Díganle a Washington que se pierda

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

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Luego de estar un año bombardeando el desierto sirio con resultados insignificantes con vistas a derrotar las agrupaciones terroristas –como memorablemente lo señaló el parlamentario ruso Alexei Pushkov—repentinamente la denominada coalición anti terrorista encabezada por Estados Unidos pareciera haber descubierto un alto grado de precisión logística.

Estados Unidos y sus aliados alegan que los ataques aéreos de Rusia iniciados el 30 de septiembre pasado no han impactado a los yijadistas del Estado Islámico, ISIL* o ISIS* incluso también conocido como Daesh. Rusia, según Washington y la prensa occidental, ha estado golpeando a los "rebeldes moderados" y a civiles en el proceso de fortalecer al "régimen" de Bashar al-Assad.

No existe nada en el derecho internacional que impida el apoyo al gobierno soberano de Siria, tal como lo declaró el Presidente Vladimir Putin. De tal modo que hagamos a un lado las objeciones occidentales primero que nada.

En cuanto a las supuestas bajas civiles, las agencias CANN, BBC, France 24 y otras, hasta ahora no han producido ningún reportaje de funerales o escenas en hospitales que verifiquen sus alzadas acusaciones, y esto, luego de más de una semana que se iniciaran las supuestas "atrocidades" rusas.

Pero lo que realmente están destacando las últimas protestas occidentales en torno a la intervención militar de Rusia es la aparentemente omnisciente precisión acerca de quién y dónde están los grupos terroristas.

Funcionarios norteamericanos y el secretario general de la OTAN, alianza militar encabezada por Estados Unidos, Jens Stoltenberg, esta semana declaró que "más del 90 por ciento de los ataques rusos no fueron contra el IS o Al Kaida.

La precisa enumeración de Estados Unidos y de la OTAN hace coro con aquella del primer ministro de Turquía, Ahmat Davutoglu, quien declaró que "solo dos de los 57 ataques aéreos rusos en Siria" dieron en blancos del IS.

La pregunta que la supina prensa occidental debiera hacerle al jefe de la OTAN y a sus superiores en Washington sería esta: Si Uds. Pueden de manera tan clara cuantificar y definir las bases del IS y de Al Kaida, entonces ¿Por qué la coalición encabezada por Estados Unidos ha evidentemente derrochado doce meses bombardeando espacios vacíos del desierto en vez de ir degradando y derrotando a estas agrupaciones? tal como lo prometió el presidente Obama hace ya más de un año?

Desde el mes de septiembre del 2014 Estados Unidos y unos sesenta países aliados, incluyendo a los miembros de la OTAN como también a Arabia Saudita y Catar, han estado bombardeando Siria e Irak con el declarado propósito de erradicar la red terrorista del IS. Hasta ahora, más de nueve mil ataques aéreos se han llevado a cabo por la coalición encabezada por Estados Unidos, pero hasta que Rusia inició su campaña aérea hace más de una semana, el IS y otros yijadistas han estado creciendo permanentemente en poderío y territorio a pesar de todo ese poder aéreo dirigido por Estados Unidos que supuestamente llueve contra ellos.

En contraste, los ataques aéreos rusos en Siria parecen haber logrado mucho más en una semana que Washington y la coalición en más de un año.

Y cuando decimos "ha logrado más" queremos decir golpes significativos contra las agrupaciones terroristas.

El alegato inicial occidental –citando dudosas fuentes de oposición—de docenas de bajas civiles causadas por los ataques, se han disipado sin dejar rastros. Ninguna evidencia de seguimiento, informes o fotografías de pérdidas civiles han sido exhibidas. Eso indica que los primeros reclamos occidentales no son otra cosa que despreciables artimañas desinformativas

Los jefes militares rusos han sido justificados acerca de la campaña aérea –ahora aumentada por los ataques de misiles lanzados desde navíos de guerra en el Mar Caspio—mediante una estrecha coordinación con las fuerzas militares del gobierno con el objeto de evitar bajas civiles.

Rusia ha dirigido la mayor parte de su poder de fuego contra las agrupaciones de Al Kaida en el norte y el oeste de Siria cerca de Hama, Idlib y Aleppo, desde donde la amenaza contra la estabilidad del estado sirio era más aguda. Estas milicias incluyen a Al Nusra, Ahrar al Shams, Jund al Aqsa y varias otras bajo la denominación Ejército de Conquista. La red del IS está mejor dispuesta al este de Siria hacia la frontera con Irak. Existe mucha expectativa en el sentido que Rusia apuntará su poder de fuego hacia esa región una vez que haya neutralizado la amenaza en el este y el oriente.

No obstante, Rusia está en lo correcto al definir que todos estos grupos caben dentro de la denominación de "extremistas criminales". Estas agrupaciones están principalmente compuestas por mercenarios extranjeros que están luchando para derrocar al gobierno soberano de Siria. Esto los convierte en blancos legítimos para los ataques aéreos rusos.

La noción elaborada por occidente que el único peligro terrorista en Siria es aquel que plantea el IS es un juego de semántica sin ningún sentido. Se trata solo de la manera de imponer restricciones a las legítimas operaciones rusas.

Y lo más importante es que por lo menos demuestra que Estados Unidos y sus aliados están hasta la coronilla coludidos con las facciones ajenas al IS las cuales son mayormente dominadas por los miembros de Al-Kaida. El epíteto de "moderado" es solo una payasada de relaciones públicas sin la cual los gobiernos occidentales quedarían avergonzados ante sus propios públicos por su vinculación con grupos terroristas que se suponía que eran el enemigo pos -9/11.

Por otra parte, el jefe ruso de las operaciones en Siria, el general Andrei Kartapolov, esta semana declaró que Moscú había propuesto compartir coordenadas sobre los blancos del IS con la coalición que dirige Estados Unidos. Pero, dijo él, los norteamericanos no han respondido nuestra oferta de cooperación militar.

El Ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov, agregó irónicamente que el Ejército Sirio Libre apoyado por occidente –supuestamente rebeldes moderados—figura solo como un "ejército fantasma". Este sería el quimérico "grupo rebelde ético" que occidente acusa a Rusia de atacarlo en vez de atacar a los "extremistas". Dijo Lavrov: Le hemos solicitado a Estados Unidos donde están las agrupaciones del Ejército Libre de Siria y no hemos recibido ninguna respuesta".

De manera lenta y penosa, la verdad verdadera está emergiendo en torno a Siria. Washington y sus supuestamente virtuosos aliados han estado destruyendo Siria durante casi cinco años mediante una criminal guerra encubierta para provocar un cambio de régimen, incluyendo el despacho de grupos terroristas mercenarios para que hagan el trabajo sucio. Ahora que Rusia se está moviendo de manera decisiva para poner fin a esta conspiración, occidente se alza en armas ya que sus "inversiones" en el cambio de régimen están siendo arrasadas.

Washington no está compartiendo con Rusia información fidedigna acerca de las brigadas terroristas, debido que eso solo agravaría sus actuales elevadas pérdidas.

Todo lo contrario, Washington está tratando de ocultar su criminalidad auto erigiéndose como una suerte de árbitro que decida a qué grupo militante deba golpear y a cual no. Tanto es así, que Moscú debería claramente decirle a Washington, ¡Piérdete!

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Finian Cunningham

Analista internacional


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