Los centros imperiales y el precio del petróleo

Los precios del petróleo despiertan con avidez el interés de articulistas, opinadores de oficio y analistas; todos ellos convergen en ese tema como uno de los más controversiales de la geopolítica mundial de hoy. El año 2012 amaneció con el precio del crudo montado en la cima de los 100 dólares el barril, y de allí no se ha bajado en este primer trimestre. Sólo el West Texas Intermediate, WTI, que se produce en el Golfo de México y se cotiza en la Bolsa de Nueva York, estuvo durante enero y febrero por encima de los 90 dólares, pero ya en marzo promedió más de 100 dólares. Estos precios, considerados altos por los países NO-OPEP, aunque justos por los países de la OPEP, coinciden con la más grave recesión mundial de los últimos 80 años. Pero, ¿qué está sucediendo? ¿Hay déficit de producción? ¿Existe especulación por parte de los oferentes? ¿Hay nerviosismo por parte de los grandes países consumidores? ¿Hacen agua las reservas? Veamos.

Recordemos que 2010 fue un año que se caracterizó por un tremendo  crecimiento del consumo de energía. Del Boletín de BP Statistical Review (BPSR), recogemos el dato de que el crecimiento del consumo fue  superior a su tendencia a largo plazo en todas las regiones del mundo. La intensidad energética (la cantidad de energía que se utiliza por unidad de PIB) creció al ritmo más rápido visto desde 1970. Una vez contabilizados todos los datos,  se observa que el mundo ha consumido más energía en 2010 que antes, en valor total o  per cápita. Con la excepción de la nuclear, cada uno de los distintos combustibles alcanzó también un consumo record.

¿A qué debió este fenómeno? En primer lugar, el último Boletín de BP, considerado por muchos como el más veraz de las fuentes de información del negocio de los hidrocarburos, estima en 1.526,3 millardos la reserva mundial de petróleo, de los cuales la OPEP cuenta con 1468, y los NO – OPEP con el resto, lo que significa que los primeros poseen el 96% de las reservas mundiales.

Es este panorama lo que llevó al Presidente Obama a declarar, en conjunto con el Primer Ministro Cameron, de Gran Bretaña, a lo que se sumó el Presidente Sarkozy, de Francia, al gobierno japonés y a otros representantes de las grandes potencias, que abrirían los grifos de sus reservas estratégicas en un volumen de 30 millones de barriles por un período prudencial. ¡Un pellizco!, como diríamos en criollo. Hace varios meses se practicó esa alternativa y nada cambió.

Las grandes potencias, en el futuro inmediato, tratarán de doblegar el nivel de los precios del petróleo inundando el mercado con sus reservas estratégicas, pero éstas están concebidas para ser utilizadas en caso de conflagración mundial, lo cual no es el caso en este momento, salvo las amenazas de Israel y EE.UU de iniciar ataques contra Irán en los meses de junio a julio del presente año, apoderarse de su petróleo y continuar así la escalada de violencia que iniciaron con Afganistán, continuaron con Irak, luego Libia, ahora, Siria y la República Islámica de Irán en perspectiva. Pero esa acción elevaría los precios del crudo a cifras cercanas a los 200 dólares el barril, o más, con efectos catastróficos para “los niveles de bienestar” de sus poblaciones, que verían aumentar el precio de los combustibles, los lubricantes, el transporte, y paremos de contar.

El caso venezolano es digno de mencionar. Las reservas probadas han sido certificadas por la OPEP en 298.500 millones de barriles, un lomito por demás apetitoso para las ambiciones desmedidas de EE.UU, de allí la acertada, para mí, política de reforzar y modernizar nuestra Fuerza Armada Bolivariana para contribuir en algo a disuadir cualquier intento de injerencia directa en nuestro territorio.

Con los precios de los diferentes marcadores de crudo por encima de los 100 dólares el barril durante la primera semana de abril 2012, redondeados a 102 el WTI, 123 el Brent, y 122 la cesta OPEP, parecen cumplirse las predicciones, tanto de las grandes transnacionales del petróleo, como de las naciones industrializadas que, a excepción de los países identificados como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), apuestan por una ralentización de la economía.

Y es que, si hay un termómetro capaz de medir la evolución de la economía mundial, ése es precisamente el petróleo. Tal circunstancia ha llevado a líderes del mundo petrolero a emitir declaraciones como las de Ahmad Qalebani, viceministro iraní del Ministerio de Petróleo, quien expresó a principios de año; “A pesar de que no se puede hacer una predicción exacta en los precios del petróleo, parece ser que seremos testigos de un precio entre 120 y 150 dólares por barril en el futuro.” Y por allí va la cosa. Y aún cuando el fin último de la intención de EE.UU, que contaría con la ayuda de sus títeres de la OTAN de atacar a Irán, es hacerse de su petróleo, los escenarios que se vislumbran asoman, ante ese impredecible hecho, un precio del barril de crudo cercano o por encima de los 200 dólares. No están seguros de una rápida victoria, más bien tardía y comprometedora, lo que tendría efectos perversos en la economía de los grandes países consumidores (EE.UU., Japón, Alemania, Francia, Inglaterra, España, Italia…)

Muchos analistas hacen énfasis en la importancia de abatir los precios del crudo, ya que la mayoría de los estudios económicos calculan una correlación superior al 99% entre el consumo de crudo y el comportamiento mundial de la economía. 

Debido a los niveles que han mantenido los precios del petróleo durante el primer trimestre de 2012 y la primera semana de abril, los dirigentes de los bancos de inversión calculan para el sector que se avecina un año de contracción económica.

También las grandes compañías petroleras han hecho sus cálculos y estiman que sus ganancias se contraerán en aproximadamente 1% en 2012. El año 2011 dejó una imagen perversa en el ánimo de las compañías que operan en el Golfo de México, y se puede considerar atípico para este sector el hecho de que la inestabilidad política y social desencadenada por la primavera árabe hizo que la diferencia entre los precios de las dos principales referencias en el consumo de petróleo, el Brent y el West Texas, haya llegado a alcanzar los 27,9 dólares en 2011, algo inédito en la historia del crudo. Esa brecha, en 2012, promedió los 25 dólares durante este primer trimestre. Demostrativo de esto es que en la primera década de este siglo la brecha entre ambos marcadores rondó el margen de apenas 1 US$.

Lejos están aquellos días de los primeros años de la primera década de este siglo cuando el precio internacional del petróleo promedió los 23 US$ el barril, y más lejos aún los de las décadas de 1950 y 1960, cuando esos precios no alcanzaban los 2US$ el barril, las materias primas de los países del Tercer Mundo eran pagados a precios de hambre, mismos que facilitaron el gran despegue industrial de las grandes potencias, mientras nuestros países se hundían en la miseria y los excedentes económicos alimentaban las bóvedas de los grandes bancos, encabezados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, verdaderos depredadores de nuestras economías.

(*)Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia

cepo39@gmail.com



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César Prieto Oberto(*)

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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