Comunista de extremo centro

El presidente Santos no es para nada santo de mi devoción. Las razones saltan obvias. Ha sido siempre más bien objeto de mis alfilerazos, primero por trabajar con Uribito (el asesino gigante, y que conforme a confesiones de <>, las desmovilizaciones del bloque Casique Nutibara en su tierra Medellín, durante su funesta tiranía, fueron una ensambladura), y segundo porque su rostro distinto me concordaba perfectamente con esa tenebrosa dictadura de la U…


Resultaba para mí, pues, todo un tartrato de potasio y de antimonio…


Pero luego que llegara a la presidencia y ver su actitud diametralmente opuesta a la de quien bombardeara al Ecuador y a la de quien fuera su jefe paramilitar, y sobre todo al hecho de haber propiciado su acercamiento con Chávez no obstante que fuera por razones estrictamente crematísticas de él, comenzó entonces a parecerme un tanto menos malcarado. Y asimismo me hizo entender, un pelo más, de por cuáles caminos escabrosos y culebreros se ve obligado a transitar un político tradicional en Colombia en una carrera presidencial.


Él se ha definido eufemísticamente, por cierto,  como de <> por no pasar por la vergüenza de tener que hacerlo como de derecha. Hoy a la mayoría de los derechistas les da vergüenza reconocerlo. Y tienen razón. Al menos vergüenza tiene. Pero no obstante le auguro muy pronto el mote de ¡comunista! a serle endilgado incongruentemente, tanto por María Corina aquí, como por sus tragantonas falanges empresariales allá.


Veamos:


Durante una algo reciente cumbre de él con los empresarios agremiados en la ANDI (la Fedecámaras de aquí) habrían de expresarle, con el respingo fatuo que siempre los distingue, sus disgustos por lo que consideran constantes cambios en las reglas del juego… Véase como ciertos empresarios, en todas partes, constituyen simplemente una horda de bribones.

El presidente de la ANDI, Luís Carlos Villegas declaró poco antes, que si el gobierno quería un crecimiento del 6%, entonces debía respetar las garantías de los sacrosantos empresarios. Más nada, porque los únicos que merecen garantías de todo género, en Colombia, son los empresarios. ¿Qué otros igual o mejores que ellos pudieran tener equivalentes garantías? ¡Santos, por dios, como que no entiendes la verraquera!


Y toda esta molestia autocrática de Villegas surge por el manejo que el gobierno de Santos diera a la huelga de camioneros que finalizara poco antes, y donde habría de tener participación fundamental su vicepresidente, Angelino Garzón que, como debe saberse, ha sido esencialmente un dirigente sindical para luego haber sido incluso vicepresidente del diezmado partido de izquierda, Unión Patriótica, por lo que no acabamos de explicarnos cómo es que está vivo… Villegas indicó que no quiere para nada que el 15 de junio próximo venidero, cuando deba entrar en vigor el decreto que eliminó la tabla de fletes para el transporte de carga, y por tanto, comience el nuevo régimen de <>, no se presente un nuevo paro de camioneros… Cerrando con esta ni tan velada amenaza: <>.


 O sea, que se habrían de poner de nuevo en acción concretísima las bandas paramilitares que se encargarán, por tanto a punta de fuego y sangre, de poner el orden que sus mandantes propugnan debido a que a ellos les ha venido dando la impresión de que Angelino Garzón resultó, en vez de <>, más bien un tremendo <>… Y esto unido a que no vacilarían, como nunca lo han hecho, en enviar prestado a Venezuela otro contingente de ellos (de paramilitares) a los fines de iniciar un degolladero. Y esto unido también a tentativas matrices de opinión que hablan  acerca de que, debido a la falta de autoridad de Santos, ya se estarían preparando marchas campesinas alentadas por las FARC y de acciones violentas de otros sectores envalentonados con lo ocurrido en el paro de camioneros, y todo dentro del marco frustrante (además denunciado por el mismo Villegas) de que Estados Unidos no extiende las preferencias arancelarias con Colombia, de que la financiación del Plan Colombia se redujera, y que no se discutiera el TLC.


¿No luce entonces como de anteojito que al comedido Santos comenzarán a llamarlo muy pronto “comunista cómplice encubierto de las FARC”?


Por eso es que a los empresarios <> de aquí el gobierno tiene que mantenerlos bajo atenta observación… En otras palabras quizás más comprensibles: A estos señores pues no hay que dejarlos cogé piedra…


Porque en la misma Colombia, en razón de que es algo sistémico del capitalismo, se acaba de descubrir un gigantesco robo de tierras al Estado y a los campesinos con la complicidad de los notarios y registradores, porque el capitalismo, como se ve, alcanza corromperlo todo para poder actuar a sus anchas, pero para mal de males entre nosotros, ocurre que aquí a los delincuentes y ladrones de cuanto Dios crió los consideran perseguidos políticos… A la postre, con la debida aquiescencia de la MUD, de las empresas privadas de comunicación y de la O.E.A., como algunas de las dependencias más ignominiosas y deshonrosas del gobierno de los Estados Unidos de América.


-Presidente: donde ponemos el dedo sale pus- le dijo el Superintendente Vélez al presidente Santos. ¿Acaso será igual aquí? ¡Mosca, porque tales especímenes colombianos y venezolanos se parecen que jode! Por algo está el malhechor Carmona allá bien mimado. Y a lo mejor entre paramilitares ad hoc!


Y además se demuestra, con el <> gobierno de Santos, hasta dónde es posible un diálogo político honesto entre la derecha plutocrática corrupta y la izquierda obrerista, para que, en los preñaos pajaritos, sea algo tonto en lo que nunca debamos seguir creyendo.


Porque el gobierno revolucionario tiene un gran problema: que no puede ni ponerle camisa de fuerza siquiera a estos insanos históricos y delincuentes, porque salta entonces ese pobre Insulza para defenderlos como gata boca arriba, negándole cínicamente ese mismo fanático apoyo a los familiares de los campesinos asesinados a mansalva por sus siempre justificados sicarios benefactores… Porque simplemente, la ¿bendita? OEA, no ha sido concebida para defender protervos derechos humanos ni de los indios, ni de los trabajadores, ni mucho menos de los malolientes campesinos, sino de los empresarios y demás siervos de la gleba de las bandoleras empresas transnacionales.


Y lo peor es que un eventual, pero negado traspié electoral en 2012, me pone fatalmente en perspectiva de semejante consternación.

canano141@yahoo.com.ar
 


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Raúl Betancourt López


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