Por diversos estudios e investigaciones que hemos adelantado recogiendo información directa en municipios, corregimientos, veredas y departamentos, desde los primeros meses del 2016, en que prácticamente se habían consolidado los acuerdos de paz entre el gobierno neoliberal de Santos y las Farc, los grupos del neoparamilitarismo organizado y patrocinado por las Fuerzas Armadas y financiado por los grandes empresarios y las mafias de la droga han asesinado 350 líderes populares y de los Derechos Humanos.
Igualmente han sido acribillados cerca de 80 integrantes de las Farc en las zonas veredales y puntos de ubicación acordados entre el General Flórez y Lozada el delegado de las Farc que se acomodó a las exigencias de los militares para precipitar la entrega de armas e integrantes de la guerrilla revolucionaria.
La masacre de los líderes corresponde a una acción sistemática de las elites oligárquicas para destruir la red popular opuesta a la dominación plutocrática de las elites que controlan el gobierno en todos sus niveles.
Se trata de la repetición del genocidio de la Unión Patriótica que fue prácticamente exterminada "gota a gota" durante 25 años por grupos de asesinos salidos de las Fuerzas Armadas.
Ahora se repite ese modelo con la eliminación casi diaria de uno o dos líderes comunitarios mientras se repite una estéril cantaleta desde los espacios gubernamentales con resultados que son una burla para el movimiento popular. Normas, circulares de procuraduría, decretos, resoluciones a cual más inútiles mientras sobre terreno imperan el terror y el cuchillo.
Lo de los integrantes de las Farc es parte de la estrategia que destruyo los acuerdos que se firmaron de manera precipitada por el anacrónico Secretariado de las Farc.
La trampa y la felonía son la característica principal del manejo de la cúspide gubernamental de los acuerdos de paz. Frente a lo cual bien hacen Márquez, El Paisa y otros en recelar evitando el asalto traicionero para extraditarlos o asesinarlos.
No hay que ser ingenuos y caer en la mentira con las ofertas oficiales. La caravana de la muerte seguirá y la destrucción de la paz es un hecho.