(¿Cuántas fosas más habrá que cavar para enterrar a Uribe?)

Uribe entre fosas comunes demanda a Chávez y a su gobierno

Álvaro Uribe, un personaje catastrófico sacado de 100 Años de Soledad, que llegó a Colombia dentro de una borrachera fugaz que cogiera uno de los Buendía cuando lo escupió sin querer, al trasluz de una maldición bien condimentada que un gitano le metiera en los sueños del porvenir para que desgraciara a ese pueblo por 8 años consecutivos, hasta que al mundo se le borraran la serie de recuerdos acantonados en la geografía nacional de impudicias que se sedimentaron con la actuación de éste, la que comienza a dar sus frutos bien codificados que han crecido como una maldición sin fin en un parto de injusticias y de falsos positivos que desangra y corroe dentro y fuera de su realidad a ese país que mantiene en su vientre geográfico una buena cantidad de bases gringas que se prestan al juego sucio que ellos traman y enredan dentro del panorama mundial para ensuciar o salpicar de inmundicias e intrigas políticas a quien se le antoje llevar a la palestra de la infamia que ellos mismos mantienen a nivel internacional.

Para Uribe fueron ochos años galopando en un desierto de maldades arteras, buscando el desahogo de sus pretensiones de enlodarnos en las instituciones que le sean oportunas a sus fines con la complicidad del hermano mayor del norte que algún día habrá de cobrar lo que ha dejado pasar por debajo de sus narices y anteojos de complicidad que ven en otras direcciones que les convenga.

Hoy rueda la gran noticia del acoso contra Venezuela y su Gobierno por el mundo, desplegada de fastidiosas maneras, todas con su carga de emoción aligerada que nos compromete en la balanza de la ecuanimidad y, se nos hace ver como unos atorrantes que jugamos con la paz de otras naciones o que nos prestamos a que otros –sea cual sea el calificativo que se les da-, pero de por sí terroristas y no guerrilleros de allá del otro lado de la frontera, pululen día y noche en Venezuela, gozando a lo grande –comiendo y bebiendo- por nuestro consentimiento, mientras que ellos sanean al mundo de injustos con sus armas que dictan la efectividad de su proceder guerrerista donde sea.

Tempestivamente se nos ha acusado en dos instituciones enemigas a la vez como son: la Corte Penal Internacional y en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con la misma argumentación de agresores y violadores de derechos humanos y alcahuetes en grado sumo también.

Mientras, en Colombia se cavan fosas que cada día aparecen llenas de cadáveres de hombres, mujeres, niños y niñas de ese país masacrados de mil maneras que rompen sin compasión con los derechos humanos y, éstos tienen un único y bien definido grupo de acción que es el ejército colombiano y ¿quién era el presidente? No sé, se nos olvidó su nombre, pues sí hombre, que quizás algún día no muy lejano le den el Premio Nobel de la Paz, para igualarlo con Obama. ¡Qué riñones de sinvergonzonería tiene el mundo político y mediático de los burgueses?

Y, nosotros mientras, asistimos a la toma de posesión del otro que se encarama hoy en el poder de apellido Santos, quien quiera que nos dé un suspiro de cordialidad que con eso basta para que los venezolanos seamos felices y nos despreocupemos de los locos y que ellos no nos sigan jodiendo por debajo de cuerda hasta que la paciencia y la orden de lo contrario llegué, pero así somos nosotros, olvidadizos, buena gente que pasamos la página pronto y ponemos la otra mejilla por la razón que desconozco, a no ser de ese friíto que a veces se cuela por los caminos verdes de la vida.

Señor, expresidente Álvaro Uribe Vélez no se olvide de nosotros –por lo que más quiera en este mundo y si nos pela acá en la tierra- entonces agarre su montón de pruebas y llame al cardenal Urosa que él lo puede asesorar para que nos ponga contra la pared en la Corte Celestial que de esa no se escapa nadie y, sino, entonces haga como el coronel aquél que se cansó de esperar y verá que le va mejor. Sabemos por boca del presidente Chávez que usted es una buena persona, lo que pasa es que perdió la cabeza por su amor. ¡Desleal!

estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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