(Por una nueva geopolítica del conocimiento)

Concertación de Fuerzas en la UNASUR

El momento geopolítico que transita nuestra América, reclama la unidad de nuestros pueblos bajo los principios supremos de independencia, soberanía, cooperación y solidaridad, donde los acuerdos: ALBA, MERCOSUR, CELAC y UNASUR, tienen como fundamento trabajar por los intereses comunes que impulsen la conformación de un polo de poder en este lado del ajedrez esferoidal.

Sin embargo, la unidad de los pueblos debe entenderse como un proceso dialéctico, en la cual convergen contradicciones propias de las particularidades de la historia de nuestras naciones, y en ella, la permanente vinculación al sistema de dominación económico y su expansión en las distintas fases de su desarrollo, de allí, que resulte necesario la aprehensión de los procesos históricos-geográficos, bajo los cuales se asientan las estructuras dominantes que reproducen las amenazas internas y externas que pretenden subyugar la soberanía de los pueblos del Sur, esta situación, en la idea que se impulsa de consolidación de la Patria Grande, nos condiciona a transitar a ritmos distintos en la persecución de nuestros intereses comunes.

En este sentido, la UNASUR tiene el papel fundamental de concertar las distintas fuerzas que convergen en nuestra América del Sur, para la defensa de los recursos estratégicos que garanticen la proyección generacional en el continente, pero esto no sólo implica una simple retórica, sino más bien el desafío geopolítico de la esperanza de nuestros pueblos, es por ello, que la Unión de Naciones Suramericanas, requiere del fortalecimiento del sistema defensivo que la conforma, pues cuando se está en frente de la acción depredadora del imperio, la soberanía no es sólo una responsabilidad de las Fuerzas Armadas, aunque la defensa de este principio constituya su razón de ser, el problema está en que la globalización imperial, ha generado múltiples escenarios no convencionales en la cual la capacidad de fortalecer nuestro sistema defensivo tiene su hontanar: en lo cultural, lo económico, lo educativo, lo político, lo comunicacional, lo investigativo, lo moral y la nueva ciencia, que nos atrevamos a impulsar para des-mercantilizar nuestras sociedades y romper con los patrones de dominación impuestos.

En síntesis, el desafío geopolítico de la UNASUR no es más que concertar las fuerzas que en nuestros pueblos conforman gobiernos bolivarianos, de centro izquierda y de derecha, sin descartar las particularidades de nuestras naciones en cuanto a sus procesos, es por ello, que como estrategia geopolítica resulta esencial reproducir la habilidad permanente de consolidar la unión en cada coyuntura, pues si bien tenemos diferencias, el glorioso camino de la soberanía debe construirse desde el Sur, y es sólo en el encuentro y reconocimiento de nuestros intereses comunes, que yace la posibilidad de estructurar un polo de poder, que le asigne forma y contenido a la idea Estado-Continente.


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Alexander Colmenares

Profesor-Instructor-Soldado de las Ideas.

 alexmax001@hotmail.com

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