La línea de los otros

A esta hora no he salido a votar. Antes de ir al centro de votación doy un vistazo al tarjetón de mi circuito, sigo notando nombres continentes de la diversidad de esa potencia que se hace llamar chavismo. Al chavismo no se le puede definir con exactitud, quizá por esa multiplicidad que lo compone. Una multiplicidad que lucha por verse expresada en el partido y difícilmente se identifica con quienes fungen actualmente de mediadores para la radicalización de la democracia.

Es sin duda, contradictorio que en la tarjeta puedan encontrarse diversas y amplísimas voluntades de nuestra marea revolucionaria y al mismo tiempo lata el sinsabor de un inminente resultado: la victoria del supuesto candidato de 'la línea'. No sabemos de dónde la tal línea viene, pero no habrá batacazos ni se le saldrá una rueda a la carreta. Pareciera que al momento de enfrentarse a la tarjeta privan razones de fuerza mayor que impondrán a esos señores, los candidatos con 'mayor posibilidad' de triunfo, los que cuentan con la maquinaria.

Entre tanto, los otros, los más tendrán una sensación de haber avanzado pues lograron medirse, ahora saben cuánta gente los apoya. Pero saber con cuántos votos se cuenta no incide en la profundización de nuestro proceso si no se construye un programa más allá de la derrota electoral.

Sería interesante ver a los precandidatos derrotados de cada circuito sesionando junto al pueblo en un parlamento popular y diferente. Un parlamento capaz de usar la corporiedad del diputado electo a la asamblea nacional para manifestar una subjetividad colectiva: El pueblo legislador. Lástima que ya un grupo de candidatos hasta se apropio de esa designación, pero en ellos es un recipiente vacío. En nosotros una fuerza arrolladora.


hectfruiz@hotmail.com


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