Qué vaina con el Pepe Mujica…y sus nueva/os admirado/aduladore/as!

Desde hace un buen rato los gringos entendieron que Venezuela realmente mantiene intacto su historial irredento, pues, lo ha puesto a prueba en más de una vez sin que necesariamente tuvieran que transcurrir los 100 años de Neruda. Los poderes imperiales a lo largo de sus llegadas a estas tierras, han sido marcados por esta característica venezolana desde los tiempos de Guaicaipuro, pasando por el más emblemático, Simón Bolívar y su doctrina, hasta Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro. Tanto se ha sentido esta esencia libertaria nuestra que realmente nos alcanza para llegar a más allá de nuestras fronteras, bien para apoyar con hombres y mujeres y/o con ideas referenciales reconocidas por todo/as. Esto también ha servido para que los que manejan The White House, constantemente anden buscando fórmulas con la intención de neutralizarnos y derrotarnos, recordemos las más recientes acciones imperialistas denunciando lo que para ellos es una mala reputación y ejemplo que se proyectan desde nuestra patria bolivariana hacia el hemisferio sur, entiéndase desde México hasta la Patagonia, tal y como bien se define en el inefable decreto de Obama.

La traición ha sido una de las herramientas que mejores resultados ha dado a los gringos; éstos se vienen aprovechando de los egos, las vanidades, las ambiciones, la envidia, la incomprensión y/o cansancio no reconocido de alguno/as referenciales individualidades, que en el fondo no es otra cosa que debilidad mezquina. Así, lejos de ser líderes/as verdadero/as y complementarse con el desprendimiento y la consagración total por la causa del pueblo, en el momento mejor oportuno, son exaltado/as, alagada/os, enamorada/os, persuadido/as, se les acaricia, les presentan comparaciones ególatras, sea directamente o por interpuestas personas, es decir, les marca la ruta hacia otra historia sabiendas de que a esto/as se le ha agotado la historia inicial.

He aquí el no tan nuevo papel del Pepe uruguayo, quien, trajeando una humildad y sencillez a la medida del ojo clínico de la mediática imperial, lejos de la consecuencia histórica de América Latina en estos tiempos de reencuentro continental ante el mejor avance de los últimos 200 años, lo ataca, primero con un imperdonable silencio cómplice y luego con una ambivalencia discursiva hacia los procesos populares que, más allá de sus elegidos gobiernos, realmente enfrentan al imperio gringo.

Quién apoya al Pepe en esta no sé hasta dónde extraña nueva conducta, pues, aquellos que siempre estuvieron distanciados y cerca a la vez, eso sí, cazándolo y midiendo sus pasos, posturas y palabras sin compromiso hasta que llegaron a saber cuál era realmente su intención secundando a los líderes del proceso bolivariano que permitió al torrente libertario de Nuestra América, transformarse en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe. Muestra de ello lo tenemos en el silencio guardado ante la desvergüenza chilena que da al traste, persuadida de mayor y fascista fuerza militar, con la salida al mar para Bolivia; el menor esfuerzo, que en su caso es igual que decir nulo, ante los golpes de estado contra los presidentes constitucionales Fernando Lugo en el Paraguay, Manuel Zelaya en Honduras, Dilma Rousseff y encarcelamiento de Lula da Silva en Brasil; la aceptación tácita de la cantidad de hijos del pueblo luchadore/as asesinados en México, Guatemala y Colombia. Ah, como olvidar su flamante y plenipotenciario excanciller y actual servicial secretario general de la oea durante todos los desmanes gringos y las derechas en América Latina en los últimos 4 años.

En Venezuela, los medios y la derecha, que son lo mismo, derrotados como vienen en todos sus esfuerzos antipatria, confiados en lo que verdaderamente es Pepe Mujica, lo hacen su voz para atacar a los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, pero claro, ellos saben perfectamente que el Pepe no dirá nada respecto a las acciones terroristas de los “muchachos” disfrazados de ovejitas, de paso, acompañados por las mismas jerarquías católicas que gozan del poder pedofilia y efebofilico en Chile y otras naciones latinoamericanas, para esconder sus bárbaras intensiones.

Por lo demás, en América Latina la lucha continúa, y el pepe no hace falta.


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Gustavo C Vásquez


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