No votemos por analfabetas políticos

No se puede negar que muchos concejales, alcaldes, algunos gobernadores y diputados en ejercicio o aspirantes, no profesan ninguna ideología. Son absolutamente pragmáticos, actúan de acuerdo a las circunstancias, se pliegan a las ideas dominantes y por lo tanto, un buen porcentaje de ellos son potenciales saltatalanqueras, como ya se ha demostrado. En otras palabras, llevan dentro de su mente y su alma el germen de la corrupción y la traición. Si le preguntas a muchos pseudorevolucionarios si sabe quienes son Marx y Lenin, tal vez digan que son los raperos de moda. Y no es que por mucho estudiar se esté a salvo de traicionar a la revolución o de embolsillarse unos milloncejos, pero es sabido que al ampliar el horizonte ideológico, se cambian los esquemas mentales y se crea una mayor conciencia, imprescindible para cambiar la sociedad, ya que ésta sólo es modificable por la presencia y la práctica de las nuevas ideas: para cambiar el mundo, primero debe cambiar nuestra mente.

Necesitamos urgentemente una escuela política, que sea, OJO, para todos y no solamente para los militantes de a pie; nada de decir que el concejal, o el alcalde, o el diputado, o el gobernador no pueden ir porque están demasiado ocupados para asistir al aula, con su lápiz y su cuaderno como un alumno más. Esto sería como que un profesor le pida a sus discípulos que investiguen sobre el aprendizaje constructivista, pero él no sepa ni con qué se come eso. Es más, y lanzo esta propuesta: NO se debería elegir a nadie dentro del PSUV, en elecciones venideras, que no haya egresado de la escuela ideológica.

Debido en parte a esta ignorancia de las ideas socialistas que se pretenden profesar, ya unos cuantos camaradas han abandonado definitivamente la senda de la honestidad, la decencia, el amor al pueblo, y en algunos casos hasta la cordura, sustituyendo lo que debería ser una gestión transparente por un festín grosero. Y que no se diga que este tipo de crítica es una forma de echarle tierrita a todo lo bueno que se ha hecho, y que nos ha tocado a todos de variadas formas, para nuestro bien. Un buen seguidor del presidente sabe distinguir lo que se le puede achacar a Chávez de lo que es el sabotaje externo e interno. Por eso mismo, ese pueblo necesita de líderes probados, sobre quienes también caiga siempre el látigo de la verdadera contraloría social.

Por todo esto, curémonos en salud, estudiemos las propuestas y votemos por los izquierdistas de corazón y de obras. Y hablando de manera folclórica, aunque no tanto, si tenemos la oprtunidad de hablar con uno o varios candidatos, pidámosle que nos cante o recite alguna canción del padre cantor, Alí Primera. Si no sabe ninguna, ya sabemos a qué atenernos. De seguro sí conocerá varios vallenatos, rancheras o reguetones.


apolomartin@hotmail.com


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