¡Llenos de odio sobreviven los asesinos gringos!

El viernes santo, 14 de abril de 1.865, aparece el primer mandatario de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, en el palco presidencial del antiguo teatro Ford de la ciudad de Washington, está acompañado de su esposa, el mayor del ejército Henry Rathbone y su novia, hija de un senador por Nueva York, están allí para ver la obra teatral que en inglés se titulaba, “Our American Cousin”; una comedia de moda en esa época. Al poco tiempo de llegar el Presidente y en plena función se escucha una detonación, de inmediato se enciende las luces y se ve a un hombre saltar del balcón presidencial al escenario; en su mano tiene un pequeño revolver con el cual había disparado segundos antes en la cabeza del Presidente Lincoln. John Wilkes Booth se rompe una pierna al caer sobre escenario y a pesar de este percance el individuo se mueve rápidamente, desapareciendo entre la gente que se encontraba perturbada. El Presidente Lincoln malherido es llevado a una casa, frente al teatro, en donde le prodigan los primeros cuidados, pero a pesar de la prontitud en atenderlo y agotar las diligencias médicas muere a las 7 de la mañana del día siguiente; 15 de abril. Booth, el magnicida, no era un simple fanático pro esclavista que actuaba por cuenta propia, sino que era un conspirador y un espía que desde hacía tiempo deseaba asesinar al Presidente, de manera que cuando se entera que éste asistiría al teatro, rápidamente elabora un plan para atentar contra su vida en ese lugar; a Booth se le facilita su labor por ser un actor y conocedor de aquella estructura.

Todo maltrecho el asesino logra salir de la ciudad, entonces se organiza su persecución en la cual interviene también cientos de efectivos del ejército, tardan 12 días en localizarlo y ser apresado, pero no se pudo interrogar para conocer los intríngulis del asesinato por cuanto al surgir una acción confusa matan en el sitio al detenido; quien solo llevaba sin balas su pequeño revolver Derringer calibre 44 con el que había disparado al Presidente. La investigación que se inicia por el asesinato del Presidente Lincoln deja muchas interrogantes que no se pueden aclarar debido a la muerte del autor material, sin embargo, en ella se presenta aspectos que sorprenden a mucha gente, tales como: El Presidente no tenía esa noche ninguna clase de escolta, no se produce ningún efecto político entre los partidos ni hay ningún manifestación pública en contra de lo acontecido, de manera que eso hace aumentar la fisura del racismo y la discriminación contra la población negra, cosa que ahora, a 143 años de aquel atentado, parece haberse cerrado cuando un hombre de piel negra gana la Presidencia de esa nación. Lincoln había nació el 12 de febrero de 1.809, acaba de cumplirse exactamente 200 años de aquella fecha, y era hijo de Thomas Lincoln y Nancy Hanks.

Lincoln antes de ser Presidente fue electo miembro de la Cámara Legislativa del Estado de Kentucky durante 4 periodos, después presenta su candidatura para obtener un escaño en la Cámara de Representante por Illinois, curul que asume por 2 años en marzo de 1.847; y no es reelecto al Congreso por su oposición a la intervención de Estados Unidos en México. Por esos años existía en los Estados Unidos un partido político denominado Whig, éste con el tiempo desaparece y muchos de sus miembros fundan entonces otro partido con el nombre de Partido Republicano, en su primera Convención Nacional realizada en la ciudad de Chicago Lincoln gana la nominación presidencial el 16 de mayo de 1.860. La elección presidencial tiene lugar el 6 de noviembre de ese año, pero Lincoln no obtiene una clara mayoría en el voto popular como si en el Colegio Electoral, éste decide sea el nuevo Presidente. El 4 de marzo de 1.861 recibe la banda presidencial y de inmediato surge el gran problema, su política anti esclavista y en pro de los negros provoca la reacción violenta de los Estados del Sur, la guerra de secesión es declarada por la gente de los Estados de Alabama, Carolina del Sur, Florida, Georgia, Missisippi, Louisiana y Texas, ellos se constituyen en los Estados Confederados de América; más tarde se les une los Estados de Arkansas, Carolina del Norte, Tennessee y Virginia. Sin embargo, a pesar de esta grave confrontación, Lincoln vuelve a ser electo Presidente de la nación y un mes después de su proclamación el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica es asesinado por un exaltado partidario de los confederados. Obsérvese como hoy, en la segunda década del siglo XXI, algunos altos funcionarios gringos siguen aupando a los asesinos y los entrenan sobre cuando oprimir un botón, que debido a la alta tecnología existente, con cada apretar de botón asesinan a cientos de niños, hombres y mujeres, en lejanos países, al dispararles misiles, bombas y otro cualquier dispositivo de destrucción masivo, causando esto un gran regocijo y placer a los jefes del Pentágono en Washington D.C. Y por ser ésto absolutamente inhumano, es necesario buscar la forma más efectiva de ponerles coto a estos mercenarios; ya que de nada valió que al hoy jefe de esos homicidas se le haya otorgado el Premio Nóbel de la Paz.


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José M. Ameliach N.


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