La Resistencia Económica de Siria

Las sanciones económicas y financieras impuestas contra Siria por EEUU y la Unión Europea desde que comenzó la crisis en 2011, hasta la actualidad, no son nuevas, ya que EEUU en el año 2004 anunció, en el marco de la “Ley de Responsabilidad de Siria”, aprobada por el Congreso en noviembre de 2003, durante el gobierno de George. W. Bush, impuso un paquete de sanciones económicas y diplomáticas, porque –según Washington- el gobierno de Bashar Al – Assad patrocinaba y apoyaba a los grupos terroristas de la región árabe.

Esta ley unilateral surgió luego de que Siria se opuso en ceder su territorio a las fuerzas militares estadounidenses para realizar maniobras contra Irak.

Bajo esta premisa de la “Ley de Responsabilidad de Siria” y la decisiones adoptadas en abril de 2006 y febrero de 2008, el gobierno de Barack Obama aprovechó el conflicto de protestas populares en contra del gobierno de Bashar Al – Assad en marzo de 2011, para ampliar las sanciones económicas, financieras y diplomáticas, que incluyeron el congelamiento de cuentas de funcionaros públicos y empresarios privados, así como el congelamiento de tratados comerciales, de suministros de equipos de defensa militar y el congelamiento de los activos del Banco Central de Siria y la principal operadora de telefonía móvil del país Syriatel. Además prohibió a ciudadanos y empresas norteamericanas hacer negocios con el gobierno o con empresas privadas de la República Árabe Siria.

Por su parte, en el mes mayo de 2011, la Unión Europea aprobó un primer paquete de sanciones contra Siria que incluyó el embargo de armas y material para la represión de manifestaciones, así como la congelación de bienes y prohibición de visados para trece altos cargos del gobierno de Damasco.

En el mes de septiembre de 2011, la Unión Europea acordó la prohibición de la compra, importación o transporte desde Siria de petróleo crudo y productos petrolíferos, así como la inmovilización de capitales y recursos económicos a nuevas personas y a entidades asociadas o auxiliares del gobierno sirio.

Para causar más efecto de presión, la Unión Europea, prohibió a sus empresas en diciembre de 2011, adquirir bonos del Estado sirio u ofrecer al país tasas de interés reducidas, así como emitir algún tipo de seguro (salvo seguros de salud) a ciudadanos sirios. También se les prohibió facilitar a Damasco software informático de vigilancia o participar en proyectos petroleros o energéticos en ese país.

Dentro de estas sanciones se prohibió que los bancos de créditos sirios abrieran nuevas oficinas en Europa o que los bancos europeos constituyeran empresas de capital compartido con sus homólogos sirios.

Por su parte, los países miembros de la Liga Árabe, mediante el Consejo Económico y Social, integrado por los ministros de Economía y Finanzas, a finales del mes de noviembre de 2011, adoptaron un paquete de sanciones contra el gobierno sirio, que prohibía los viajes de altos funcionarios gubernamentales y los vuelos de las aerolíneas sirias a los países árabes, excepto los aviones de mercancías.

También se impidió cualquier transacción comercial y gubernamental a través de los bancos centrales árabes, restringiéndose los giros bancarios, salvo las remesas que los trabajadores sirios pudieran enviar desde el exterior a sus familiares.

Asimismo, se estipuló el bloqueo de los fondos financieros del gobierno y de los funcionarios sirios. También se acordó la suspensión de financiación para cualquier proyecto de empresas o gobiernos árabes en territorio sirio.

Se debe señalar, que además de estas sanciones económicas, financieras y diplomáticas por parte de EEUU, la Unión Europea y la Liga Árabe, el propio gobierno de Siria suspendió el acuerdo de libre comercio con Turquía, porque este último adoptó una serie de medidas económicas y comerciales contra Siria, como la suspensión de las transacciones de créditos financieros, la congelación de activos del Banco Central de Siria y el embargo de armamento al ejército del país árabe.

Durante el año 2012, EEUU, la Unión Europea, Turquía y la Liga Árabe aumentaron más sanciones en contra de funcionarios o empresarios cercanos al gobierno de Bashar Al –Assad, al Banco Central de Siria y al comercio de oro, otros metales preciosos y fosfatos procedentes de la República Árabe Siria.

Por su parte, La Liga Árabe suspendió todas las formas de colaboración diplomática con los representantes del gobierno sirio en los distintos países, entidades y conferencias internacionales. Medida que ejecutaron inmediatamente al retirar sus misiones diplomáticas acreditadas en Damasco.

EEUU y la Unión Europea para apoyar a La Liga Árabe decidieron llamar a consultas a sus Embajadores.

Como parte del cerco contra Siria, la UE acordó también la revisión de barcos y aviones para detectar supuestos trasiegos de armas, lo cual fue calificado por Rusia como una violación de la soberanía nacional. Medidas que EEUU obligó adoptar a Turquía e Irak contra cualquier aeronave que se dirigiera a territorio de Siria y que durante 2012 y 2013, han venido cumpliendo haciendo aterrizar vuelos comerciales de Rusia e Irán con dirección a Siria, para sus respectivas inspecciones.

A pesar de todas estas decisiones coercitivas, es importante subrayar, que durante el primer semestre del año de 2013, a la Liga Árabe, EEUU y a la Unión Europea, pareciera que se le han agotado todas las medidas en cuanto a sanciones económicas y financieras en contra del gobierno de Siria, cuyo único objetivo desde 2011, ha sido buscar debilitar al gobierno de Siria y hacer que el Presidente Bashar Al – Assad dimita.

Para nadie es un secreto, que dichas sanciones si han tenido efectos negativos en la economía de Siria, como la inflación, la depreciación de la Libra Siria, el desempleo, el aumento de los precios de alimentos, electricidad, derivados del petróleo, transporte público, la disminución del turismo, el cierre de empresas, las disminución de la producción y refinación de petróleo, la disminución de la producción agrícola, la paralización de transacciones comerciales, el cierre de entidades bancarias, todo ello en detrimento del pueblo, más que al propio gobierno sirio.

Por su parte, el gobierno de Bashar Al – Assad, con países aliados como Rusia e Irán principalmente, han tratado (y lo han logrado) de amortiguar estas sanciones económicas, financieras y diplomáticas, a través de préstamos económicos, intercambios comerciales, apoyo estratégicos de reconfiguración de la economía en tiempos de guerra y la firmeza de una política exterior con objetivos comunes en defensa de la soberanía de la República Árabe Siria.

El simple hecho de que la República Árabe Siria, desde sus tiempos de independencia, no haya tenido dependencia de las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial, de los créditos y empresas de Estados Unidos y de la Unión Europea, han hecho viable la RESISTENCIA económica de Siria antes las sanciones Económicas, financieras y diplomáticas más feroces impuestas contra algún país en un corto tiempo.

El gobierno de Bashar Al – Assad, no solo ha resistido la infiltración mundial de mercenarios de más de 32 nacionalidades, sino que también ha resistido a la guerra económica y diplomática impuesta mundialmente hacia Siria, solo con el apoyo de países como Rusia, Irán, China y en menor medida en el ámbito de política exterior de Venezuela, Cuba, Ucrania, Corea del Norte, Bielorusia e India.

Las sanciones económicas, financieras y diplomáticas en contra del gobierno del Presidente Bashar Al – Assad, no sólo que ha cohesionado a las instituciones del Estado, sino que ha unificado a las fuerzas militares, al gobierno con el pueblo y así lo constata un informe presentado por la inteligencia militar de Alemania en mayo de 2013, donde especifica que un 70 % de la población apoya al Presidente Bashar Al – Assad, un 20 % está indecisa y un 10% apoya las acciones de los grupos opositores sirios.

Además de todo lo anterior, hace algunos días el gobierno del Presidente Bashar Al – Assad, tuvo la dignidad de rechazar la propuesta de un préstamo de 21 mil millones de dólares ofrecidos por el Banco Mundial para la reconstrucción de la infraestructura y empresas destruidas por la guerra.

En resumen, podríamos concluir, que el gobierno del Presidente Bashar Al – Assad, junto con los países aliados, Rusia e Irán, está derrotando militarmente a los mercenarios de 32 países y están resistiendo a la guerra económica impuesta por EUU, la Liga Árabe, Turquía y la Unión Europea.

Por ahora, este es el verdadero escenario tanto militar como económico que quieren invisibilizar los medios de comunicaciones, las organizaciones internacionales y las grandes potencias.

Occidente sabe que está siendo derrotada militarmente y que las sanciones económicas no han tenido el efecto deseado para hacer sucumbir al gobierno de Bashar Al – Assad, que como el ave fénix, una vez más, renace desde las cenizas.

rojavier4@gmail.com

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Javier Roa


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