Pedagogía política

La tragicomedia de Almagro

I.

¿Derrota de la OEA, de Almagro? Veámoslo mejor como el triunfo de una nueva época de América Latina y el Caribe, parodiando al presidente ecuatoriano Rafael Correa. Y, por supuesto, la concreción de los mensajes insistentes de Fidel y Hugo Chávez: solo la unión nos hará fuertes y libres. Aunque hemos ganado esta batalla, tenemos que estar conscientes que no hemos ganado la guerra. Son infinitas las batallas que hemos de librar aún; el adversario es demasiado poderoso, está representado por el imperio colectivo más poderoso de la historia de la humanidad, pero la dignidad de nuestros pueblos, el despertar de la conciencia de quienes han podido experimentar los cambios de nuestras sociedades, lo es más aún. Ahí tenemos el ejemplo de la pequeña Cuba, que se erige invicta después de 55 años de bloqueo, ante un imperio genocida, invasor, criminal, sin escrúpulos a sólo 150 kilómetros de sus costas.

II.

Pero, ¿qué es la Organización de los Estados Americanos (OEA)? Esta es una organización internacional panamericanista de ámbito regional y continental creada el 30 de abril de1948, con el objetivo de ser un foro político para la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de América. La declaración de la organización dice que trabaja para fortalecer la paz, seguridad y consolidar la democracia, promover los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico favoreciendo el crecimiento sostenible en América o las Américas. En su accionar busca construir relaciones más fuertes entre las naciones y los pueblos del continente. Entre los Secretarios Generales de la OEA que recordamos, están Alberto Lleras Camargo, quien fue el primero, desde su fundación en Bogotá en 1948, hasta 1954. Renunció en Caracas ante la Décima Conferencia Panamericana el 4 de marzo de 1954, tras una gestión que marcó la pauta a todos sus sucesores y le mereció el aplauso de todos los países americanos. Lo sucedió el chileno Carlos Dávila Espinoza, testigo de excepción del Presidente guatemalteco Jacobo Arbenz ese mismo año. El uruguayo José Antonio Mora, 1956-1968, fue anfitrión de la Conferencia donde por órdenes de EE.UU se expulsó a Cuba de la Organización. El ecuatoriano Galo Plaza Lasso estuvo entre 1968 y 1975, testigo de piedra del derrocamiento y asesinato de Salvador Allende. Lo sucedió, hasta 1984, la complicidad del argentino Alejandro Orfila, cómplice de Jorge Rafael Videla durante la sangrienta dictadura de éste. Los tres siguientes Secretarios Generales  estuvieron, cada uno, diez años en el ejercicio del cargo: Joao Clemente Baena, Brasil, 1984-1994; César Gaviria Trujillo, Colombia, 1994-2004, espectador del derrocamiento de Hugo Chávez, y José Miguel Insulza, Chile, 2005-2015, testigo de piedra de los golpes parlamentarios de Manuel Zelaya en Honduras y Fernando Lugo en Paraguay, y de los intentos de derrocamiento de Evo Morales, Rafael Correa y muchas otras tropelías dirigidas por el Departamento de Estado.

III.

Almagro, quien representa los intereses de quienes como los EE.UU., de Canadá y el gobierno lacayo de Paraguay, en ningún momento ha interpretado, no tan sólo los  postulados que dieron origen a la OEA, sino el momento que viven los pueblos latinoamericanos y caribeños, cuyos gobiernos parecen haber entendido que las movilizaciones que se están dando en Argentina, en Brasil, en Colombia, en México, alertan que no estamos en tiempos de retroceso, sino de avanzada permanente. Que lo sucedido recientemente en Argentina y Brasil son accidentes políticos que se dan, que suceden porque la arremetida imperial es muy poderosa, está acompañada por recursos sin límites, tanto en lo financiero, como en lo mediático, en lo logístico.

IV.

Los avances que en democracia participativa y protagónica, en conquistas sociales representadas por logros en la educación, en la salud, en el acceso a viviendas dignas, en seguridad social, igualdad de género, en trabajo y remuneración dignos, en distribución del ingreso, en atención a quienes nunca estuvieron incluidos en los planes y programas de desarrollo social, están calando profundamente en la conciencia de los pueblos de la Patria Grande. Eso lo comprenden los gobiernos de NuestrAmérica. Y esa, entre otras, es la razón de la correlación de fuerzas que acaba de producirse en la reciente Asamblea Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos OEA, esa misma que desde hace más de 50 años es conocida como Ministerio de las Colonias de EE.UU.

V.

¿Qué pasará ahora con la OEA luego del estrepitoso traspié de su Secretario General? El Ministerio de las colonias latinoamericanas y caribeñas ha caído en las peores manos. El debut de Almagro marca su derrotero. Con él la derecha internacional a las órdenes de EE.UU tiene el peor de los aliados: un perdedor. Un hombre gris. Despreciado por sus propios compatriotas que le negaron esta vez el voto que hace menos de un año lo ungió como Secretario General del Ministerio de las Colonias latinoamericanas y caribeñas.

VI.

La arquitectura latinoamericana y caribeña levantada por Fidel, en mi opinión el Máximo Estadista del Siglo XX, y cuidado si de la Historia de la Humanidad –apuesto por ello-, al lado de Néstor y Cristina Kirchner, Lula Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, José “Pepe” Mujica, Tabaré Vásquez, Daniel Noriega, Presidentes y Primeros Ministros Caribeños, sigue sólida en sus organismos representativos de los pueblos emergentes: Alba-TCP, Unasur, Celac, Telesur, Radio del Sur, y otros periféricos, deben consolidarse con el correr de los años. A ello deben avocarse, en lo sucesivo, los pueblos de NuestrAmérica.



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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