"No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución;
se hace la revolución para establecer una dictadura".
Arthur Blair…
El intento de cubanizar a Bolivia, y sus organizaciones al estilo cubano venezolano fue la gota que derramó el vaso, y provocó la "renuncia" del gobierno de Evo Morales. Las organizaciones sociales, políticas, sindicales, indígenas, saben que el fascismo de la ultra izquierda marxista cubana venezolana es enemiga de este tipo de organizaciones libres, y por eso le exigieron la renuncia a Evo antes de que las fuerzas armadas, y la policía boliviana lo hicieran. La OEA, lo medio apuntaló hasta que se desplomó.
La difícil situación política que atraviesa Bolivia no la originó el fraude electoral en si, sino los sistemáticos intentos del gobierno de Evo Morales, por desaparecer a los movimientos populares libres y democráticos, y que una vez lo apoyaron cuando lo hicieron presidente, y lo llevaron al Palacio Quemado. Al punto que cuando olieron que iban a ser eliminados, y ser convertidos en copias de los CDR cubanos, y de los colectivos, y milicias venezolanas, les picaron adelante antes de que los desactivaran, y desmoralizaran, como están las organizaciones sociales, y sindicales venezolanas en la actualidad.
La gigantesca movilización social, sindical, y de indígenas etc. Y la negativa de esos movimientos a defender lo que en un momento apoyaron: y lo consideraban su "gobierno" fue lo que precipitó su renuncia. Así lo registran las declaraciones a los medios de comunicación globales de la Central Obrera Boliviana, de las autoridades de la Universidad Pública de El Alto, de decenas de organizaciones cívicas y sociales, todos en un solo objetivo de impedir la cubanización de Bolivia. La izquierda boliviana, y el Foro de Sao Paulo no pudo contener que la mayor parte de los movimientos populares exigieran la renuncia de Evo, porque no aceptaron verlo convertido en un caudillo como Fidel Castro Ruz.
La posición democrática, y anti totalitaria de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, aliada del gobierno boliviano de Evo, fue una de las posiciones coincidentes con los otros movimientos sociales: "Presidente Evo, ya hizo usted mucho por Bolivia, al mejorar la educación, salud, la dignidad de mucha gente pobre. Presidente no dejes que tu pueblo arda ni cargues con más muertos. El pueblo te va a valorar por la posición que tienes, y la que debes tener, y tu renuncia es inevitable compañero presidente. Hay que dejar en manos del pueblo el gobierno nacional". Fin de la cita.
Todo este episodio de la crisis boliviana viene acompañada por los continuos intentos fallidos, que si fueron aplicados en Venezuela, como la recordada marcha en defensa de los territorios indígenas, en el 2011. Luego de esa marcha, el gobierno de Evo comenzó aplicar la estrategia cubana como lo hizo el G2 en Venezuela de dividir a las organizaciones que convocaron esa exitosa marcha.
La izquierda cabrona castro comunista latinoamericana habla de un golpe de estado en contra de Evo Morales, pero nunca hablan del golpe de Estado de Evo Morales en contra del Consejo Nacional de Ayllus, y la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, dos organizaciones añejas de esos pueblos originarios. Cuando desalojaron a sus legítimos lideres, con la policía, y los "colectivos" del gobierno boliviano.
La intromisión del gobierno de Evo fue muy evidente en los últimos años en el perverso arte de manipular, dividir y destruir a los núcleos orgánicos y representativos de los pueblos indígenas bolivianos.
A finales del año 2013, claques afectas a Evo Morales asaltaron la sede del CONAMAQ, golpeando y expulsando a los presentes contando para esto con el apoyo policial, que les cubría la retaguardia a esa sede e impidiendo que sus legítimas autoridades pudieran instalarse nuevamente. Es público notorio y comunicacional que este golpe fue para aprobar todas las medidas en contra del movimiento indígena originario boliviano.
El año 2016 el gobierno de Evo convocó a un referendo aprobatorio para decidir a favor o en contra de la cuarta reelección de Evo Morales a la presidencia de Bolivia. A pesar de que la inmensa la mayoría del pueblo boliviano le dijo que NO, Evo siguió adelante con sus planes cubanos de reelección, y perpetuarse en el poder igual que los Castro en Cuba. Desconociendo vía de facto la voluntad popular, y la eliminación de los liderazgos de los movimientos sociales, eso si fue por parte de Evo un genuino golpe de estado contra el pueblo boliviano.
Este es el Evo Morales que desde su exilio en México denuncia un "golpe de estado" en su contra, pero no recuerda cuando actuaba de forma abusiva y represiva en contra los sectores sociales organizados que enfrentaron sus políticas fascistas totalitarias. Por eso verdugo no pide clemencia a la hora de recibir su misma medicina, porque si chilla no es verdugo, es una verduga.
En las elecciones del pasado 20 de octubre fue consumado un fraude, certificado ya por organismos electorales internacionales, en contra de la mayoría de personas que votaron en contra de su reelección en Bolivia.
Los primeros escrutinios señalaban una segunda vuelta. De repente se paralizó el conteo de votos sin explicación alguna, y los resultados al día siguiente al burdo estilo del CNE venezolano, anunciaba que Evo ganaba en primera vuelta, con más del 10% de diferencia, sin alcanzar el 50% de los votos validos.
Estas irregularidades desataron enfrentamientos con la policía, mientras manifestantes enardecidos quemaban oficinas regionales del tribunal electoral en Potosí, Sucre y Cobija. Las organizaciones cívicas convocaron a un paro general indefinido. Evo Morales denuncia que está en proceso "un golpe de estado" por parte de la derecha boliviana. El verdugo otra vez chillando. El 28 de octubre se agudiza la protesta con trancas, y enfrentamientos con la policía, entre simpatizantes, y opositores del gobierno. Como en otras ocasiones, Evo mueve a sus "colectivos" para entrompar a las organizaciones sociales, y a las personas que desestabilizan a su gobierno.
La rebelión popular da un viraje de 180 grados, cuando el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, aliado con el gobierno de Evo, Luis Fernando Camacho, le hace un llamado al ejército, y a la policía boliviana: a "ponerse del lado de la gente" para presionar la renuncia de Evo a la presidencia, invocando a dios y la biblia. Días después, con un pueblo movilizado en las calles, Evo anuncia su renuncia en forma verbal, mas no escrita. La renuncia de su tren de gobierno, con Evo a la cabeza, y la destitución de todo el tribunal electoral, cómplice del fraude, con la convocatoria de nuevas elecciones bajo otras reglas del juego, donde la ciudadanía esté involucrada, para hacer ejercicio de una sana representación, al parecer hasta ahora aquietaron las aguas revueltas.
La izquierda latinoamericana marxista leninista agrupada en Puebla y el Foro de Sao Paulo, si es que aún le queda algo de ética y dignidad, deben reflexionar sobre el poder, y los abusos que conlleva el ejercicio fascista del poder en varios países de la región. Como nos enseñan las democracias, el poder totalitario es siempre opresivo, colonial y deshumanizado. Por eso las democracias rechazan los caudillos, y los ciudadanos rotan sus presidentes para que no acumulen tanto poder.
El revanchismo político, y social de la izquierda totalitaria estalinista está tan latente como en los últimos 60 años en Cuba, y debe ser frenado sin vacilaciones como en la URSS, y toda la Europa Oriental en el siglo XX. No entremos en el juego de la guerra que desde la Habana nos quieren imponer, con las marchas polarizadas gobierno-oposición del próximo 16 de noviembre en Venezuela.