capital, la industria armamentista, las grandes farmacéuticas y por supuesto las grandes compañías petroleras y sus derivados.

La Unión Europea no se queda atrás, los escándalos de corrupción se suceden uno tras otro, aunque trate de ocultarlos rápidamente invisibilizados en medios y redes, y censurando a diestra y siniestra como lo están revelando los documentos publicados sobre Twitter y la ya más que obvia relación entre los grandes medios comerciales y los principales gigantes tecnológicos como Google, Facebook y demás con los servicios de inteligencia del norte.

Los poderosos carteles de la droga mexicanos, que ya todos sabemos son socios de la DEA , la CIA y otras agencias de espionaje, ya no solo dominan el lucrativo mercado en toda América y tienen extensas ramificaciones en Europa, sino que tienen tiempo expandiéndose hacia el Asia, por un lado para mantener un flujo constante de precursores y por el otro porque la Cocaína colombiana es un producto mucho más costoso en el lejano oriente que la heroína y las metanfetaminas. Aquí tenemos que entender que el lucrativo negocio de las drogas le produce una constante entrada de dinero duro al sistema capitalista sin el cual este se derrumbaría como una casa de naipes. Igual pasa con el resto de las actividades criminales.

Por todos lados podemos ver como en el sistema mundo moderno, gracias a su religión capitalista, reinan la corrupción, el ladronismo y el nepotismo. Los sobornos, que en el norte ya han sido legalizados y son llamados eufemísticamente "lobbying", son el pan nuestro de cada día.

Venezuela, lamentablemente, no escapa a muchos de estos fenómenos.

Aquí debo aclarar que en Venezuela no existe un "modelo" que fracasó, lo que fracasó en nuestro país, al igual que en el resto del planeta es el capitalismo.

Por más que los opositores al proyecto de cambio que se ha tratado de llevar a cabo en Venezuela desde la llegada al poder del presidente Chávez, se empeñen en decir que "el régimen" de Chaves en un principio y de Nicolas maduro en los actuales momentos, es un régimen "socialista" o peor aún "comunista", el estado venezolano sigue siendo un estado burgués liberal que se maneja por medio de estructuras y normas capitalistas, al igual que la gran mayoría de los estados del planeta.

Aunque en 1999 el pueblo le dijo sí a una constitución que promueve la construcción de algo diferente, la convulsa situación geopolítica internacional, sumado a los gatopardistas de siempre, los traidores y a los muchos que aún siguen hipnotizados por los cantos de sirena del capitalismo y su propaganda hegemónica no han permitido que esos cambios se lleven a cabo con la rapidez necesaria.

Debo admitir que, analizando el panorama político y económico a nivel global, sobretodo en Nuestramérica, el presidente Maduro y sus equipos han logrado verdaderas hazañas al alcanzar, a pesar del ataque constante desde adentro y desde afuera, un moderado crecimiento económico y sobretodo una estabilidad política que brilla por su ausencia en muchas de las naciones de la América y el Caribe.

Tambien tengo que admitir que, lamentablemente, en ese crecimiento económico muchos estan quedando por fuera y se está generando una desigualdad cada vez más visible y la estabilidad política, que no fué algo fácil de conseguir, es todavía frágil y bastante dificil de mantener cuando se enfrenta a un enemigo tan traicionero como el imperialismo.

La República Federativa del Brasil se encuentra partida a la mitad, y Bolsonaro desde la tranquilidad de su autoexilio en su verdadera patria, sigue jugando a ser Trump.

Los recientes acontecimientos en Brasilia lo demuestran, una versión Brasileña del ataque de los seguidores de Trump al capitolio gringo el 6 de enero del 21, pero en el caso de la gran potencia del sur, mucho más peligrosa. Recordemos que Brasil es un miembro poderoso del BRICS, considerado un enemigo natural por el imperialismo gringo, además de ser, con Lula al mando, un factor de fuerza importante para la tan necesaria unificación del Sur, algo que el imperio no ve con agrado.

Perú, Bolivia y Chile se encuentran en crisis, el común denominador: los recursos naturales estratégicos. Sobre todo el litium, la plata y el cobre en el caso de estos tres países y el petroleo el gas, el oro y el que pronto será el más importante, el agua dulce en el caso de venezuela, ecuador, argentina y Paraguay.

Nicaragua esta bajo ataque por su plan junto a china de construir otro canal que una los dos oceanos y le haga competencia al canal de Panama y por su entrada junto con Cuba al proyecto expansionista chino de "la nueva ruta de la seda", ademas de la firme posición anti imperialista y nacionalista que al igual que Cuba y su digno pueblo mantienen.

Estamos viviendo tiempos de cambio, donde probablemente se decidan el futuro del planeta y de la humanidad.

Quizás sea esta nuestra última oportunidad para construir un sistema mundo mejor que el que tenemos, para realizar todos nuestros utópicos sueños...o será que nos dejaremos conducir como borregos hacia la distópica pesadilla impuesta por las élites financieras globales?




 



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Gustavo Corma


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