De aquí al 7 de agosto, (día de la posesión del nuevo Presidente) hay casi dos extenuantes meses y cualquier cosa puede ocurrir con el principal líder de Colombia hoy, el Presidente Gustavo Petro elegido por más de 11 millones de votos y con una propuesta de convergencia a los representantes de los 10 millones de votantes de Rodolfo Hernandez, para avanzar en los cambios que necesita el Estado y la sociedad colombiana con el fin de erradicar la corrupción, los privilegios de la casta oligárquica uribista, resolver los problemas de pobreza, la salud, las pensiones, atender las demandas de las mujeres, de los jóvenes, superar el rentismo petrolero y el extractivismo minero, y enderezar la ruta de la paz para que esta sea completa y consecuente con las reformas agraria, política, social y la justicia transicional.
Alrededor de cada una de estas problemáticas hay unas potentes y multimillonarias roscas que van a oponer todo su poder para evitar a como dé lugar cualquier reforma de fondo. Y ya sabemos cuál es el procedimiento de estas camarillas. No les funciono el fraude, gracias a los controles populares sobre las urnas y a la vigilancia permanente sobre el delincuencial Registrador. Se les cayó la guerra mediática de Semana y demás artefactos de la mentira, pues el famoso escándalo de los Petrovideos no paso de ser un mal montaje. Pero eso sí, las masacres, el asesinato de líderes sociales, los montajes judiciales (contra los líderes de la primera línea) y las amenazas de los cuerpos militares y policiales se sostienen como un repertorio permanente de las facciones más extremistas de la ultraderecha. Eso está vigente y puede cobrar en cualquier momento la forma de magnicidios que toquen a personalidades y líderes prominentes del país. No sobra recordar que en la historia de Colombia el atentado y asesinato de destacados hombres de la vida pública es una práctica recurrente entre las camarillas que usufructúan el poder económico, político y social. Gaitan, Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro y Luis Carlos Galán, son nombres que permanecen en la memoria colectiva de la sociedad como víctimas de los pistoleros al servicio de las oligarquías financieras, políticas, militares, coqueras y de la tierra.
Anunciar una reforma tributaria para que 4 mil millones paguen 50 billones de pesos anuales; proponer una reforma agraria democrática que entregue 4 millones de hectáreas a casi 13 millones de campesinos; anunciar el ataque a fondo de los 56 clanes mafiosos que tienen secuestrados departamentos y municipios; proponer una profunda reforma de las fuerzas militares y de policía, para depurar esos organismos, anular la anticomunista doctrina de la seguridad nacional y eliminar el Esmad; reabrir la política de paz para que la misma sea completa con negociaciones con el ELN y las neo insurgencias revolucionarias; impulsar las redes de veedurías y auditorias sociales para que controlen el cáncer de la corrupción estatal, son objetivos que implican un profundo choque social y clasista con las minorías que manipulan al estado para mantener e incrementar privilegios.
Ese choque está vigente y en esta etapa (hasta el 7 de agosto) toma otras formas que ya registran las primeras movidas con la renuncia del señor Pinzón en USA, un caracterizado halcón de la ultraderecha asociado con la OTAN; con el sabotaje del Fiscal y la Procuradora a las demandas del nuevo presidente para que se restituye en su cargo al Alcalde Quintero de Medellín y se garanticen los derechos de los líderes de las primeras líneas; con las movidas del Ministro de Defensa Molano y el general Zapateiro que corren a constituir bandas golpistas en los cuarteles y comandos policiales; con las amenazas del señor Ivan Duque para imponer una agenda de supuesta transición en momentos en lo que está ocurriendo es un radical corte con el caos institucional del regimen que agoniza; y la conformación de bloques opositores revanchistas de la ultraderecha uribista descargados en el bloqueo y el filibusterismo que seguramente va a requerir de una muy activa movilización de la bancada parlamentaria del Pacto Histórico y de sus aliados políticos en las cámaras legislativas.
Veremos que todas estas movidas pueden resultar en graves riesgos para el Presidente Petro, frente a lo cual se requiere estar muy alertas para evitar sorpresas. En este caso no sobra insistir en la necesidad de la presencia y la movilización social permanente.
Por supuesto que un plan siniestro como este, tiene en su radar a la Vicepresidente de la Republica, Francia Márquez, figura central en la ruta de cambio progresistas por la que está ya transitando el país.
Por eso la iniciativa popular debe agotar todos los recursos necesarios para proteger el triunfo electoral que escogió a Gustavo Petro como Presidente y a Francia Márquez como la próxima Vicepresidente de la Republica. En ese sentido se hace necesario evitar caer en el romanticismo político y evitar la desmovilización ciudadana. Hay que estar vigilantes y alertas con todos los mensajes salidos desde los cuarteles de la ultraderecha asesina y criminal que no descansa en la perpetuidad de su conspiración contrarrevolucionaria.
Así que ojo avizor porque estos animales pueden cometer cualquier clase de barbaridad.