Es evidente el avance obtenido por las potencias del este en la búsqueda de su influencia geopolítica. Me refiero a China y Rusia. Sus aliados en el mundo desafían abiertamente la cultura occidental, pero utilizan el libre mercado y las tecnologías comunicacionales creadas en el capitalismo, para para proyectarse.
No sorprende en realidad como los discursos de la izquierda internacional con su reflejo en Suramérica, expresan en su verborrea, un sentido de regocijo, de gozo, por la crisis energética y económica que se vive en Europa a raíz de la intervención armada de Rusia en Ucrania.
Los representantes diplomáticos de los países con mandatos de tendencias izquierdistas, se explayan condenando a los Estados Unidos y Europa y enaltecen a la fracasada política socialista ya derrotada en los años 90 del siglo XX y ahora retomada por sus aliados en Latinoamérica en el siglo XXI, con nuevos clichés de ribetes nacionalistas.
Es el mundo al revés, un gigante como Rusia agrede a Ucrania pero los que tienen el poder en Latinoamérica, hablan de los países europeos y sus problemas actuales, desvinculándolos de las consecuencias de la guerra e invasión iniciada por el gigante ruso a Ucrania.
Demás estaría decir que el gran objetivo del presidente Putin al ordenar bombardear a los ucranianos y anexar territorios de este pequeño país a su nación, es simplemente una manera de generar la fractura económica en los territorios de Europa y los Estados Unidos, pues se trata de doblegar, debilitar las economías de occidente para imponer la ruta de influencia cultural, militar, tecnológica y política de Rusia y China.
Estamos a las puertas de una hegemonía del comunismo internacional, la imposición de un pensamiento único y el control político total en las naciones.
El triunfo de Lula Da Silva en Brasil, ratifica el fortalecimiento del foro de São Paulo como referencia ideológica y política en la nueva etapa que se aproxima en América Latina para la consolidación de un bloque socialista del Sur.
La propaganda y el manejo de la psicología social en los pueblos latinoamericanos mediante las informaciones emitidas desde las potencias comunistas y retransmitidas por este conjunto de naciones, permite un mayor y más fácil avance al plan hegemónico, hace su efecto e influyen en la educación y el nuevo discurso que favorece la implantación de modelos anacrónicos donde el Estado lo controla todo.
