El abogado del "diablo" ¡preso!

"No juzgues el día por la cosecha que has recogido,

sino por las semillas que has plantado".

Robert Louis Stevenson

El mandatario más polémico, acaudalado, y de mayor edad, al llegar a la presidencia de los Estados Unidos, es sin duda, Donald Trump; próximamente a cumplir dos años de su mandato, en medio de grandes conflictos en el mundo, atizados por su administración, y acosado internamente por escándalos personales; más la incertidumbre de un gobierno elegido en medio de acusaciones de fraude, y resultados manejados por todo el poder de los dólares.

Muchas veces los refranes, son verdaderos enseñanzas en la vida, y entre tantos de los que escuchamos diariamente en el hablar del venezolano, no podemos obviar uno, cuando se trata de calificar la aplicación de la justicia: ¡La soga revienta por lo más delgado! En el corto mandato del "Mister" Trump, ha empezado revolotear, como las mariposas en un jardín de flores, tocando a los más "débiles" en la interminable cadena de gregarios del Presidente. La primera víctima, es nada más, y nada menos, que uno de sus abogados: Michael Cohen, a quien la atrapó la trampa diabólica de la justicia estadounidense, y hasta hace poco, era el incondicional defensor del "diablo"; encargado de solucionarle los problemas de manera inmediata; tan es así, que hizo todos los movimientos para pagar, a escaso un mes de las elecciones presidenciales, los "servicios" sexuales de dos actrices porno a su patrón, silenciando por momentos un escándalo, que lógicamente lo iba a perjudicar.

No solamente este abogado, ha sentido el amargo proceder del magnate; otros allegados se encuentran envueltos bajo la oscura realidad de un presidente, jactancioso, vanidoso, quien sin pensarlo se encuentra dirigiendo la casa del imperio más poderoso del mundo, y todo lo que consigue en el camino, trata de apartarlo con una "patada", sin importarle los errores, y las consecuencias. Los dimes, y diretes entre estos halcones, se ha convertido en parte de la política estadounidense, y han recurrido a los maquillajes, para tratar de minimizar el desorden en la Casa Blanca. Las amenazas militares, es algo rutinario entre los mecanismos de distracción, pero ahora han revivido la guerra económica, contra algunas potencias que se abren paso, con la solvencia necesaria para tomar las riendas de la economía mundial.

El repudio contra Donald Trump, parece no detenerse, pero en contraposición en cada intervención, utiliza las palabras, como disparadas en ráfagas de una ametralladora, sin importarle en absoluto a quién hiere. Sin embargo, cada momento aparece un ex funcionario de su gobierno, con las pilas recargas, devolviéndole la papa caliente, y lanzándolo a la hoguera de la opinión pública, para dar a conocer la clase de presidente de los Estados Unidos.

Todo da a entender, que la procesión va por dentro, y la estructura del gobierno estadounidense, se encuentra en uno de los peores momentos de su historia. Por algo, meses atrás un grupo de estudiosos del comportamiento del ser humano –salud mental– tuvieron la valentía de reunirse para emitir su opinión sobre este extravagante mandatario. En estos momentos, los casos de enfrentamientos con acusaciones bastante comprometedoras, parecen desatar una tormenta, que puede llevar a los Estados Unidos a un nuevo "Watergate", por razones distintas, pero al final, puede ser la segunda destitución de presidente alguno.

El magnate, se cree dueño y señor de la verdad, sin ninguna prueba de capacidad, para desempeñar el cargo que ostenta. En los dos grandes partidos: los únicos que han gobernado través de la historia, sigue aumentado el repudio contra un Presidente, con un currículo muy pobre; apenas, organizador de concursos de belleza, y lamentablemente sigue con la mente en ese ambiente. Son tantas las opiniones sobre el comportamiento de Trump, que hace poco escuché a un ingeniero, expresar lo siguiente: "Da la impresión de ser inofensivo; a simple vista parece una candidata de los concursos, que él organizaba. El cargo le queda grande, y por momentos parece un niño, con un juguete: lo utiliza, lo desarma, hasta dejarlo abandonado, en medio de la inocencia".

Lo cierto, es que nadie puede confiar en ese tipo de personas, porque en el momento más inesperado, enciende un conflicto con resultados catastróficos, y después, como dijo el gran Albert Einstein: "No sé cómo será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas"



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Narciso Torrealba


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