Obama... por favor: invada a Siria

Dicen que todo pueblo tiene el gobierno que se merece. Donde más se cumple ese dicho es en los países árabes. Todos los árabes, los que viven en el Medio Oriente y los que viven al exterior de sus fronteras, saben a la perfección que el Gobierno de Siria, encabezado por Bashar al-Asad o Bashar al-Assad, es profundamente reaccionario, despótico, represivo y ha gobernado de espalda a los verdaderos intereses socioeconómicos del pueblo sirio. Este ha debido de derrocarlo hace tiempo y no esperar el trance en que se encuentra actualmente donde, por lógica y por convicción revolucionaria, debe organizarse, prepararse, armarse y estar dispuesto a luchar contra los invasores imperialistas que se atribuyen la potestad de decidir el destino histórico de los otros pueblos o naciones. El precio es ahora mucho mayor, de más sacrificios y esfuerzos si se produce la intervención armada del imperialismo estadounidense y sus más allegados desgraciados y malditos epígonos.

                Cierto que es muy lamentable que sectores del pueblo se confabulen con los imperialistas para luchar contra el Gobierno de su país. Es lamentable. Pero de producirse la invasión que es casi segura lo correcto no sólo sería que el pueblo sirio se oponga a la invasión sino, igualmente, que aproveche las circunstancias para salir del despotismo de Bashar al-Asad o Bashar al-Assad y de aquellos sectores políticos contrarrevolucionarios que sirven de carne de cañón en beneficio de las fuerzas militares impostoras. En esas circunstancias es cuando debe alzarse la política del derrotismo revolucionario, es decir, tratar de matar dos enemigos al mismo tiempo. Claro, es difícil pero no imposible si –especialmente- en el mundo árabe se produce un elevado desarrollo de solidaridad internacionalista en contra de los invasores y en apoyo al pueblo sirio. Solidaridad en el sentido de atacar todo objetivo imperialista en la región para expulsarlos del Medio Oriente y propiciar el derrocamiento de –por lo menos- los más serviles gobiernos árabes que trabajan para los imperialistas. Si esa no es la solidaridad, el pueblo sirio se verá en la necesidad de una resistencia prolongada y costosa aunque al final triunfe.

                El Gobierno del imperialista y sionista Obama, apoyado de manera irracional y ciega por el Gobierno del Reino Unido, ha acusado al Gobierno sirio de utilizar armas químicas contra la población civil. Eso es un hecho suficiente para que los imperialistas decidan invadir una nación. Los imperialistas se “oponen” al uso de armas químicas para  que en un país los bandos en pugna diriman sus contradicciones. Demasiado amor y demasiado humanismo guían los sentimientos de los imperialistas. ¡Malditos imperialistas!: mentirosos, cínicos, promiscuos, bandidos, criminales, genocidas. Precisamente, lo que caracteriza las guerras de rapiña, de expansionismo, de saqueo y de dominación del mundo por los imperialistas es la utilización de armas químicas para buscar el rendimiento inmediato de las fuerzas de resistencia y crear un estado de terror que resigne al pueblo invadido a los designios perversos del invasor. Y en otros casos entregan armas químicas a contrarrevolucionarios para que sean utilizadas contra el pueblo y que eso permita acusar al gobierno de ser el responsable de los hechos.

 Los imperialistas ya tienen todo preparado para la invasión. Montaron el parapeto de expertos en determinar si hubo o no uso de armas químicas. Ninguno de los expertos tiene por ideología el antiimperialismo. Ninguno. Todos son cortados por el mismo rasero. Todos piensan y actúan al servicio de los imperialistas. Sin embargo, aun cuando el informe diga que el Gobierno sirio no utilizó armas químicas y que éstas fueron usadas por los grupos al servicio de los imperialistas, nadie sacará de las cabezas de los gobernantes de las naciones imperialistas valerse de las mentiras para producir la invasión. Irak es el más vivo y patético ejemplo de esa verdad. El Gobierno del déspota Saddam no producía armas nucleares pero igual invadieron a Irak y nada en el mundo cambió salvo hombres y mujeres que ahora son Gobierno y antes no lo eran en la nación iraquí.  Ya el Plan de Contingencia del imperialismo está listo. Lo más seguro es que pronto caerá sobre lugares estratégicos de Siria una lluvia de misiles disparados por fuerzas militares estadounidenses, tal como se inician las guerras imperialistas hoy día. El mundo lo verá por televisión y Obama se llenará la boca diciendo que es por la democracia, la libertad y la paz del pueblo sirio y del mundo entero. El Consejo de Seguridad de la ONU, salvo pocas voces, se lavará las manos como Pilato. Mucho temor tiene a las reacciones belicosas, los castigos y los regaños del imperialismo estadounidense. El Presidente francés (el socialista François Gérard Georges Hollande), la canciller de Alemania (Angela Dorothea Merkel) festejarán la intervención armada del imperialismo en Siria buscando no quedarse por fuera del reparto. Mientras tanto el Presidente de Rusia (Vladímir Vladímirovich Putin) y el Presidente de China (Xi Jinping), hablarán cuatro o cinco pendejadas, abrirán sus bocas para pegar cuatro gritos de baja intensidad contra la invasión pero al final  se adaptarán a ella y tratarán de meter sus manos en los nuevos negocios del Estado sirio con los imperialistas.

La ausencia de dirección revolucionaria en este mundo, el pragmatismo del proletariado de los países imperialistas y su resignación a los grandes monopolios de la economía, caracterizaran la falta de verdadera solidaridad revolucionaria con el pueblo sirio. Vivimos en una era en que con sólo grandes manifestaciones de protestas contra una intervención militar imperialista en otros países, no se resuelve absolutamente nada y no hace que el imperialismo recule ni un solo centímetro de su accionar. Ahora, si los pueblos de Estados Unidos, del Reino Unido, de Francia, de Alemania y, especialmente, del Medio Oriente se levantan con espíritu insurreccional, otro gallo cantaría pero eso no va a suceder.  Lamentablemente, no va a suceder. De todas maneras, cualquier protesta, cualquier grito, cualquier levantamiento de manos, cualquier manifestación, por pequeña que sea, que se produzcan en el mundo hay que aplaudirlas, hay que apoyarlas y hay que solidarizarse con el pueblo sirio  en contra de los invasores. ¡Con el pueblo sirio contra los imperialistas!



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El Pueblo Avanza (EPA)


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