Auditórium

Las oligarquías, y sus leyes de hierro

“Sobre la base democrática se levanta, ocultándola, la estructura oligárquica del edificio”.

Robert Michels…

“La política es de dos vías: la que piden los liderados y la que ofrece el líder creo en la revolución continua como mecanismo para mantener la didáctica. Sin ello, este proceso se convertiría en una religión como sucedió con el socialismo real…Hoy todos los ciudadanos saben que no son los alcaldes, gobernadores y ministros los que engañan al presidente. Saben que es éste que rota, apoya, cambia premia o castiga a su séquito. ¡La burocracia de un régimen carismático!”, fin de la cita. Alberto Müller Rojas.    

Analizar el pensamiento de Robert Michels, y su inserción explicativa en las sociedades del siglo XXI, que se caracterizan por tener un amplio discurso democrático que pretende legitimar el poder político dominante, es cierto también que la ciudadanía se distingue por un amplío descontento hacia lo político como resultado de la imposibilidad, y apatía de las élites del poder para resolver los problemas sociales y económicos. 

Con el arribo de las tecnologías de la comunicación y de la información  se desarrolló una sociedad de masas globalizada, que se caracteriza por la utilización de grandes contingentes de personas, que son utilizadas para incrementar el proceso social productivo que el capitalismo necesita, para ingresar a su fase imperialista y después a la global. 

Robert Michels aparece en el siglo XX con su obra más importante Los ‘partidos políticos’.  Lo cual es un estudio sociológico sobre las tendencias oligárquicas en las democracias modernas, que pretenden llenar el vacío explicativo sobre el comportamiento de los líderes, que se encumbran en el poder de sus respectivos partidos, los cuales se caracterizan por ser de masas, y de izquierda, el estudio sociológico que desarrolló superó en demasía las expectativas,  convirtiéndose en un referente obligado para entender la etiología de las élites políticas, y sus posteriores consecuencias en el desarrollo democrático de las sociedades.            

 Las sociedades del siglo XXI que se caracterizan según Michels, por tener un amplio discurso democrático que pretende legitimar el poder político dominante, donde se reconoce que la población globalizada se identifica por el rechazo hacia lo político por la  incapacidad, y la apatía de las élites en el poder por resolver los problemas sociales y económicos en sus países.      

Las sociedades  humanas se caracterizan por la necesidad de crear organizaciones y estructuras, que armonicen   los múltiples problemas sociales, para lograr una convivencia pacifica y estable de la población. Siempre de las organizaciones emergen personas que se ponen al frente de los múltiples grupos sociales, y estos empiezan a adueñarse como lideres indispensables ejerciendo el liderazgo y el poder.   

Para Michels fue una reiterada separación ineludible entre aquellos que mandan por un lado, y por el  otro lado están las grandes masas de gobernados que sólo saben obedecer, este fenómeno es propio de las democracias, donde los gobernantes son elegidos. Estos por la manipulación burocrática del ejercicio del poder van alejándose del pueblo gobernado, el factor determinante de este fenómeno radica en que las  sociedades, se necesita de la división funcional del trabajo, fue así que bajo de estas variantes, Robert Michels formuló su ‘ley de hierro de la oligarquía’: “La corporación es la que origina el dominio de los electos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los de legadores. Quien dice corporación dirá siempre oligarquía.”        

Según Michels la corporación/organización es una estructura para generar  el dominio oligárquico característico de estos tiempos. Las sociedades a mediados del siglo XX, y la de principios del siglo XXI,  apartaron el proceso industrial, donde las  grandes masas de personas se dispersaron en  la multiplicidad de actividades económicas , permitiendo que la consciencia de clase se desparramen en lugares caracterizados en crear condiciones que aumenten la apatía de las personas, generando ambientes favorables para que los grupos oligárquicos se apuntalen mas, los cargos partidistas son acaparados , los medios de comunicación indigestan con informaciones a las personas, las cúpulas en el poder, junto a los liderazgos se vuelven gigantescos, los sistemas electorales son diseñados de una manera perversa, no importando  si los partidos tengan militantes o no, las burocracias partidistas construyen el aparato legal que les  garantice la permanencia en el poder, acaparan la curules parlamentarias para ellos y sus sigüises , acrecentando su capacidad de consolidar posiciones, así como el ejercicio del poder que se les triplica en más poder. 

Muchas de las veces las personas se dejan llevar por el viejo mito de que los líderes son superiores, y se sienten mejor cuando son gobernados por otros, pero en la actualidad no se muestra el mayor interés, en saber que hacen los políticos en el poder, lo cual debilita,  volviéndose las elites en el poder más cerradas y sectarias, escapándose de las tomas de decisiones de todo escrutinio público.  

‘La ley de hierro de la oligarquía’ siempre traspasa todas las épocas, siempre la necesidad inherente de cualquier sociedad, debe solicitar un orden mínimo al gobierno, y tratar de cumplir con las necesidades  básicas mínimas de la calidad de vida de las comunidades. Siempre se  sustentan en una organización estalinista que no permite la verdadera representación de l os electores en  los órganos de gobierno, esta tendencia fue observada por Michels al sostener que esas pseudo democracias requieren de tecnócratas altamente especializados, que los haga indispensables, de  no poder  ser removidos de sus cargos convirtiéndose (por eso los enroques) en una élite que disfrutan del poder hasta la perpetuidad.   

Los oligarcas políticos, terminan convirtiéndose en unos grupos de dominación de sus propios seguidores, las luchas por la emancipación social siempre terminaran  con el atornillamiento de la burocracia de dirigentes,  y estos terminaran repitiendo los abusos cometidos por los viejos oligarcas políticos derrotados.           

La lucha contra las oligarquías políticas en la teoría de Robert Michels, es  que el único desenlace posible es el repliegue de las tendencias, por lo que el grupo dirigente que controla el poder, se encarga en  mantener su poder e influencia, y por otro lado construye las condiciones para perpetuarse en el poder, bloqueando el paso para que no surja nuevas tendencias que pueda poner en riesgo su hegemonía en el poder.     

Cuando existen condiciones de pobreza extrema, la lucha por el control político se vuelve mas compleja y polarizada, se  exacerba  porque los lideres que participan, saben de las ventajas, y los privilegios que disfrutarán una vez que asuman el control político y el gobierno: dinero, partidas secretas   ilimitadas, estatus social, por eso las tendencias se atacan de manera beligerante, disminuyendo la capacidad del partido, ya que las acciones de gobierno son constantemente ignoradas y saboteadas por los grupos que aspiran alcanzar el poder.        

La “ley de hierro de la oligarquía” de Robert Michels, tiene el objetivo de señalar la vigencia de su pensamiento, de uno de los grandes teóricos del elitismo político.     

 La teoría elitista descifra con pesimismo, las formas anti-democráticas de los gobierno los cuales son simples círculos, donde los grupos de excluidos cuando logran ascender a las alturas del poder, sufren de  metamorfosis, olvidando las causas por las que lucharon, volviéndose luego contra sus compañeros de lucha.   

Estos políticos buscan siempre alcanzar la predominancia económica,  y el poder político, este fenómeno no es nada nuevo, el problema consiste hoy en que los ciudadanos  están individualizados, fragmentados y focalizados, en módulos básicos de convivencia, de esta manera, el ciudadano se encuentra en una disyuntiva permanente entre lo virtual y lo real, su  comportamiento, ya no es su origen de clase, los conceptos de izquierda y derecha se los traga  la vorágine por  subsistir, las oligarquías políticas son una sombra de los hombres que detentan el poder económico, que les da a su vez una preponderancia también en lo político. Quizás para entender el cruce de las oligarquías políticas con las económicas, en el análisis de Michels. Sea sin lugar a dudas que: ¿“Estas nuevas oligarquías en fin lo que vienen a defender son a los podridos de siempre”? Una excelente aproximación que nos obliga a analizar con más profundidad futuras investigaciones.

edgar.perdomoarzola@gmail.com



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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