El Estado de Colombia, confirmado por sus poderes públicos y fácticos dominan el escenario nacional, unos con más poder político y económico que otros. La fuerza de la palabra sirve de pivote mediático para difundir medias verdades, fakes news y postverdad. Nadie les gana en mentiras ni en la creación de falsos positivos. Exportan todo lo que daña los pueblos, a la juventud. Todo lo contaminan. Es una clase dominante sin patria ni bandera.
La exportación de cocaína, que es su principal producto, sin competencia regional o mundial, abastece el mercado consumidor de Estados Unidos y Europa. Eso lo saben los gobiernos de USA y del viejo continente, sus cuerpos de Seguridad y de inteligencia de Estado pero nada hacen. Prefieren acusar a latinos y afrodescendientes de ser responsables del mercado de las drogas, no quieren ver más allá de sus conveniencias y usan a sus “socios” para atacar gobiernos que defienden su soberanía.
Ahora tienen un nuevo negocio, que estaba subterráneo, escondido, de un nuevo servicio. Se trata del entrenamiento para la exportación de mercenarios, entrenados en sus cuarteles dirigidos por militares estadounidenses e israelíes. Ya privaron su eficacia con el presidente de Haití Jovenel Moise, acribillado por estos criminales a sueldo.
Esta práctica ya la hicieron con nuestra patria. Intentaron el magnífico el 8 de agosto de 2019 contra el presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros y la Primera Combatiente, Cilia Flores, el Alto Mando Político y Militar, y el Cuerpo diplomático. Repitieron la acción con la Operación Gedeón. Pero fracasaron, sin embargo, siga la siembra de falsos positivos. Esta vez el presidente del narcoEstado de Colombia, Iván Duque, jefe del cartel, crea la fake news según la cual el ataque a una columna militar en la frontera colombo-venezolana, donde resultaron muertos cinco efectivos del Ejército neogranadino, fue preparado en nuestro territorio.
Con estas falsas noticias busca crear un ambiente de rechazo a nuestro Ejército y obstruir el diálogo que se desarrolla en México. Recibe órdenes desde la Casa Blanca y actúa como mensajero del imperialismo yanqui.
Lo que sí está basado la vista es que el narcoEstado colombiano no detiene sus ilegales actividades enmarcadas en el terrorismo. No sólo exporta drogas, sino mercenarios entrenados por militares de Estados Unidos be Israel. Más pruebas no se necesitan. Mientras que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelle, ni el ministro de Colonias, Luis Almagro, nada dicen sobre estos crímenes cometidos por el narco presidente Duque, sin contar con las masacres y asesinatos de trabajadoras y trabajadores, estudiantes, combatientes desmovilizados, sindicalistas e indígenas, jóvenes violadas y asesinadas por los cuerpos policiales y militares de un Estado fallido y forajido.
