Cómo las operaciones de bandera falsa se llevan a cabo hoy en día

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

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Bandera falsa es un concepto que ha sido empleado desde hace siglos. Estuvo considerado como una estratagema legítima tanto por griegos como por romanos donde una fuerza militar fingiría ser amiga con el propósito de acercarse a un enemigo antes de arrojar la simulación y enarbolar sus propias banderas, revelando así su propia afiliación justo antes de lanzar su ataque. En las batallas navales del siglo dieciocho entre España, Francia e Inglaterra izar una bandera enemiga en vez de la propia con el propósito de confundir al enemigo se consideraba una legítima /ruse de guerre/ treta de guerra, en cambio solo era considerado "honorable" si se decidía a enarbolar la suya propia antes de entrar en combate.

Hoy en día las operaciones de bandera falsa son por general ejecutadas por las agencias de inteligencia y por actores ajenos al gobierno, incluyendo agrupaciones terroristas, pero son solamente consideradas como exitosas si el verdadero hecho de la acción permanece en el anonimato. No hay nada de honorable en ellas cuando su intención es culpar a la parte inocente por algo que esta no ha hecho. Ha habido últimamente muchísimas de estas actividades y resulta interesante saber, por la vía de filtraciones, que la Agencia Central de Inteligencia, CIA ha desarrollado la capacidad para imitar las huellas dactilares en Internet de otros servicios de inteligencia. Eso significa que cuando los medios de prensa están vociferando sus informes de prensa en el sentido que los rusos o los chinos piratearon las páginas del gobierno norteamericano en la red o en los sitios de las grandes corporaciones, podría tratarse en realidad que es la CIA la que está llevando a cabo la intrusión y haciendo creer que aquella se originó en Moscú o Beiyín. Dada esta capacidad, ha habido una considerable especulación en los medios alternativos de prensa en el sentido que fue en realidad la CIA la que interfirió en las elecciones nacionales del 2016 en Estados Unidos.

Banderas falsas también pueden estar involucradas en otro tipo de actividades. Dos ataques con armamento químico llevados acabo contra civiles fueron denunciados el año pasado en Siria, lo cual hizo que el presidente Donald Trump y sus asociados lanzaran ciento sesenta misiles contra Siria, constituyendo claramente operaciones de bandera falsa llevadas a cabo por agrupaciones rebeldes y terroristas que controlaban en ese tiempo las áreas afectadas. El más reciente ataque perpetrado el 7 de abril pasado bien pudo no haber ocurrido de acuerdo con los doctores y otros testigos quienes en realidad se encontraban en Duma. Debido a que los rebeldes tuvieron éxito en convencer a gran parte del mundo que el gobierno sirio había realizado los ataques, uno podría considerar que sus empeños de bandera falsa fueron extremadamente exitosos.

El remedio contra operaciones de bandera falsa tales como la recientemente ocurrida en Siria, es por supuesto, evitar morder el anzuelo y de hecho esperar hasta que una minuciosa y objetiva inspección de las evidencias se lleve a cabo. Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña no hicieron eso, prefirieron en cambio responder a las histéricas informaciones de prensa de "hacer algo". Si la investigación de la ONU sobre el supuesto ataque no encuentra nada, posibilidad muy distinta, es bastante improbable que ellos (los países atacantes) pidan disculpas por el crimen cometido.

El otro grande ataque de bandera falsa ocurrido recientemente es el envenenamiento de Sergei Skripal y de su hija Yulia en la ciudad de Salisbury, Inglaterra el pasado 4 de marzo. Rusia no tendría motivo plausible para llevar a cabo semejante ataque, de hecho tendría muy buenas razones para no hacerlo. Las acusaciones hechas por la primera ministra británica, Theresa May acerca del supuesto agente nervioso en el sentido que "muy posiblemente" era de origen ruso han sido desmentidas en parte a través de los exámenes realizados por los propios laboratorios de armamento químico del Reino Unido. May, que está siendo atacada incluso dentro de su propio partido, necesitaba una buena historia y un poderoso enemigo para fortalecer su propia tenencia de poder de manera que lanzar una bandera falsa contra Rusia probablemente le pareció justo lo que necesitaba puesto que Moscú no podría negar los "hechos" que estaban siendo inventados en Londres. Desgraciadamente para ella, se equivocó y el debate desatado por sus acciones –que incluyeron la expulsión de veintitrés diplomáticos rusos, le ha causado un grave daño. Muy pocos ahora creen que Rusia llevó a cabo el envenenamiento y existe una fuerte corriente de opinión que sugiere que en realidad se trata de una operación de bandera falsa ejecutada por el gobierno británico o incluso por la CIA.

La lección que debe extraerse de lo de Siria y Skripal es que si un "incidente" parece no tener un motivo detrás, existiría una alta posibilidad que se trate de una bandera falsa. Un poco de cautela sería lo apropiado, dado que las alternativas serían respuestas precipitadas y posiblemente desproporcionadas, que podrían fácilmente degenerar en una guerra.

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Philip M. Giraldi

Consultor. Ph.D., Director Ejecutivo del Consejo para el Interés Nacional


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