Glasnost y Pereztroika versus Reforma y Apertura

Las revoluciones de izquierda, es decir, socialistas, se han enfrentado en sus praxis de gobierno a un problema difícil, complejo y con consecuencias ideológicas en cuanto nos referimos a la Economía, nos referimos, específicamente, a la Economía en mayúscula.

Este álgido pero muy importante problema estructural contiene en su íntima esencia una “compresión particular” del desarrollo, evolución y continua perfectibilidad de ese concepto “estructura en revolución” cuando, a menos que se produzca un interesante e importante milagro, esa estructura económica, frente a la cual las revoluciones, en lo conceptual como socialista, deben, en objetiva y obligatoria realidad, desarrollar la lógica dialéctica implícita de y en ese proceso evolutivo y perfectible en y de esa “revolución nacional” del modelo capitalista nacional en curso, claro, no en una lógica lineal sino en la dialéctica de las contradicciones. Claro, a menos que se den “saltos adelante milagrosos”; por tanto, deberá caminar según las propias contradicciones lógico-nacionales-en-revolución ante las cuales se van desarrollando las diferentes tesis del marco en el cual se sustenta esa revolución socialista según su Historia nacional, su Cultura y educación imperante, es decir, la conciencia nacional, según las particulares y características de esos estado-nación en revolución con el objetivo fundamental de caminar, prudente pero sin descanso, hacia logar alcanzar una “estructura económica socialista”.

En ese marco del discurso el tema referido a la evolución perfectible de esa “estructura económica socialista y nacional”, con sus propias características, evidente, es un tema profundamente polémico como podemos conocer a través de los textos académicos de sesudos estudiosos de esos procesos revolucionarios por socialistas, necesarios y obligantes, en el marco de la teoría aceptada y referida a la transición de aquella “estructura capitalista” en vigencia nacional hacia la obligante y deseada “estructura socialista”; es decir, lograr alcanzar los “cambios profundos” que requiere el Estado como Estado en transformación del Estado capitalista hacia el aspirado Estado socialista sin desconocer, al tiempo, la necesidad de tener que desarrollar los obligantes “cambios super-estructurales en socialismo” en el marco de la lógica dialéctica y las inevitables contradicciones que se vayan mostrando durante el proceso revolucionario de izquierda por socialista sobre la base de “lo nacional obligante”.

En el marco de lo anterior expuesto ello nos lleva a tratar de indagar, analizar, estudiar y tratar de proponer vías, caminos y soluciones necesarias en “lo nacional” sustentándonos sobre los diferentes procesos revolucionarios de izquierda y socialista en diferentes procesos revolucionarios en sus profundas e íntimas consecuencias en el marco referente de sus realidades nacionales conjuntamente y junto a lo significativo de las mentalidades de los sectores responsables involucrados en ese marco de gobernabilidad revolucionaria de izquierda y socialista-nacional como podemos, a título de necesaria referencia, analizar los procesos políticos que se expresaron en sus praxis tanto en la URSS como en la República Popular China bajo las responsabilidades ejecutivas, según las propias realidades nacionales, de Mihail Gorvachov y Deng Xiaoping, respectivas y definidas conceptualmente en lo referido como título del presente texto para su discusión, es decir, las realidades objetivas en el marco de la dialéctica revolucionaria de las contradicciones no solo por históricas sino por su praxis y resultados, necesariamente, temporales, en ambas experiencias asumidas e impuestas por las dirigencias de ambas naciones: la URSS y la República Popular China.
Expresado lo inmediato anterior, entrémosle a las realidades consecuenciales por históricas como marco en referencia cual consideramos como necesaria para las obligantes reflexiones digamos que académicas, por ahora.
En alguna ocasión, tiempos pretéritos, sostuvíamos nuestras acostumbradas “pajitas dialécticas” con nuestro amigo, Carlos Cruz, en los reales espacios de su librería situada, por aquellos tiempos, en el edificio de la AVP.

Conversábamos “de lo humano y de lo divino”, siempre presentes algún que otro conversador vehemente. Siempre la prudencia y el respeto estaban “sobre la mesa” porque los temas y las argumentaciones eran “de pesos pesados” y siempre nos, obligatoriamente, cuando se formaba la tertulia, prudentemente, permanecíamos callado. Pero en una de aquellas tardes, estando ambos en “la hora del café”, le entramos a realidades vividas por Carlos en Moscú (URSS). Nos sorprendió cuando nos comentara que en una ocasión se fue a la estación de trenes de esa interesante ciudad, a decir de los conocedores, para percibir lo que hoy calificamos como “la crisis de la distribución socialista”. Cuento corto.

Carlos, puntilloso como era, se recorrió un tren de “unos cuantos vagones de carga”, cargados de tomates. Al observar, detenidamente, percibió como la corrupción burocrática soviética había dejado podrir los tomates, vagón tras vagón: “…aquello era un río de salsa de tomate…”, nos comentara.
Claro la conversa no se quedó en aquella anécdota sino que nos dedicamos a desarrollar opiniones personales, como debía ser y era de obligación.

Debemos decirlo por ética. No somos serios conocedores de la Glasnost, menos de la Perestroika pero sí podemos exponer algún interesante comentario proporcionado por alguna amistad china. Resulta ser que cuando se desarrollaba lo que en el día de hoy nos consideramos como la primera revolución de colores, en sus fundamentos, nos referimos al desarrollo de los acontecimientos políticos que se expresaron en la Plaza de Tian Anmen (Beijing, RPCh), se sucedió la visita oficial de Estado de Mihael Gorvachov a China, concretamente, a Beijing.
Eran los tiempos del ejercicio del Poder, ejercido por Deng Xiaoping. En una franca conversa entre los líderes de dos potencias que se encontraban en camino de normalizar sus relaciones globales (no olvidemos los sucesos en el río Amur), Deng Xiaoping le comentaría a Gorvachov su opinión sobre las decisiones alcanzadas por Moscú cuando aprobó ambas políticas arriba referidas: la Glasnost y la Perestroika. Su frase, hoy, retumba en la Historia del Socialismo y de la Revolución Socialista cuando vemos los procesos políticos en Rusia bajo “la batuta” de Vladimir Putin.

Deng Xiaoping, de frente y sin cortapisas, le expresó su opinión pero sustentada en las realidades chinas, como debe ser sobre posibles consecuencias al implementar aquellas políticas de cambios en el mundo soviético. Aquel comentario, seguramente, le sorprendió al mismo Gorvachov por lo conceptual de su contenido.
Aquella premonitoria frase fue: “…ninguna revolución triunfa cuando el pueblo está pasando hambre…por eso hemos decidido “romper el tazón de hierro” y promover la política de “reforma y apertura”…”. Aquella frase, en una muy simple interpretación significaba que era primordial consolidar la Revolución Socialista con características chinas en los niveles de las necesidades de desarrollar la “estructura económica” en el marco de las objetivas realidad nacional-internas post Revolución Cultural.

¿Cuáles fueron las causas objetivas cuáles permitieron aquellos trágicos sucesos y dramáticas consecuencias que se sucedieron durante aquellas temporalidad de la Plaza de Tian Anmen?

¿Qué le expresó Zhao Ziyang a Wen Jiabao durante su visita a la Plaza de Tian Anmen después de conversar con los estudiantes?

¿Cómo intervino la Embajada norteamericana en Beijing durante aquellos días de dramáticas realidades?

Respuestas:
1.- La figura del defenestrado Secretario General del PCCh, Hu Yaobang; la corrupción y la burocracia;
2.- “…vamonos a hacer la maleta, hemos perdido el control…”;
3.- Los Ángeles Motorizados.




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Miguel Ángel Del Pozo


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