El difícil camino de la paz

Los gobernantes colombianos dicen, repiten, insisten, afirman que la democracia colombiana es la más antigua de Sudamérica. En Colombia durante 200 años de vida republicana, la guerra ha sido el móvil de la política. Los breves períodos de paz han sido interrumpidos por una nueva guerra, reanudación de la anterior, por cuanto las causas son las mismas ¿Pueden coexistir la democracia y la guerra como formas antagónicas de la política? Si como se dice, en Colombia hay democracia ¿Por qué hay guerra? La guerra es la negación de la democracia.

Origen y Causa:

Alfa y Omega de la guerra.

Si persiste la causa:

Inequitativa distribución de la riqueza

¡Es imposible la paz!

Si persiste el origen:

Violencia del Estado (paramilitares)

¡Es imposible la paz!

Sin la justa distribución de la tierra

Reforma Agraria

¡Es imposible la paz!

Sin la participación de las mayorías nacionales

Asamblea Nacional Constituyente Originaria (para la reforma del Estado).

¡Es imposible la paz!

Merece referencia aparte, señalar la imposibilidad de conquistar la paz mientras existan cuerpos armados paramilitares al servicio de la oligarquía/jerarquía católica/latifundista. En todos los acuerdos de paz firmados en Colombia en los últimos 235 años (1781-2016), ha sido denominador común el asesinato de los líderes rebeldes:

  • Rebelión Comunera de El Socorro (1781), asesinato de Galán y jefes comuneros;

  • Congreso de 1830, asesinato del Mariscal Sucre y destierro de Bolívar;

  • Acuerdo de paz de Neerlandia (Magdalena) que puso fin a la guerra de los 1000 días, asesinato del general Rafael Uribe Uribe;

  • Acuerdo de paz de Rojas Pinilla, asesinato de Guadalupe Salcedo y jefes guerrilleros;

  • Acuerdo de La Uribe con Belisario Betancur, masacre de la Unión Patriótica.

Esa tradición de engaño y fariseísmo político se repite, se activa o recrudece con el sólo anuncio y firma del Acuerdo de Paz discutido en La Habana. Sin haberlo siquiera instrumentalizado, comienza el asesinato de líderes campesinos/veredales y defensores de derechos humanos ¿Qué actitud asumirá el gobierno de la oligarquía/jerarquía católica/latifundista ante el reciente acuerdo de paz? ¿La misma de acuerdos anteriores? ¿La perpetuación en el Poder por medio del crimen paramilitar y la represión militar/policial? Setenta años de guerra ¿Para qué? ¿Para llegar a la solución gatopardiana (lampedusiana) y todo siga igual?

El derecho a la rebelión está establecido en:

Declaración Universal de los Derechos Humanos:

"Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión". (1789).

Se encuentra más desarrollado en los tres últimos artículos de la nueva redacción, 24 de junio de 1793:

Artículo 33. La resistencia a la opresión es la consecuencia de los demás derechos del hombre.

Artículo 34. Hay opresión contra el cuerpo social cuando uno solo de sus miembros es oprimido. Hay opresión contra cada miembro cuando el cuerpo social es oprimido.

Artículo 35. Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada una de sus porciones, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes.

Declaración de Las Naciones Unidas

La Carta fundacional de las Naciones Unidas (ONU) reconoce el derecho a la rebelión, de forma implícita.

"Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión." Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. (1948)

Declaración de Independencia de los Estados Unidos, 1776:

"Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad".

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/95/Washington_Crossing_the_Delaware_by_Emanuel_Leutze%2C_MMA-NYC%2C_1851.jpg/390px-Washington_Crossing_the_Delaware_by_Emanuel_Leutze%2C_MMA-NYC%2C_1851.jpg

Washington cruza el Delaware.

Marulanda cruza el Putumayo

¿Cuál es la diferencia?

Constitución de Colombia

"El derecho a la rebelión está implícito desde el 1º al último Artículo."

Estas leyes y acuerdos han sido desconocidos y violados por el imperialismo del capital y sus guerras terroristas contra los pueblos que ejercen el derecho a la autodeterminación. Y han sido desconocidos por las organizaciones encargadas de defenderlos y hacerlos respetar (ONU, OEA, Los No Alineados, el Grupo de los 77, CELAC, UNASUR y otros). Todos callaron ante la nueva filosofía de la guerra impuesta: el terrorismo.

En consecuencia, los guerrilleros no son bandoleros ni delincuentes ni mucho menos terroristas: son ciudadanos que utilizan el derecho a la rebelión para defenderse de la violencia del Estado y el colonialismo: "Conducir la política por otros medios" (Clausewitz).

El derecho a la rebelión no puede concluir en simple Ley de Amnistía ni en verdad y reparación ni en condena y castigo ni en dejación de las armas ni renunciar al sagrado derecho a la rebelión ni mucho menos en el controversial, infame, ingenuo ¡Pedir perdón! Plantear la paz de esa manera es negar el derecho a la rebelión, es negar las causas de la guerra con sus nefastas secuelas, es pretender hacer creer que en la guerra sólo existe un bando que carga con todas las responsabilidades, mientras el otro bando, El Estado, engendro de toda violencia, elude esas responsabilidades.

Inconcebible incongruencia: ¡Pedir perdón! por haber tomado las amas para defender la vida, para defender el derecho a la tierra, para reclamar los más elementales derechos del hombre y del ciudadano, atropellados por la violencia del Estado. El perdón no existe, es una invención teológica hipócrita, manipuladora, chantajista. Si la clemencia existe ¡Para qué Infierno!

El objetivo de la guerra es acabar con las causas que la originan, y el de la Paz: cumplir y garantizar ese objetivo. Todo lo demás que se diga y se haga son adornos de una paz intrascendente.

Durante los últimos 75 años, al enfrentamiento armado habido en Colombia, le han dado diversas denominaciones:

"Conflicto"

"Conflicto armado interno"

"Conflicto entre liberales y conservadores"

"Conflicto por la defensa de la democracia"

Eufemismos con los cuales, por conveniencias económicas, se pretende invisibilizar la guerra. En Colombia ha habido una guerra civil con la participación activa de fuerzas militares extranjeras (EE.UU y sus 7 bases militares), con agresiones armadas a países limítrofes: bombardeo a territorio ecuatoriano, acciones militares en territorio panameño, venezolano y brasileño.

En esencia, esta guerra nace del odio predicado desde el púlpito contra el partido liberal y los comunistas. Tiene su raíz en el dominio clerical, herencia de La Inquisición y el Virreinato, que tuvo su máxima expresión en La Rebelión Comunera (1781). Filosofía transformada en guerra religiosa por la defensa de la propiedad latifundista, la creencia y dominio de las conciencias (negación del Estado laico). La filosofía de esta guerra, como de todas las guerras habidas en los últimos 1000 años, la aporta el cristianismo que, en Colombia, en la primera mitad del siglo pasado, tenía hegemonía católica y la utilizó para predicar el odio entre liberales (herejes) y conservadores (pueblo escogido). Más tarde el odio clerical recayó en los comunistas (materialistas, ateos). Hoy, numerosas sectas cristianas se disputan el dominio de las conciencias para imponer la barbarie de la creencia. Prédica cuya raíz está sembrada en el oscurantismo de la Edad Media, que consideraba herejía todo lo que se alejaba del culto al Dios católico (Las Cruzadas contra los herejes). Para reprimirla se crearon La Inquisición y los Actos Sacramentales, instrumento de persecución de todo lo que significara herejía (conocimiento/sabiduría), de la cual eran acusados los cultores de la Ciencia. Si el desarrollo científico y tecnológico no hubiera sido prohibido, perseguido, impedido por el dominio del cristianismo (catolicismo), la Humanidad se habría librado de 1000 años de guerras religiosas que ensangrentaron el planeta y continúan su homofóbica/misógina labor. El oscurantismo de la Edad Media, le significó a la Humanidad 500 años de atraso al haber sepultado en la barbarie de la creencia, el patrimonio filosófico, materialista, científico de la Grecia Antigua (Demócrito). Sin el oscurantismo de la Edad Media, el desarrollo científico y tecnológico alcanzado por la Humanidad en la última centuria, podía haber ocurrido hace 500 años (Leonardo da Vinci, Giordano Bruno, Copérnico, Galileo) Pero el catolicismo lo impidió, lo quemó en la hoguera ¿Cuál sería el nivel de desarrollo actual de la Humanidad si tan horrendo crimen no hubiera ocurrido?

El propósito fundamental de la Paz, eliminar las causas de la guerra:

  • Injusta distribución de la tierra;
  • Inequitativa distribución de la riqueza;
  • Negación de los derechos humanos y políticos de las mayorías nacionales.

Se pretende alcanzar la paz con subjetivismos leguleyos que no solucionan las causas de la guerra. Quienes condicionan la paz de esta manera deben comenzar por sentar en el banquillo a Bolívar, San Martín y próceres de la independencia por el delito de haberse rebelado contra la monarquía de Fernando VII, haber transformado las colonias en repúblicas laicas, y por el mal ejemplo que le inculcaron a las generaciones futuras en la defensa de la libertad y la soberanía.

Durante 75 años de enfrentamiento armado ¿Cuáles han sido los objetivos de la guerrilla? ¡La Paz! Para alcanzarla es necesario refundar la República, inspirada en los lemas de:

Libertad

Igualdad,

Fraternidad,

los mismos que animaron a los próceres de la independencia y con los cuales esta sociedad continúa en deuda.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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