El Aburguesamiento de Proletarios

El mundo laboral contemporáneo confronta un problemón que muchos políticos no pueden resolver, pero sí suelen emplearlo como bandera para sus conquistas electorales. Estadísticamente los trabajadores asalariados representan el segmento más numeroso y más pobre de la población. Los trabajadores progresistas del sistema capitalista han terminado aburguesándose lejos de consolidar su conciencia proletaria.

Se está incurriendo en una violación a la ley de Simetría. Es que no sólo hay una “derecha” política representada por la burguesía, y una izquierda que supuestamente estaría representada por el proletariado, sino que dentro del propio proletariado hallamos derechistas e izquierdistas, y sólo muy excepcionalmente observamos algún movimiento proizquierdista dentro de la burguesía.

Repetimos: Esas dos variables del problema son empeladas por los políticos de oficio como bandera para su ascenso al poder, y mire que lo han conseguido.

Yendo a la Historia del Proletariado, marxistamente se suponía que el desarrollo de las Fuerzas Productivas burguesas redundaría en una mejora económica para los trabajadores, mejora que vendría acompañada de un pleno despertar en la conciencia de su estrato más avanzado tecnocientíficamente. Cuando Marx y Engels llamaron a la unión de los proletarios del mundo, lo hicieron al observar una típica y generalizada desunión entre los asalariados. Sin unión social no puede haber conciencia de clase.

Esa conciencia proletaria los llevaría a luchar contra la ideología burguesa, los trabajadores serían los sepultureros del sistema. Sin embargo, ha resultado que los trabajadores más “concienzudos” han terminado aburguesándose o tomando para sí la conciencia burguesa, a tal punto que los ha convertido en sus más fervientes defensores

Efectivamente, los mejores apologistas y lo más granado del panegírico proburgués ha salido del seno de trabajadores de una suprema sofisticación académica, mientras no vemos en los proletarios mejorados a ninguno de los “sepultureros” del sistema.

Así las cosas, el proletariado se halla hoy por hoy acosado por el bando patronal y por el de sus ex compañeros de trabajo. Al parecer, los trabajadores asalariados no logran crear nexos gremiales entre sí para enfrentarse al patronaje, sino, más bien, para la defensa del salario y con ello de su posible ascenso a la condición de empresario en alguna que otra rama de la producción, el comercio o las finanzas del sistema. Su cooperación rige sólo dentro de los talleres fabriles por orden expresa del patrono y como una obligación contractual que termina justo cuando los trabajadores terminan su jornada.

Al mismo tiempo viene ocurriendo una especie de respeto por la simetría etológica, tipo trampolín, ya que ambas clases son susceptibles de cambios cualitativos y cuantitativos: El proletariado puede entresacar trabajadores aburguesables, y el patronaje o alta burguesía puede derivar en ruinas para algunos de sus miembros. El caso venezolano de la presente década confirma estos asertos sobre el aburguesamiento de proletarios.

marmac@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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