Aportes para el Debate Programático del PSUV y del Cómo construimos el Socialismo Colectivamente en Sociedad

Construir la Teoría Revolucionaria Sobre el Nuevo Modelo de Estado y de Economía (II)

Por otro lado, el problema de la sustentabilidad del Poder Revolucionario y su Direccionalidad Táctica, Estratégica y Operacional en pos de la Construcción de la Sociedad Socialista y la Sociedad Sin Clases: El Comunismo, no está garantizada ya que en principio ni siquiera se han asumido de manera decidida los escenarios permanentes necesarios para dar el debate interno y público entre los distintos nucleamientos que comulgan con la visión socialista-revolucionaria, así como entre estas y las demás fuerzas que perviven en el seno del PSUV. Peor aún, las tendencias socialistas-revolucionarias siguen enmarasmadas en actitudes principalmente sectaristas, hegemonistas y voluntaristas de distinta naturaleza, que oscilan entre comportamientos grupalistas, dirigistas y aún liberal-anarquistas, así como también existe un sector relativamente minúsculo y sin ascendencia siquiera en la clase obrera y mucho menos en la mayoría del proletariado el cual se mantiene aferrado a posturas dogmáticas o a imaginarios inconexos con la realidad, realidad que es la particularmente compleja formación económico social y cultural rentista-consumista-clientelar-cogollogrática venezolana, última manera del ser colectivo que impregna todas la dinámicas con sus característicos condicionamientos determinantes del comportamiento político del venezolano. Esta situación de dispersión político-ideológico-organizativa no nos permite dar pie con bolas ni siguiera a hipótesis acerca del ¿Qué Hacer? y mucho menos a propuestas de acción revolucionaria asertiva conjunta.

Es así como la Política de Darle Poder al Pueblo puede constituirse en una idea vaga acerca del modo de ejercitar ese poder, si la misma no se sustenta en una visión respecto al Qué Hacer en lo Político Ideológico y Organizativo que parta del análisis y diagnóstico permanente de nuestra realidad, así como de un tipo de liderazgo claramente comprometido con la idea participativa más que con la vaga y voluntarista noción de protagonismo particularista, sea grupalista o individualista. Se requiere asumir el compromiso con el tipo de accionar transformacional general y generalizante orientado hacia la concreción de un Programa Revolucionario, de Planes Estratégicos y de Políticas y Líneas de Acción que nos permitan transitar el camino hacia un norte visible y así poder apreciar sobre esas bases la dinámica cambiante, mutante e incluso mimetizante de la lucha de clases en sus distintas y variadas manifestaciones para acelerar la marcha cada vez que las circunstancias lo aconsejen y así nos lo permitan..

En tal sentido, esas serían algunas claves para ir uniendo esfuerzos y avanzando hacia un horizonte socialista sustentable política y económicamente, además de asumir el proceso de formulación-acción de todas las estratégicas y líneas de actuación posibles, simultáneamente desde la organización revolucionaria, las instituciones y las bases populares, de tal manera que podamos ser capaces de direccionar colectivamente al conjunto de clases y sectores explotados y excluidos hacia la forma socialista y solidaria de sociedad en todos los ámbitos. Esta forma de acción en cayapa nos permitirían presentar la opción socialista con una fortaleza discursiva y práctica que movilizaría al conjunto hacia fines éticos y a deslastrar la movimiento de la falsa conciencia social predominante y del espíritu de rapiña derivado del capitalismo y de la exclusión económica propio estructuralmente de este y que de manera particular padeció agudamente el soberano durante una larga coyuntura desidiosa de la menos 20 años (Febrero del 83 -Viernes Negro- hasta mediados del 2003. La población venezolana sigue influida de manera significativa de la mentalidad de rapiña, del clientelismo, de la pedigueñería, del inmediatismo, y de otro sinnúmero de lacras sociales que sembraron las clases dirigentes desde la aparición del Petróleo en 1917 hasta nuestros días.

La sola consigna de Poder Popular no garantiza que las clases explotadas y subalternas tengan la disposición y la conciencia para ejercer la direccionalidad de carácter socialista en la construcción de la nueva economía y el nuevo Estado.

Ahora, estos son elementos a debatir y sobre los cuales se debe construir una política seria que conduzca asertivamente a que las clases subalternas asuman DIRECIONALIDAD SOCIALISTA Y LOS VALORES SOCIALISTAS AUNADOS A ESTA, como modo de relacionamiento y de vida fundamentales. Eso requiere asimismo del desarrollo de un tipo de liderazgo acorde con estos desafíos vitales para la sobrevivencia de un Proyecto Revolucionario que asuma con firmeza, entereza y transparencia el compromiso de su impulso, desarrollo y concreción en el espectro nacional, latinoamericano y mundial.

En la misma, óptica es conveniente abrir el debate y los espacios para abordar colectivamente el tema del Estado y de Institucionalidad de Nuevo Tipo a ser desarrollada para armonizar el proceso participativo protagónico popular direccionado hacia el socialismo o el tránsito hacia este último con el proceso gerencial igualmente de nuevo tipo que se necesita desarrollar en los entes que integran el aparataje político-administrativo de la actual institucionalidad, para lograr agilizar y viabilizar el cambio sistémico en boga. Igualmente, es necesario y urgente, partiendo de una visión que tienda a ser holística debatir y acordar las propuestas y modelos más idóneos respecto al tipo de institucionalidad y de gerencia que contribuyan de manera efectiva a dar al traste con el actual Modelo de Estado y de Gerencia, que desconoce rapazmente incluso lo que de espíritu revolucionario tiene la filosofía constitucional vigente y más aún la posibilidad de adopción de formas de estado más directamente revolucionarias que permitan a las clases explotadas, desposeídas y subalternas el general la toma para sí de los recursos públicos en función de formas de propiedad y modos de relacionamiento productivo y políticos de carácter socialista.

Estas tareas transformacionales debemos contemplarlas en el Programa y en los Planes, así como formular las políticas que conduzcan a su debate y metabolismo por el proletariado y por sus aliados estratégicos.


aangel497@yahoo.com


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José I. Acosta S.


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