La humanidad debería agradecer por fortuna al sabio pueblo ruso, quienes franquearon cuantiosas dificultades, manipulaciones y desprestigios internacionales, aun así, reeligieron al mismo hombre, odiado por los dirigentes occidentales, pero querido en la madre patria. Vladimir Putin, preside a esta gran nación, en transformándola en la nueva y única potencia, que respetan fielmente las leyes internacionales, impugnando y confrontando a las poderosas y malignas colectividades, que pretende imponer sus ordenanzas por la fuerza, al mundo entero sin acepciones. Esta potencia, no es una insignificante o pequeña nación, que cuando se revela como lo hizo Irak, Libia o Afganistán, lo invaden, destruyen, masacran y saquean durante y después de la invasión, hasta exprimir y seguir absorbiendo todas sus riquezas hasta que se acabe o una resistencia los expulsaría. Tampoco es un país sudamericano que le puede manipular a sus pueblos, para ir en contra sus propios intereses.
El gobierno de Rusia, es la única potencia, que busca solucionar pacíficamente y políticamente las diferencias y confrontaciones, cumpliendo las normas, resoluciones e inclusive los dictatoriales vetos de la ONU, siempre respetando la soberanía de los países. Igualmente rechaza contundentemente a ser cómplice, participe o peor aún guarda espalda de los agentes de la Nueva Orden Mundial, sino al contrario, lo confronta, desenmascara y en la actualidad lo está desangrando. Como de costumbre Rusia, volvió otra vez a extender su brazo armado, para auxiliar a EEUU, en esta ocasión dispuesto a ayudarlos, para ganar la guerra en contra los terroristas internacionales.
Según El GLOBAL JUSTICE NOW, de Inglaterra, solo 10 corporaciones, son quienes imponen las normas y dictaminan las órdenes al mundo, su patrimonio es más que la mayoría de los países juntos. Adicionando, al centro financiero de Londres y la reserva federal norteamericana, todos juntos representan, una sociedad de intereses propios, siendo indiscutiblemente, los amos y señores del planeta.
Mientras los temporales inquilinos de la Casa Blanca, se declaran en guerra en contra el terrorismo, el pentágono y los altos mandos militares, guiados por intereses contraria al supuesto presidente de esta nación, hacen caso omiso, ya que siguen apoyando a sus agentes, mercenarios o peones salariados. Desde el principio de la guerra en Siria, siempre fue clara su participación, inclusive el senador John McCain, apareció retratado con terroristas dentro del territorio sirio.
El estratega Putin, lo sigue teniendo loco, desde que se incorporó a la lucha en contra el terrorismo, siempre ponía en jaque a los yanquis y sus colegas, descifrando y desnudando su participación con los terroristas. Ahora el táctico Vladimir, los puso en jaque mate, en el supuesto acuerdo del alto al fuego, por una semana para dar paso a las ayudas humanitarias. Sin ninguna explicación, la fuerza aérea norteamericana, traicioneramente y cobardemente, bombardeo el aeropuerto de Der el Zhur, matando a 69 aprox. e hiriendo a 100 soldados sirios, planificado y coordinado con los terroristas ISIS (DAESH) que instantáneamente invadieron y tomaron el aeropuerto.
Sínicamente, la casa blanca con mucho cuantía dicen, que fue un error de cálculo, siendo exageradamente inadmisible a la inteligencia de cualquier hombre medianamente racional.
Primero un aeropuerto es un inmenso blanco y exageradamente visible, segundo violaron el acuerdo firmado, al alto de fuego, tercero, la coherencia de la fuerza aérea EEUU y los mercenarios ISIS, no pudo haber sido mejor coordinado. El problema no es, Obama, que se encuentra como inquilino de la casa blanca, a simple vista quedo al descubierto, ya que en el ámbito internacional solo se vislumbra, que sus dictamines a los supuestos subalternos, el gobierno y pentágono norteamericano, son quebrajadas constantemente, porque chocan o contradicen los deseos o pretensiones del verdadero cuerpo invisible, que gobierna esta gran nación. Desprestigiando su política exterior por falta de seriedad y demostrando su peste de bipolaridad, en sus decisiones. Esto conlleva a debilitar a los verdaderos norteamericanos que son gobierno, a revelarse o enfrentarse a esos invasores interinos, que desacreditan a su país, y son intocables.
