Otra de las medidas controversiales ejecutadas por los Gobiernos en el marco de la pandemia por COVID-19, ha sido la de exigir a millones y millones de ciudadanos, incluso fuera de la Unión Europea (donde se empezó a aplicar masivamente), el certificado de información sobre la enfermedad, en el que se destaca, entre otros aspectos, lo relativo a la vacunación. Certificado exigido no solo para la circulación territorial en un número cada vez mayor de naciones, sino para acudir a lugares donde se concentra cierta cantidad de gente, como restaurantes, gimnasios, bares, estadios, cines y teatros; se trata, en consecuencia, de una medida draconiana por excluyente, discriminatoria e inconstitucional, en el marco del progresivo control social (fragmentación del tejido social y desarticulación de las interrelaciones) y de los crecientes esfuerzos por desmovilizar a la población cortesía de los Estados y las legislaciones cada vez más totalitarias.
Por fortuna se han dado importantes protestas contra la situación anómala señalada en el párrafo anterior, en las que se ha atacado el proceso de vacunación, por ejemplo, el cual ha demostrado ser ineficaz e inseguro en buena medida:
“Decenas de miles de personas se manifestaron el sábado en Francia, Italia y Australia contra las nuevas restricciones sanitarias, que buscan acelerar la vacunación contra el covid-19 y frenar a la variante Delta, que llegaron a tachar de ‘totalitarias’.
Con gritos de ‘Libertad, libertad’, más de 160.000 personas, al menos 11.000 en París, protestaron contra el uso del pasaporte sanitario en numerosas actividades y la vacunación obligatoria para varias profesiones, como el personal médico o los camareros.
‘No me pondré la inyección’, aseguró Sandra, una enfermera de 49 años, presente en la manifestación de Marsella, donde participaron más de 4.000 personas.
‘Nuestro país se está volviendo totalitario’, añadió Jean-Claude Dib, de 71 años, un camionero jubilado que también participó en la concentración en esta localidad del sudeste de Francia.
En París, una manifestación de ‘chalecos amarillos’, la revuelta que sacudió el país durante el invierno de 2018-2019, empezó en la plaza de la Bastilla y estuvo marcada por incidentes esporádicos entre manifestantes y policías. Nueve personas fueron detenidas, según el Ministerio del Interior” https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/07-24-2021-protestas-en-europa-y-australia-contra-pasaporte-covid
Véase por donde se vea, el famoso certificado de información sobre la COVID-19 es una clara herramienta de control y desmovilización social, de evidente utilidad en el contexto de la construcción del nuevo orden mundial corporocrático-tiránico, cuyos autores intelectuales y principales beneficiados, necesitan de una ciudadanía cada vez más sometida e incapaz de reaccionar masiva y contundentemente contra la enorme exclusión y desigualdad generadas por el Gobierno de las grandes empresas globales, en vías de consolidación.
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