La lucha que
ofrece el imperio, es cruel y ya comenzó actuar para destruir a Siria,
y a su pueblo. Siria es otro país soberano que no encaja con los intereses
del imperio y sus lacayos, al igual que Irán. La perspectiva de no
poder derrocarle a corto plazo refuerza la opinión de un ataque. También,
un ataque militar a Siria serviría para acelerar el derrocamiento de
Irán (principal responsable de los fracasos en Irak y Afganistán).
Además, como en el caso de Libia, socavaría seriamente los considerables
intereses económicos de China y Rusia en Irán. No le queda otro recurso
a un imperio que sólo produce fraudes financieros en el mundo. Hay
que prepararse para grandes fuegos artificiales fratricidas.
El mundo debe
estar atento ante estas escaladas del imperialismo yanqui. Las masas
revolucionarias del mundo y especialmente del “pueblo bolivariano”
no pueden ser espectadoras o actores secundarios ante los buitres imperiales.
Vampiros hambrientos de la sangre de los pueblos. Nuestro país
juega un papel fundamental en este contexto, porque la existencia del
proceso bolivariano, es un obstáculo para el imperio norteamericano.
Sólo los pueblos pueden construir su historia, cuando son conscientes
para decidir sus destinos. Despertemos al pueblo.
El hecho de
haber levantado la voz para ser escuchado (los poderosos no lo van a
perdonar). El solo hecho de luchar por nuestros derechos no lo van a
dejar pasar. La lucha es la vida por una vida digna. Por eso te
digo pueblo hermano, pueblo amigo, lucha por tu destino. Lucha para
que tu hijo pueda nacer en un mundo, donde la lucha sea por aprender
y no para defender el derecho de nacer. Mientras suena como música
de fondo…“irán por Irán”
Cuidado,
que aunque el imperialismo esta en crisis, aún puede morder… y duro!
Mientras el capitalismo mundial va titubeando de una crisis política y económica a otra, la rivalidad entre las principales potencias por los mercados, los recursos y la obtención de ventajas estratégicas amenaza con hundir a la humanidad en un conflicto catastrófico que devastaría el planeta. (Peter Symonds)