La jornada nacional de trabajo voluntario, concebida por el PSUV con la finalidad de honrar la memoria de Ernesto “Ché “Guevara sirvió para que el General Jorge Luis García Carneiro mostrará su excelente visión ecológica en el “Paseo de Macuto” al recuperar decenas de Uveros, Almendrones y Clemones infectados por plantas hemiparásitas pertenecientes a la familia de las Lorantáceas.
Confieso que me sorprendió cuando Carneiro nos informó que “la mejor manera de honrar la memoria de un médico es dando vida” razón por lo cual no dudó en convocar al ejercito de compatriotas en situación de calle que rescató, bomberos y personal de la nueva Electricidad de Caracas para erradicar del referido lugar la preocupante contaminación visual que producen los árboles moribundos asfixiados por el Guatepajarito.
Ese gesto del candidato a la gobernación del estado Vargas llamó mi atención porque cada vez que Ernesto “Che” Guevara cumple un aniversario de su muerte los pueblos latinoamericanos le rinden tributo al “Guerrillero Heroico” que fue y muy pocos recuerdan el fruto de la medicina que ejerció al curar con las palabras. Conocí sobre esta cualidad del ”Ché ” cuando el argentino vino a Venezuela recién graduado de galeno y visitó al olvidado leprocomio de “Cabo Blanco” el cual quedaba en las instalaciones del Aeropuerto Internacional de Maiquetía. En ese inhumano lugar compartió por algunas horas con pacientes lacerados por el Microbaterium leprae y les alivió la vida cuando les habló sobre los avanzados estudios científicos sobre el Mal de Hansen, enfermedad bíblica que ha sido detenida mundialmente por los aportes de médicos sanitaristas venezolanos que nos llenan de tanto orgullo patrio. El finado poeta Ángel Alfonso Barrios, el líder de los enfermos de Hansen, me conmovió con su relato sobre esta experiencia con el médico Guevara quien estaba interesado en conocer de cerca la vida de estos compatriotas del infortunio tratados tan indignamente que “Cabo Blanco” en Maiquetía y la Isla de Providencia en Maracaibo funcionaban más bien como campos de concentración con cepo y látigo incluido.
La lucha armada por la liberación de la Cuba Batistera, su juventud empinada contra el brutal imperialismo y la “timba Rural” que organizó en Bolivia hizo que brillara más su imagen guerrillera por encima de la altivez de su visión sanitarista al predecir esa vacuna curativa y preventiva que luego inventó el equipo dirigido por el Dr. Jacinto Convit. Quería darle las gracias al General Carneiro por colocar la diferencia y remover de nuestra memoria envejecida los mejores recuerdos del “Capitán de Los Tercios de Los Andes” y porque estoy seguro que florecerán los uveros, los almendrones y los Clemones del “Paseo de Macuto” condenados por el Guatepajarito, la desidia y la indiferencia. Florecerán como lo hace la boina que cubre su nobleza.
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