La agudización de los problemas de España

Perdido el ideal común, surgió como secuela inevitable el proceso de desintegración, ya advertido en siglo pasado: Cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse particularista es precisamente el Poder central. Y esto es lo que ha pasado en España. Castilla ha hecho a España y Castilla la ha deshecho.

La deteriorada situación del último gobierno de Rajoy en que había quedada la España: la del "abandonismo". Fue una ocasión perdida porque sólo determinó la aparición de una nueva oleada (P.P.) burguesa, tosca y zafia, enriquecida de una manera rapidísima, que vino a ensanchar las diferencias de clase y los problemas sociales.

El terrorismo del 1º de septiembre, por estos grupos de la "policía nacional", culminó con los sucesos de "Semana Trágica", ocurridos en Barcelona. Fue una muestra del fracaso de la política de Rajoy y una clara advertencia de que la opinión pública se iba polarizando peligrosamente en dos extremos que fatalmente acabarían por chocar. El tímido propósito del "bienintencionado" presidente de gobierno no consiguió aplicarse.

El regionalismo catalán surgió por la separación de los territorios americanos, fue impulsado por la oleada de nacionalismo que sacudió a Europa como una consecuencia del Romanticismo, y si al principio tuvo un carácter poético, de "Jocs Florals", sentimental, llegó un momento en que fatalmente adquirió un aspecto económico. Ocurrió esto a la perdida de las últimas colonias de América, cuando el capitalismo catalán se encontró ante graves problemas derivados de la limitación de su exportación tradicional a Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

El catalanismo burgués llegaba así a una fase política que alarmó a numerosos estamentos del resto de España; pero la tendencia a la conciliación mostrada por el político catalán suscitó la protesta de los elementos más extremistas del catalanismo mismo que constituyeron asociaciones francamente nacionalistas.

Con estilo directamente español, el manifiesto declaraba: "Este movimiento es de hombres; el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar, los días buenos que para la Patria preparamos". Prometía una "paz digna, fuera, y paz fundada en el saludable rigor y en el justo castigo, dentro". Para salvaguardar la responsabilidad del monarca, decía que "la tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real"

"Mal viven con sueldos de hambre, sin esperanzas de manumitirse debido a la mala distribución de las rentas de las clases: alta, media y la pata del suelo. Procurar la mejor de las condiciones laborales, tratar de arrancar del gobierno (fascista) el mayor número de leyes posibles en beneficio del pueblo trabajador y esperar el momento en que la fuerza mayoritaria les instale en el poder para llevar a cabo de modo completo su programa político y social".

—Y el regionalismo y separatismo se adueñó de las conciencias de unos, mientras otros pretendían la invulnerabilidad de estructuras caducas desde hacía siglos. Así entró la España tremenda y desgarrada del siglo XXI, con desgarraduras del anterior por haber faltado a la cita que les dio la Historia.

¡Viva la III República española y, Socialista!



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Manuel Taibo


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